UN LLAMADO A LA SANTIDAD

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Las obras de la carne afectan profundamente la vida del creyente al alejarnos de la voluntad de Dios y causar divisiones y conflictos. La solución bíblica es vivir en el Espíritu, como enseñó Jesús, cultivando una relación profunda y dependiente de Dios.

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Gálatas 5:19–21 RVR60
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Introducción

Imaginemos a una persona que, en su vida cotidiana, parece vivir según los estándares del éxito contemporáneo: un hombre o una mujer con una carrera próspera, una familia hermosa, y una aparente paz financiera.
Sin embargo, esta misma persona es conocida también por su ira explosiva, su tendencia a mentir para ganar ventaja y su constante envidia hacia otros que poseen lo que él o ella no tiene.
Esta situación moderna ilustra claramente las "obras de la carne" que el apóstol Pablo enumera en Gálatas 5:19-21.
Como cristianos no estamos libres de las tentaciones, ni de caer en el pecado, la semana pasada nos compartió nuestro hermano Jorge que, ante las tentaciones debemos huir y dejar de alimentar lo que deleita al pecado, hoy veremos, siguiendo los versículos de Gálatas, cuales son las obras que produce nuestra naturaleza carnal, y que no son propias de un hijo de Dios, pues como acabamos de leer, quienes practican tales cosas, no heredarán el Reino de Dios.

"Los pecados visibles son solo la manifestación de la enfermedad interna del alma."

Ante esta realidad, surge una pregunta esencial que guiará esta prédica:

¿Cómo afectan las obras de la carne a la vida del creyente, y cuál es la solución bíblica para superarlas?

Primer Punto: Las Obras de la Carne como Síntomas de la Naturaleza Pecaminosa

Segundo Punto: La Llamada a Vivir en el Espíritu

CONCLUSIONES

Primer Punto

Las Obras de la Carne como Síntomas de la Naturaleza Pecaminosa

Gálatas 5:19-21 enumera las "obras de la carne" que son manifestaciones evidentes de la naturaleza pecaminosa del ser humano.

Pablo menciona: "adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes."

UNA LISTA DE 17 OBRAS DE LA CARNE Y NOS DEJA A NUESTRA IMAGINACIÓN EN RESTO...

Estas obras de la carne reflejan una vida dominada por los deseos del "viejo hombre" (Efesios 4:22) en lugar de la vida transformada por el Espíritu.

Efesios 4:22 NBLA
22 que en cuanto a la anterior manera de vivir, ustedes se despojen del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos,

Vivir en la carne es tener un corazón independiente de Dios.

Tres grupos principales:

Los pecados sensuales (5:19–21b).

El adulterio es el acto sexual ilícito, realizado por una persona casada con quien no es su cónyuge, mientras que la fornicación se refiere al mismo pecado sexual entre personas no casadas.

Inmundicia significa la corrupción de corazón y mente que contamina a “los corrompidos e incrédulos”

Tito 1:15 NBLA
15 Todas las cosas son puras para los puros, pero para los corrompidos e incrédulos nada es puro, sino que tanto su mente como su conciencia están corrompidas.

Una acción que trae (o debería traer vergüenza), descrédito.

La lascivia - lujuria - libertinaje se refiere a un deseo desenfrenado y desvergonzado (ha perdido la vergüenza y la modestia), este pecado hace referencia al deseo sexual, el deseo de tener una pareja para pasar tiempo de intimidad, aunque no llegue a cumplirse el contacto físico, sus deseos desenfrenados ya fueron motivo caída.

Efesios 4:18–19 RVR60
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;19 los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
Efesios 4:18–19 NBLA
18 Ellos tienen entenebrecido su entendimiento, están excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón. 19 Habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas.

Los pecados supersticiosos (5:20a).

La idolatría, así como los pecados sensuales, es un problema actual, y consiste en estimar a las cosas más que a Dios y a la gente.

No se trata únicamente de estatuas, relicarios o imágenes religiosas; es poner su afecto y dedicación en otras cosas, hasta el punto de relegar a Dios.

Debemos adorar a Dios, amar a la gente y usar las cosas; pero a menudo usamos a la gente, nos amamos a nosotros mismos, y adoramos las cosas, dejando fuera a Dios.

Cristo dijo que uno sirve a lo que adora

Mateo 4:10 RVR60
10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.

Quizá sea culpable de idolatría el creyente que se dedica más a su automóvil, casa, deportes, celular o placeres, que a servir a Cristo

Colosenses 3:5 RVR60
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
Por ejemplo, ¿qué le impide llegar los miércoles al tiempo de oración en la iglesia?; posiblemente es ese ídolo al que está adorando lo que le impide involucrarse en la iglesia y por eso no le dedica el tiempo que Dios se merece.

“Hechicerías” Implica el intento de descubrir o influenciar el futuro por medios prohibidos por Dios, incluyendo el uso de la adivinación, astrología, espiritismo o brujería. Prácticas que hoy en día no ha desaparecido, al contrario, lo han convertido en juegos o hábitos normales, como las lecturas de cartas del tarot, el horóscopo, la huija.

Tanto la idolatría como la hechicería son pecados que van directamente contra Dios.

Los pecados sociales (5:20b–21a).

Gálatas 5:20–21 RVR60
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Tercer grupo de las obras de la carne tenemos:

Enemistades. - indica aquí más bien un estado subjetivo, presto a inclinarse malamente contra el prójimo, la actitud que provoca y desafía a otros, esta actitud conlleva en algunos casos hasta darse las disensiones y pleitos.

Si tiene una actitud de enemistad contra cualquier persona, sepa que esto es una obra de la carne.

Celos significa rivalidades. Qué trágico es cuando los creyentes compiten entre sí y tratan de hacer quedar mal al otro ante los demás.

Ira significa explosión de enojo; y contiendas tiene la idea de ambición egoísta que causa divisiones en la iglesia.

Disensiones y herejías (partidos) son términos relacionados.

El primero sugiere división, y el segundo, grupitos causados por el espíritu partidista. Esos son los resultados de los líderes de las iglesias que buscan seguidores para sí mismos, y no para el Señor. (La palabra herejía en el griego significa “escoger”.)

Envidia significa un deseo profundo por lo que otro posee

Proverbios 14:30 RVR60
30 El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.

Homicidios y borracheras no necesitan explicación.

Orgias.- Práctica de fiestas salvajes, pero sobre todo las que implican libertinaje.

"Nada es más destructivo para la iglesia que el espíritu de contienda y disensión. Estas son obras de la carne que destruyen desde dentro, haciendo que el testimonio del evangelio sea irrelevante y sin poder ante el mundo."

"Los conflictos y divisiones son incompatibles con la nueva vida en Cristo. La práctica de estos pecados relacionales demuestra una vida que no está sometida al Espíritu Santo."

A nivel personal, este pasaje llama a los creyentes a la auto evaluación: ¿Estamos promoviendo la paz o la discordia?

Los creyentes están llamados a ser pacificadores, buscando siempre la reconciliación y la paz con otros

Mateo 5:9 NBLA
9 »Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.

Ante toda esta lista, Pablo advierte que "los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios"

Gálatas 5:21 RVR60
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

“Las obras de la carne" son ejemplos de comportamientos que resultan de una naturaleza caída no regenerada.

Pablo no está hablando acerca de un acto de pecado, sino del hábito de pecar.

Algunas personas tienen una falsa seguridad de salvación, sin base en la Palabra de Dios.

El hecho de que un creyente no esté bajo la ley, sino bajo la gracia, no es razón para practicar el pecado (Romanos 6:15). Al contrario, debe ser un estímulo para vivir en obediencia al Señor.

Romanos 6:15 RVR60
15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.

"Las obras de la carne son la manifestación externa de una condición interna. Son síntomas de una vida apartada de Dios, una vida vivida en rebelión contra su santo carácter."

Estas acciones son tan destructivas ya que representan una desviación de la santidad de Dios y del propósito original del hombre de reflejar su imagen.

"Pablo no está proporcionando una lista exhaustiva, sino ejemplos claros de comportamientos que contradicen la obra transformadora del Espíritu Santo en la vida de un creyente."

La persistencia en tales prácticas es un indicador de incredulidad.

Hoy en día, la fornicación y la inmundicia se reflejan en la normalización de las relaciones sexuales fuera del matrimonio y el consumo desenfrenado de pornografía, una epidemia que corrompe mentes y relaciones.

La idolatría puede manifestarse en la obsesión con la riqueza, el poder, o el estatus.

Mientras que las enemistades y los pleitos son evidentes en los conflictos interminables que llenan las redes sociales y los ámbitos políticos.

Este pasaje invita a los creyentes a hacer un autoexamen riguroso:

¿Hay alguna de estas "obras de la carne" que gobierne mi vida?

A nivel congregacional, es un llamado a fomentar un ambiente de arrepentimiento, confesión, y búsqueda sincera de santidad, animando a los miembros a dejar de lado toda conducta que deshonre a Dios.

La vida del rey Saúl, como se describe en 1 Samuel 15, muestra cómo la desobediencia, la envidia, y la ira llevaron a su caída.

Saúl permitió que su vida fuera gobernada por las "obras de la carne", lo que finalmente resultó en la pérdida de su reino y su relación con Dios.

La historia de David y Betsabé (2 Samuel 11) ilustra cómo el adulterio y el engaño, obras de la carne, llevaron al rey David a graves consecuencias, no solo para él sino para todo su reino durante muchos años después de su pecado.

Esto resalta la enseñanza de que las obras de la carne nunca quedan sin consecuencias.

Segundo Punto: La Llamada a Vivir en el Espíritu

Pablo exhorta a los creyentes a "andar en el Espíritu" para no cumplir "los deseos de la carne" (Gálatas 5:16).

Pero, ¿cómo puede el creyente dominar a la vieja naturaleza, siendo ésta capaz de cometer pecados tan horribles?

La ley no puede cambiarla ni controlarla.

La vieja naturaleza debe ser crucificada

Gálatas 5:24 RVR60
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Pablo explica que el creyente se identifica con Cristo en su muerte, sepultura y resurrección (Romanos 6).

Cristo no sólo murió por mí, sino que yo morí con Cristo.

Cristo murió por mí para librarme del castigo del pecado, pero yo morí con Cristo para destruir el poder del pecado.

Pablo menciona esto en Gálatas 2:19, 20 y 6:14.

Gálatas 2:19–20 RVR60
19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 6:14 RVR60
14 Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

No nos dice que nos crucifiquemos a nosotros mismos, porque eso es imposible. (Nadie puede clavarse a sí mismo en una cruz.)

El apóstol nos dice que la carne ya ha sido crucificada.

EN LA CRUZ TU Y YO SOMOS VACIADOS Y QUEBRANTADOS. ESTO ES DE TODOS LOS DIAS.

Nuestra responsabilidad es creer en Jesucristo como nuestro único salvador y obrar basándonos en este hecho. (La misma verdad se presenta en Romanos 6:11–13 y Colosenses 3:5–9.)

Colosenses 3:5–9 NBLA
5 Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. 6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, 7 en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. 8 Pero ahora desechen también todo esto: ira, enojo, malicia, insultos, lenguaje ofensivo de su boca. 9 Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos,
Romanos 6:11–13 NBLA
11 Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. 12 Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias; 13 ni presenten los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino preséntense ustedes mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y sus miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Si reconoce que ha pecado o que estaba practicando algunos de estas obras de la carne, ahora debe arrepentirse de corazón, con la misma fuerza y convicción que tiene al creer en Jesucristo, porque ya No somos deudores a la carne, sino al Espíritu (Romanos 8:12–14).

Romanos 8:12–14 NBLA
12 Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne. 13 Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne, vivirán. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.

Debemos aceptar lo que Dios dice acerca de la vieja naturaleza y no tratar de hacer de ella algo que no es.

No debemos “proveer para los deseos de la carne” (Romanos 13:14), alimentándola de las cosas que le gustan.

En la carne no mora el bien (Romanos 7:18), así que, no debemos confiar en ella (Filipenses 3:3).

La carne no se sujeta a la ley de Dios (Romanos 8:7), y no puede agradar a Dios (Romanos 8:8).

Sólo por medio del Espíritu Santo podemos “hacer morir” las obras de la carne (Romanos 8:13).

El Espíritu Santo no solamente es el Espíritu de vida (Romanos 8:2; Gálatas 5:25), sino también de muerte: Nos ayuda a considerarnos muertos al pecado.

A nivel personal, los creyentes deben buscar diariamente la llenura del Espíritu, permitiendo que Él guíe sus decisiones y acciones.

Congregacionalmente, las iglesias deben enseñar sobre la importancia de la vida en el Espíritu y fomentar una cultura de dependencia de Dios.

La Parábola del Hijo Pródigo
La Parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32) es un poderoso recordatorio del daño que las obras de la carne pueden causar, pero también de la restauración disponible a través del arrepentimiento.
Jesús usa esta parábola para enseñar que no importa cuán lejos nos hayamos alejado, siempre podemos volver al Padre.

Este llamado es tan relevante hoy como lo fue en los tiempos de Jesús.

Respuesta a la Pregunta Inicial

B. Guerra con la carne

• inmoralidad sexual

• impureza

• fornicación/orgías

• idolatría

• brujería

• odio

• disensiones/contiendas

• celos

• ira

• envidias

• divisiones

• codicia

• borracheras

• pensamientos malvados

• robo

• homicidio

• adulterio

• avaricia

• malicia

• enemistades/pleitos

• lascivia

• engaños

• arrogancia

• insensatez/malos pensamientos

Las obras de la carne afectan profundamente la vida del creyente al alejarnos de la voluntad de Dios y causar divisiones y conflictos. La solución bíblica es vivir en el Espíritu, como enseñó Jesús, cultivando una relación profunda y dependiente de Dios.

Conclusión General:

El llamado de Pablo en Gálatas 5:19-21 es a rechazar las obras de la carne y vivir en el Espíritu. Huyan de los pecados sensuales, de los pecados supersticiosos, y de los pecados sociales.

Esto requiere un compromiso constante con Dios y una sumisión diaria a Su voluntad.

Dirigida a la Familia: Las familias cristianas deben esforzarse por eliminar cualquier obra de la carne que pueda causar división o desarmonía, y buscar en cambio reflejar el fruto del Espíritu en su vida cotidiana.

A los Jóvenes: A los jóvenes se les exhorta a no conformarse a los patrones de este mundo, sino a buscar una relación auténtica con Dios que les permita vivir en el Espíritu y vencer las obras de la carne.

Dirigida a la Congregación: La iglesia debe ser un lugar de sanidad, reconciliación, y amor, donde las obras de la carne no tengan lugar, y donde el fruto del Espíritu sea evidente en cada acción y relación.

Crean de todo corazón que es salvo por la fe en Jesucristo y arrepiéntase de la mala manera que ha estado viviendo

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