El templo de Salomón

1º Reyes 6:1 (NTV)

1 Fue a mediados de la primavera, en el mes de zif, durante el cuarto año de su reinado, que Salomón comenzó a construir el templo del Señor. Habían pasado cuatrocientos ochenta años desde el día en que el pueblo de Israel fue rescatado de su esclavitud en la tierra de Egipto.

Introducción

Salomón comenzó la construcción del templo al cuarto año de su reinado.

Le era necesario primero organizar su reino y hacer los arreglos necesarios para obtener los materiales faltantes y esperar a que los prepararan.

El templo comenzó a construirse en el año cuatrocientos ochenta después de la salida de Egipto.

El tabernáculo fue una tienda temporal mientras los israelitas transitaban por el desierto, pero al establecerse permanentemente en la tierra prometida, era necesario construir templo para el Señor. (imagen del tabernáculo)

El Éxodo duró cuarenta años, más unos cuarenta años que duró la conquista, la construcción del templo tenía unos cuatrocientos años de retraso.

Sin embargo, no solamente no cumplieron con el mandato del Señor de expulsar a todos los cananeos, tampoco conquistaron todo el territorio prometido, también se olvidado de Dios al adoptar a los ídolos de los cananeos no expulsados.

Es hasta el reinado de David que se completa la conquista y se restaura el culto a Dios.

Una vez completada la orden de Dios dada a Moisés, ahora en tiempo de paz Salomón puede comenzar la construcción del templo a Jehová.

El templo

2º Crónicas 3:3–7 (NTV)

“3 Estas fueron las medidas que Salomón usó para los cimientos del templo de Dios (según el antiguo estándar de medición). Tenía veintisiete metros y medio de largo por nueve metros de ancho. 4 La antesala que estaba al frente del templo medía nueve metros de ancho, coincidía con la anchura total del templo, y medía nueve metros de alto. Después revistió el interior de oro puro.

5 Cubrió el salón principal del templo con paneles de madera de ciprés, luego lo revistió de oro fino y lo decoró con tallas de palmeras y cadenas. 6 Adornó las paredes del templo con hermosas joyas y con oro de la tierra de Parvaim. 7 Revistió de oro las vigas, los umbrales, las paredes y las puertas de todo el templo, e hizo grabar en las paredes figuras de querubines.”

La visión de David y Salomón fue la de construir un templo magnífico, con el propósito de darle la gloria de Dios y no de los hombres. 2º Crónicas 2:5 (RVR60) “Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande; porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.”

(imagen del templo)

Todos los materiales utilizados eran de primera calidad, trabajados por artesanos expertos, tanto de Israel como del Líbano.

La nave principal del templo no era muy grande (27.5 x 9 mts 247 mts2) Nuestro templo es 40 x 13 = 520mts2.

No era para congregar al pueblo sino para ministrar servicio y adoración a Dios por medio de los sacerdotes.

El templo fue construido con piedras cortadas con precisión para que en las uniones no hubieran grietas.

(imagen del templo)

El interior del templo, en el lugar santo y santísimo, fue forrado completamente por madera de cedro y luego de oro macizo. El piso fue cubierto con madera de ciprés.

Las paredes fueron decoradas con tallados de palmeras y cadenas y adornado con joyas.

en los costados del templo se construyeron habitaciones para los sacerdotes.

Esta era una obra magnifica, pero por dentro era mucho más magnifico, sin embargo, no estaba abierto al público, por tanto no hay testimonios fuera de la Biblia de su belleza, quizá esa es la razón por la que no se incluyó en la siete maravillas del mundo.

La piedras y la reverencia

1º Reyes 6:7 (NTV)

“7 Las piedras que se usaron en la construcción del templo se labraban en las canteras, de modo que no hubo ruido de martillo, ni de hacha, ni de ninguna otra herramienta de hierro en el lugar de la obra.”

Las piedras eran fundamentales para levantar el edificio, cada una fue labrada por artesanos expertos en las canteras Sidon.

1º Reyes 5:17–18 (NTV) “17 Por orden del rey, ellos extrajeron grandes bloques de piedra de la mejor calidad y les dieron forma para hacer los cimientos del templo. 18 Hombres de la ciudad de Gebal ayudaron a los constructores de Salomón y de Hiram a preparar la madera y la piedra para el templo.”

El tabernáculo fue construido por israelitas, pero el templo fue necesario usar extranjeros paganos expertos en madera y piedra.

En las cosas de Dios es imposible que solo cristianos participen en su construcción o elaboración, pero en la medida de lo posible debemos involucrar cristianos.

Las piedras le daban la estructura al templo, ahora nosotros somos las piedras vivas que conforman la estructura de la iglesia.

1 Pedro 2:5 (NTV) “5 Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos. Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios.”

Las piedras para conformar el templo deben estar unidas porque separadas no edifican nada. Eso no significa tampoco que todos los cristianos del mundo deben reunirse para que esto sea cierto (como otras religiones). Con congregarnos y servir en la iglesia loca basta. (Mujer Samaritana Juan 4)

Además las piedras debían ser labradas para que fueran útiles en la construcción.

El proceso de transformación no es agradable porque nos eliminan material que no es bueno. Es sumamente necesario someternos a ese proceso, de lo contrario no seremos útiles para Dios.

Santiago 1:2–4 (RVR60) “2Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Otra de las enseñanzas es la reverencia con la que trabajaron la construcción.

No había ruido de martillo ni hacha, todo fue preparado desde la cantera para que en el sitio de construcción no hubiera ruido ni alboroto.

Es necesario que el trabajo que hagamos para el Señor lo hagamos con reverencia, por muy sencillo o sucio que parezca, debemos hacerlo con reverencia y temor para el Señor.

Hebreos 12:28 “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;”

Promesa de Dios

1º Reyes 6:11–13 (NTV) “11 Entonces el Señor le dio el siguiente mensaje a Salomón: 12 «En cuanto a este templo que estás construyendo, si tú sigues todos mis decretos y ordenanzas y obedeces todos mis mandatos, yo cumpliré por medio de ti la promesa que le hice a tu padre, David. 13 Viviré entre los israelitas y nunca abandonaré a mi pueblo Israel».”

El templo simbolizaba la presencia de Dios en el pueblo, sin embargo, esto no tenía ningún valor, por muy costoso que fuera, si los israelitas no obedecía las ordenanzas y mandamientos de Dios.

Dios ordenó un tabernáculo, y posteriormente el templo, con el propósito de que Israel tuviera un lugar de adoración y para presentar sus ofrendas y sacrificios. Un lugar donde se concentraran para celebrar sus fiestas.

Pero la presencia de Dios depende de la obediencia a su Palabra, no es posible que la presencia de Dios se manifieste en un lugar donde lo le obedecen y le aman.

Llegó el momento en el que la presencia de Dios abandonó el templo por la desobediencia de su pueblo (Ezequiel 10).

Ahora no existe el templo de Salomón, con el nuevo pacto nos constituimos en templo y morada del Espíritu Santo, pero la presencia de Dios estará en nosotros en la medida que vivamos en obediencia a su Palabra.

Conclusión

1º Reyes 6:23 (NTV) “23 Hizo, además, dos querubines con madera de olivo silvestre y los puso en el santuario interior; cada uno medía cuatro metros y medio de altura.”

Concluiremos meditando en este texto.

Salomón construyó dos querubines de madera y los revisión de oro.

Los colocó dentro del lugar santísimo, como guardianes del arca del pacto.

Utilizan este texto como un pretexto para utilizar imágenes en los templos.

En lugar santísimo solo entraba el sumo sacerdote una vez al año para rociar la sangre del sacrificio por los pecados del pueblo.

En ningún momento se postraba ante las imágenes de los querubines.

Tener estatuas no es ningún pecado, el problema es rendirles veneración y adoración que solamente Dios merece.

Hoy día no somos llamados a construir templos majestuosos para la habitación de la presencia de Dios, pues nosotros somos el templo de Dios.

Sin embargo, esto no es pretexto para no esforzarnos en hacer lo mejor para Dios con excelencia.

Recordando que lo principal para gozar de su presencia es conducirnos en santidad y obediencia.