UN CAMBIO REAL

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Introducción

Muchas veces hemos estado en temporadas de nuestra vida en donde...
Nos miramos al espejo , reflexionamos y nos decimos ;
Ahora si me fajo los pantalones y no vuelvo a caer en ese pecado,actitud
Me voy a disciplinar y me alejare de las cosas que me tientan (siempre las tenemos bien identificadas)
Voy a controlar lo que digo y lo que pienso para sobre llevar mi problema de carácter
prometemos , prometemos y prometemos hasta que nos desanimamos por que nunca podemos cumplir .
la realidad es dura
tristemente algunas veces llegamos a pensar :
no vale la pena seguir siendo un hipócrita cayendo una y otra ves
tal vez lo mejor es dar rienda suelta a este estilo de vida y dejar de ser un falso…
Pero quiero decirte hermano en esta mañana que eso es una mentira que el enemigo quiere hacerte creer para que tu alma se pierda , y quiero hablarte de la única manera en la que podrás vencer el poder del pecado en tu vida .
Acompáñeme a orar :
Padre en esta mañana venimos ante ti con un corazón dispuesto señor y con la seguridad que tu eres el único que nos puede liberar de la esclavitud del pecado y de nuestra propia tendencia hacia lo malo ,
Ayudanos a entender y revela tu palabra ante nosotros de una manera tan clara que podamos ser transformados , En el nombre de Jesus oramos
La predicación de esta mañana tiene como fundamento la epístola de el apóstol pablo a los romanos entonces vamos a estar yendo a algunos textos que son claves para entender esto y lleva por título :
UN CAMBIO REAL
Antes de hablarte del un cambio real tenemos que establecer algunas cosas , que tal vez ya las sabemos pero es mejor dejarlas 100% claras y traerlas a memoria para quienes las han olvidado.
UN POCO DE CONTEXTO SOBRE EL LIBRO DE ROMANOS
Pablo habla a la iglesia de roma en esta carta , Que es probable que la comunidad haya comenzado con una mayoría de Judíos cristianos quienes mas adelante fueron expulsados en el año 40 D.C de Roma por el decreto de el Emperador Claudio.
Estos exiliados volvieron tras la muerte de este hombre pero llegaron a una iglesia ahora en su mayoría gentil ,para cuando Pablo escribió esta carta le escribía a un grupo mixto de cristianos judíos y gentiles.
Los judíos entraban en conflicto con algunas prácticas gentiles y los gentiles se burlaban de los rituales y protocolos que los judios aún conservaban.
por eso Pablo en los primeros capítulos comienza aclarando que ninguno es mejor que el otro;
Les muestra que tanto gentiles en su idolatría e inmoralidad sexual y judios sujetos ala misma naturaleza pecaminosa y creyendo que por sus obras Agradan mas a Dios que los gentiles
son pecadores y necesitan de la gracias de Dios para ser reconciliados
En Romanos 1:18–32 “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.Profesando ser sabios, se hicieron necios,y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al…”
Se esta describiendo a quienes rechazan abiertamente a Dios , a el Creador y quienes no solo desobedecen conscientemente su voluntad , sino que aprueban esa desobediencia en otros. Una de las formas en las que Dios Juzga a estas personas simplemente es dejándolas libres a sus deseos pecaminosos
Romanos 1:26 RVR60
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
En Romanos 2:17- 3:8
Romanos 2:17–3:8 RVR60
He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor,y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio?Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros. Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios. ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado. Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes?
como les mencionaba les dice que ellos estan sujetos ala misma naturaleza pecadora de esta manera puso a judios y a gentiles bajo las mismas reglas del juego.
Vallamos a :
Romanos 3:9 RVR60
¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.
Aquí esta el primer principio a recordar es que TODOS estamos sujetos a esta misma naturaleza pecaminosa que nos hace ser condenados por la ley
Veamos como es esto :
Romanos 3:20 RVR60
ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Estamos bajo condenación ya que todos quedamos mal parados en cuanto a cumplir la ley
Eso significa Que estamos sujetos ala ira de Dios ( Recordemos que la Ira de Dios no es una ira humana que la podemos describir como un arrebato caprichoso y pasional , si no que es Es el "celo" (קָנְאָה) de Dios por el mantenimiento de su santidad y honor, y de los fines de su justicia y amor, cuando éstos se ven amenazados por la ingratitud, rebelión y desobediencia voluntaria o temeridad de la criatura.)
debido a esta falta de capacidad para ser justos a mediante el cumplimiento y la obediencia a la ley
No hay ninguna cosa que nosotros podamos hacer para tener salvación , ninguna norma que podamos cumplir que nos reconcilie con Dios , Solo es a través de la Fe en la Justificación por medio de Jesucristo que somos salvos.
Vallamos a ver esto :
Romanos 3:21–26 RVR60
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
Llendo un poco mas profundo
Diccionario Bíblico Lexham (La explicación de la justicia de Dios—Rom 5:12–21)
Cuando Adán desobedeció a Dios en el jardín del Edén, cayó bajo la ira de Dios. Como era el representante de toda la humanidad, todos heredan el pecado de Adán y la corrupción resultante de la naturaleza humana. Por lo tanto toda la humanidad está bajo pena de muerte (Rom 5:12–14). En contraste, Jesús es cabeza de una nueva y mejor humanidad. Obedeció perfectamente al Padre, trae justicia y vida a todos los que están en él (Rom 5:17). Gracias al sacrificio de Cristo, los que creen ya no están bajo la ira de Dios. Se los considera justos (Rom 5:19) y por lo tanto herederos de la vida eterna (Rom 5:21).
Esto lo podemos ver :
Romanos 5:17 RVR60
Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Entendiendo El estar bajo la ley
a que nos referimos cuando hablamos de la ley ?
los Judíos en su época y en la actualidad rápidamente lo asocian con las instrucciones de Dios en el pentateuco ( los primeros 5 libros de la biblia)
En términos generales en el antiguo testamento son
La ley moral ( los 10 mandamientos )
Su ampliación en los estatuto y juicios
los preceptos ceremoniales
Entonces en base a esto nosotros podemos pensar en la ley como el sistema de el Judaísmo.
Pero al aplicar el libro de Romanos en nuestra época pensaremos específicamente en la ley como la ley moral Osea los 10 mandamientos
por que ?
las leyes civiles no estan mas vigentes por que dejamos de ser una nación como pueblo de Dios
las leyes ceremoniales se cumplieron en en Jesus como nuestro unico y suficiente sacrificio y sumo sacerdote por eso no tenemos mas santuarios ni ninguno de sus servicios
Entonces hablar de la ley en nuestro contexto es hablar de los 10 mandamientos a menos que el contexto de estudio nos indique lo contrario
que significa estar bajo la ley cuando hablamos de la ley y la gracia?
Vallamos a Romanos 5 : 20-21
Romanos 5:20–21 RVR60
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
Estar "bajo la ley" significa estar sujeto a las demandas de la ley de Dios y sufrir las consecuencias cuando no la cumplimos perfectamente. La ley señala nuestros pecados y, por lo tanto, trae condenación, porque nadie puede cumplirla completamente (Romanos 3:20).
Sin embargo, Pablo enseña que, por medio de la fe en Cristo, ya no estamos "bajo la ley" en términos de condenación. En lugar de ser juzgados por la ley, estamos "bajo la gracia", lo que significa que Dios nos perdona y nos libera de la condena que la ley traería. No somos justificados por obedecer la ley, sino por la fe en Jesús (Romanos 6:14, 8:1).
En resumen, estar bajo la gracia significa vivir en la libertad que Cristo nos da, sin miedo a la condenación de la ley, porque Jesús ya pagó por nuestros pecados.
Estar "bajo la ley" es como cuando conducimos un auto y estamos sujetos a las leyes de tránsito. Si rompemos alguna de esas leyes, recibimos una multa, y la consecuencia es que debemos pagarla. De la misma manera, cuando pecamos, la ley de Dios nos condena, y la "multa" que merecemos es el castigo por ese pecado.
Pero aquí es donde entra la gracia: imagina que alguien ya pagó esa multa por ti. Sería ilógico intentar pagarla de nuevo, ¿verdad? Eso es exactamente lo que hizo Jesús por nosotros. Él pagó la deuda de nuestros pecados en la cruz. Ya no estamos "bajo la ley" en términos de condena, porque Cristo ya pagó nuestra "multa" (Romanos 8:1). Ahora vivimos bajo la gracia, lo que significa que, aunque cometamos errores, no necesitamos volver a cargar con la culpa o intentar "pagar" por nuestros pecados. Jesús ya lo hizo por nosotros.
Pablo lo que quiere que entendamos es que no tenemos que vivir como condenados de la ley como si esa fuera nuestra unica opcion cuando en Jesus tenemos libertad , y en jesus tenemos la oportunidad de una vida Nueva .
Tanto en la iglesia en Roma , como en nuestros tiempos algunas personas llegan ala conclusión en mayúsculas EQUIVOCADA de que un evangelio de pura gracia estimula el pecado y nos da una licencia de pecar por que mañana me arrepiento estamos en el tiempo de la gracia, si me acerco arrepentido seguro sere perdonado , de todas maneras la ley ya no es necesaria cumplirla.
pero hermanos verdaderamente no estar bajo la ley quita poder al pecado , ya que como lo menciona pablo el pecado se vale de la ley para tentar ,

7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

7 Ahora bien, ¿acaso sugiero que la ley de Dios es pecaminosa? ¡De ninguna manera! De hecho, fue la ley la que me mostró mi pecado. Yo nunca hubiera sabido que codiciar es malo si la ley no dijera: «No codicies». 8 ¡Pero el pecado usó ese mandamiento para despertar toda clase de deseos codiciosos dentro de mí! Si no existiera la ley, el pecado no tendría ese poder.

Hermanos, lo que sucede es que nuestra naturaleza pecaminosa siempre quiere ir en contra de la ley. Constantemente desea transgredir, violar y sobrepasar los límites que Dios ha establecido. Por eso, donde sea que encontremos una ley, nuestra carne querrá romperla. Pero no es la ley la que está mal, sino nuestra naturaleza pecaminosa la que nos lleva a desobedecer. La ley es buena y santa, como dice Pablo en Romanos 7:12, pero nuestra carne es la que nos empuja al pecado."
Esto subraya la tensión entre la ley y la carne, aclarando que el problema no es la ley en sí, sino nuestra inclinación al pecado.
En Romanos 6, Pablo nos enseña que, gracias a la gracia de Dios, ahora experimentamos la libertad de la esclavitud del pecado. Hemos muerto al pecado y hemos resucitado a una nueva vida en Cristo. Ya no somos esclavos del pecado, sino siervos de Dios. Esta gracia y justificación no llevan al desorden, sino que inevitablemente producen santificación, un proceso de transformación donde nuestras vidas se alinean cada vez más con la voluntad de Dios.
Resumiendo, ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. Sin embargo, esto no significa que la ley sea irrelevante o mala. La ley señala nuestro pecado, pero no tiene el poder de liberarnos de él. Ahora, bajo la gracia, somos libres de la condenación que la ley trae. Somos justificados por la obra de Cristo, quien asumió nuestra culpa. Esta justificación no excluye la santificación, sino que nos transforma día a día para parecernos más a Jesús.
Es importante entender que es posible obedecer sin amar, pero es imposible amar sin obedecer. Si realmente amamos a Dios, obedeceremos sus mandamientos, no como un peso, sino como fruto de nuestra nueva vida en Cristo.
Aún así, vivir bajo la gracia no es fácil. Incluso Pablo compartía la lucha interna entre la carne y el espíritu, como lo expresa en Romanos 7. La vida cristiana es un proceso continuo de rendición a la gracia y transformación por el poder del Espíritu Santo.
Romanos 7:19–24 RVR60
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Y aquí es donde conectamos con lo que les mencioné al principio: hay una clave para salir de ese ciclo de pecado y de las cosas que nos alejan de Dios. Ahora que hemos creído y somos justificados por su gracia, tenemos dos naturalezas en conflicto.
Primero, está la naturaleza del pecado, que busca satisfacer los deseos de la carne, llevándonos inevitablemente a la muerte espiritual. Por otro lado, tenemos la naturaleza de Cristo en nosotros, que nos guía a través del Espíritu Santo, dándonos vida y dirección para caminar en santidad.
Vamos a ver el siguiente versículo para entender cómo podemos vivir en esa nueva naturaleza, guiados por el Espíritu, y vencer la carne

13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis

En este versículo, podemos ver claramente la advertencia: si seguimos viviendo de acuerdo con nuestra naturaleza pecaminosa, moriremos. Fíjense cómo el versículo señala: 'Mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis'.
Ahora, pregúntate: ¿Eres tú quien puede hacer morir las obras de la carne? No. ¿Acaso lo lograrás con métodos de disciplina o con repetidos intentos? Tampoco. Es por medio del Espíritu que puedes hacer morir esos deseos, es a través de la obra que Dios va haciendo en ti.
Esto es hermoso porque Dios nos está diciendo que no podemos vencer el deseo de pecar por nuestra propia fuerza. Necesitamos venir a Él, depender de su Espíritu Santo. Sólo con su poder podemos romper esas cadenas.
Ahora bien, puede que pienses: 'Está bien, el estudio suena muy bien, pero ¿cómo se aplica esto en mi vida diaria? ¿Cómo me da esta verdad la clave para romper el ciclo de pecado en mi vida?'
Aquí es donde lo práctico entra en acción. Viene a través de una rendición constante a Dios. En lugar de depender de nuestra propia fuerza, necesitamos aprender a vivir dependiendo del Espíritu Santo en todo momento. Él es quien te dará la fuerza para vencer, quien cambiará tus deseos, y quien transformará tu corazón para que cada día seas más como Cristo.
Bueno vallamos a Juan 16

8Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9De pecado, por cuanto no creen en mí; 10de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

En este pasaje, Jesús nos habla sobre cómo el Espíritu Santo actúa en nuestras vidas de tres maneras fundamentales:
Convenciéndonos de pecado: Es esencial pedirle a Dios que nos llene del Espíritu Santo cada día. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de confiar en nuestro corazón, que es engañoso y perverso. Solo en la presencia de Dios podemos reconocer nuestras faltas, ya que Él ilumina las áreas más oscuras de nuestro ser.
Convenciéndonos de justicia: Si no estamos convencidos de nuestra condición de pecadores y de la necesidad de la guía del Espíritu Santo, podemos caer en la trampa de pensar que necesitamos hacer algo para asegurarnos de nuestra salvación y del amor de Dios. La realidad es que, si esto fuera fácil, no estaríamos estancados en el mismo lugar. Confiar en nuestros propios méritos nos llevará al agotamiento y la frustración. Por ello, nos acercamos a Dios no por nuestras obras, sino por Su justicia.
Convenciéndonos de juicio: Si no reconocemos nuestro pecado y la necesidad de justicia, podemos pensar que nuestras decisiones no tienen consecuencias. Vivir en pecado sin aceptar la salvación que Dios nos ofrece puede llevarnos a la perdición.
Es solo al vivir bajo la dirección del Espíritu Santo que podemos liberarnos de ese ciclo que nos mantiene caídos y sin esperanza. Para lograrlo, necesitamos permitir que el Espíritu Santo habite en nuestros corazones, no como un simple invitado en un rincón, sino como el Señor y guía de nuestras vidas. Esto implica que Su opinión debe ser la más importante, incluso más que la nuestra. Por lo tanto, nuestro egoísmo y el "yo" deben morir.
Esto significa rendirnos completamente a Él, diciendo: "Dios, que se haga Tu voluntad en mi vida, no la mía". Así es como encontramos nuestro propósito y valor en Dios, en lugar de en nuestras propias capacidades.
Si te preguntas por qué no logras cambiar, es porque intentas hacerlo por tu cuenta. El verdadero cambio solo resulta de una entrega total a la obra que el Espíritu Santo realiza en nosotros. No podemos seguir viviendo de manera mediocre, diciendo que estamos dispuestos a entregarnos a Dios, mientras mantenemos el freno de mano puesto. Hasta que no haya una entrega completa, Dios no podrá obrar plenamente en nosotros.
¿Y en qué consiste esta entrega? Es permitir que el Espíritu, a través de Su Palabra, llene nuestra mente, transforme nuestros deseos y guíe nuestra voluntad. Esto se logra interactuando con Él a través de Su voluntad revelada en las Escrituras.
Y aquí llegamos a la clave final: NECESITAS LLENARTE DE LA PALABRA DE DIOS, EN LA CUAL EL CENTRO ES JESÚS.
Ya lo decia el Salmista en
Salmo 1:1–3 RVR60
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
Reflexiona sobre cómo gastas tu tiempo, dónde pones tu atención y las decisiones que tomas. Pregúntate si son coherentes con lo que realmente deseas para tu vida y la de tus seres queridos.
El pecado no se vence simplemente intentando eliminarlo. La única manera de vencer al pecado es cuando tu amor por Dios es mayor que tu amor por el pecado.
Pero no puedes amar a alguien a quien no conoces.
Por que solo cuando conoces confías, Cuando confías Entregas y cuando te entregas estas amando.
Si, a la luz de este mensaje y los textos que hemos leído, te das cuenta de que te encuentras en un momento de tu vida en el que, por más que intentas, no logras cambiar y sigues cayendo en los mismos errores, sintiendo que tu vida es un desastre, aquí hay un nuevo enfoque:
Que este reconocimiento no te lleve a la desesperación, sino que se convierta en un recordatorio constante de que necesitas a Jesús. Deja de lado la arrogancia y reconoce que no puedes hacerlo por tus propias fuerzas. Si pudieras, ya lo habrías logrado.
Ve a Jesús y entrégale el control total de tu vida. Sumérgete en las Escrituras y conoce a Dios. Solo entonces podrás vencer el pecado.
Al reflexionar sobre todo lo que hemos compartido, quiero recordarte las palabras de Romanos 8:1-4: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús, porque mediante Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, pues estaba debilitada por la carne, Dios lo hizo enviando a su propio Hijo en semejanza de carne pecadora, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justa exigencia de la ley se cumpla en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
Este pasaje nos recuerda que, aunque el pecado nos condena, en Cristo Jesús encontramos perdón y libertad. No tienes que seguir cargando el peso de tus fallas; hay esperanza para ti.
También en Romanos 8:11 se nos dice: “Y si el Espíritu de Aquel que levantó a Jesús de los muertos habita en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por su Espíritu que habita en ustedes.” Esto nos asegura que, al entregar nuestras vidas a Cristo, no solo recibimos perdón, sino que también tenemos el poder del Espíritu Santo para transformar nuestras vidas.
Así que hoy, te invito a que reconozcas tu necesidad de Jesús. Si sientes que tus esfuerzos por cambiar son en vano, este es el momento de rendirte. Deja a un lado tu orgullo y entrega tu vida a Él.
Haz un compromiso en tu corazón. Si estás aquí y deseas experimentar esa transformación, levanta tu mano. No estás solo en esta lucha. Dios te ofrece Su gracia y poder.
Permítele llenar esos vacíos en tu vida, deja que Su Espíritu te guíe y te dé la fuerza que necesitas para vencer el pecado. No tienes que hacerlo por tu cuenta; Él está aquí para ayudarte.
Oremos juntos.

1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu

11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.

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