La Perseverancia en la oracion
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Transcript
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Observaciones sobre la parábola:
El juez injusto escuchaba cada una de las quejas y peticiones de la viuda todas y cada una de las veces que lo visitaba para presentar su caso delante de el.
Jesús presenta a este juez como un hombre duro de cerviz. No tenia ningún temor hacia Dios, lo que nos da a entender que sus juicios no eran del todo justos. No tenia en consideración el consejo no el mandamiento de Dios. No respetaba a los hombres, no tenia un concepto apropiado de la moralidad humana ni de la justicia humana. Sus decisiones judiciales y sus juicios eran desbalanceados y lo mas probable era sobornado fácilmente.
La viuda fue persistente en presentar el mismo caso una y otra vez delante del juez. No se avergonzó de tener que repetirse a si misma mas de una vez.
La petición de la viuda consistía en un problema que estaba totalmente fuera del alcance de su capacidad y recursos para resolver. Era muy difícil para una viuda en los tiempos de Jesús, sostenerse a si misma, puesto que lo mas probable su esposo era quien trabajaba y llevaba el sustento al hogar. Posiblemente, ella ahora tenia el peso de traer el sustento, mas los acreedores cobrando las deudas pendientes que dejo su esposo antes de morir, y con posibles amenazas de embargo. La viuda es presentada como débil, desolada e indefensa. Ex. 22:22-24
A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaren a mí, ciertamente oiré yo su clamor; y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna.
aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.
5. El juez injusto hace una reflexión egoísta, pensando en su propio bienestar emocional y en como la insistencia de la viuda le estaba afectando su estabilidad mental y emocional. Estas son acciones correctas movidas por motivaciones incorrectas. Hacer justicia a la viuda era lo esperado de un juez. Era esperado que el juez evaluara las evidencia del caso y de acuerdo a la ley judía emitiera un veredicto a favor o en contra de la parte afectada.
6. A pesar de que la reflexión del juez fue egoísta, el asunto que le molestaba mas era las repetidas visitas de la viuda (“viniendo de continuo”)