La sanidad de Ezequías
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· 11 viewsLa petición de sanidad respondida a Ezequías, contiene una sanidad beneficiosa para el rey, pero desastrosa para el destino de Judá.
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La sanidad de Ezequías
La sanidad de Ezequías
2º Reyes 20:1–3 (RVR60)
1En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. 2Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.
Introducción
Introducción
El mensaje de hoy nos enseñará que es mejor confiar en las decisiones y planes de Dios aunque no lo entendamos o comprendamos.
Salmo 118:8 “Mejor es confiar en Jehová Que confiar en el hombre.”
Ezequías fue el 14vo rey desde David, unos 280 años después de David.
Fue de los pocos reyes de Judá que hizo lo recto delante de Dios.
Eliminó la idolatría, restauró el culto a Dios y el servicio levítico y sacerdotal.
La Biblia testifica que hizo lo recto delante de Dios. 2º Crónicas 29:2 “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.”
Durante su reinado, Senaquerib rey de Asiria quiso conquistar Jerusalén como lo hizo con Samaria y cometió el error de retar al Dios de Israel. 2º Crónicas 32:15 “Ahora, pues, no os engañe Ezequías, ni os persuada de ese modo, ni le creáis; que si ningún dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, ¿cuánto menos vuestro Dios os podrá librar de mi mano?”
Ezequías y el pueblo clamaron a Dios y envió un ángel que destruyó a 185,000 soldados en una noche.
Pero luego de tan grande reforma espiritual y victoria sobre sus enemigos, Ezequías enferma de muerte a los 39 años.
Dios envía al profeta Isaías a advertirle de su inminente muerte.
La advertencia divina
La advertencia divina
2º Reyes 20:1 “En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás.”
Dios en su misericordia y de manera extraordinaria advierte a Ezequías que ha llega el día de su muerte por medio del profeta Isaías.
Quizá lo hizo porque fue un hombre piadoso.
Recordamos que Dios ofreció a Salomón concederle una petición: 1º Reyes 3:5 “Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé.”
2º Reyes 2:9 “Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.”
Pero a Ezequías lo que le anuncia es su muerte.
Obviamente deseamos que Dios nos conceda nuestras peticiones y no que nos anuncie la muerte. Pero aun en la desgracias es mejor confiar en Dios.
Muchos cristianos aun temen a la muerte, pero ¿Que tan malo es morir para un cristiano?
Filipenses 1:21–23 “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;”
2 Corintios 5:1 (NTV) “1 Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas.”
Este anuncio tampoco agradó a Ezequías, aunque la voluntad y los planes de Dios son perfectos.
La Petición
La Petición
2º Reyes 20:2–3 “Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.”
Lo positivo:
Ezequías no buscó la medicina o la ciencia, volvió su rostro en su lecho de muerte y clamó a Dios.
Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”
Ezequías derramó su alma delante de Dios, como lo hizo Ana (1 Samuel 1).
La vida de Ezequías había sido lo suficientemente justa como para que Dios escuchara su oración. Proverbios 15:29 “Jehová está lejos de los impíos; Pero él oye la oración de los justos.”
Dios prestó atención a la oración de Ezequías y respondió: 2º Reyes 20:4–6 “Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.”
Aunque Dios escucha su oración y le concede quince años más de vida.
No lo hizo por las cosas justas que menciona. “…te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan…”
Lo hizo por por la misericordia prometida a David. “5…Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración…”
Dios había prometido preservar el linaje de David en el reino hasta el mesías prometido, y Ezequías era un eslabón en la cadena real.
De la misma manera, nosotros recibimos respuesta no por nuestra propia justicia, sino por la misericordia de Dios y el sacrificio de Cristo.
Aunque tenemos promesa de que Dios escucha nuestras peticiones y las responde, no debe ser ese nuestro objetivo, sino en el de rendir nuestra vida para conocer y conducirnos en la voluntad de Dios.
La consecuencia
La consecuencia
Aunque la muerte parece desagradable, Dios no se equivocaba al quitarle la vida a Ezequías:
2º Crónicas 32:25 “Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.”
Ezequías después del milagro de sanidad se volvió arrogante, quiso congraciarse con los Babilonios y les abrió la puerta de su palacio, y fueron ellos los que conquistaron y destruyeron Jerusalén.
Además, unos tres años después de la sanidad, nació su hijo Manases su sucesor, quien se volvió a los ídolos, mató a los profetas y derramó sangre inocente por toda Judá.
Todos estos pecados agravaron la ira de Dios sobre Judá.
¿Qué hubiera pasado si Ezequías acepta la voluntad de Dios al quitarle la vida?
Debemos entender que, aunque perezca muy desagradable, la voluntad de Dios es lo mejor para nuestras vidas.
Isaías 55:8–9 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
Conclusión
Conclusión
Dios NO trajo mal en los días de Ezequías, pues le fue contada su justicia, pero por los pecados acumulados de Israel, Dios ya había determinado mal para su pueblo desde los días de Salomón, quien corrompió a Israel con idolatría.
Dios usó la necedad de Ezequías para cumplir su propósito de corrección para su pueblo.
Por muy nobles que puedan ser nuestras peticiones, oremos como Jesús en el Getsemaní: Mateo 26:39 “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.”
¿Cómo saber si pedimos correctamente? es necesario tener la mente de Cristo para saber el propósito de Dios.
1 Corintios 2:16 “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”
Juan 15:7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
En esta historia, a pesar de la mala decisión de Ezequías, la voluntad de Dios se cumplía, pues Él había determinado el mal para su pueblo debido a su pecado.
Aprendamos a aceptar el propósito de Dios, pues si somos sus hijos y estamos en sus caminos toda situación por muy desagradable que sea será para nuestra bendición.
Romanos 15:4 “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.”