El contexto de nuestra profesion de fe / clase 5 de membresia

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Introducción

El capítulo 5 de nuestro estudio sobre la iglesia nos introduce a una cuestión clave en la profesión de fe de los miembros: "¿Prometes participar fielmente en el culto y servicio de esta iglesia, someterte en el Señor a su gobierno y acatar su disciplina, aun en el caso de que se te encuentre delincuente en doctrina o vida?". Esta pregunta no es simplemente una formalidad o un acto simbólico dentro del rito de membresía. Representa un compromiso serio con el cuerpo de Cristo, sujeta al pacto de Dios y a las autoridades de la iglesia local.

La Naturaleza de la Iglesia

El cristiano nunca está solo en su peregrinaje de fe. Al unirse a Cristo, el creyente también es unido a su cuerpo, la iglesia, que es tanto una comunidad como una institución organizada. Las Escrituras presentan a la iglesia como una entidad indispensable para la vida cristiana, no solo como un grupo de individuos, sino como una institución divinamente establecida. El cristiano no puede vivir su fe de forma aislada; necesita la iglesia, tanto la visible como la invisible.
La iglesia se define de manera diversa en las Escrituras y los documentos confesionales. Por ejemplo, la Confesión de Fe de Westminster la describe como la "Iglesia católica o universal, que es invisible y consiste en todo el número de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en uno, bajo Cristo, su Cabeza" . Esta definición subraya la iglesia invisible, el cuerpo de los elegidos a través de los tiempos. No obstante, también existe una dimensión visible de la iglesia, conformada por aquellos que profesan la fe y participan de las ordenanzas del Señor.
El Catecismo Mayor de Westminster distingue entre la iglesia visible e invisible al señalar que la iglesia visible está compuesta por todos aquellos que profesan la verdadera religión y sus hijos, mientras que la invisible consiste en todos los elegidos de Dios . Estas dos dimensiones no son diferentes entidades, sino dos perspectivas de una misma realidad. La iglesia visible manifiesta externamente lo que es espiritual e invisible.

Los Nombres y Descripciones Bíblicas de la Iglesia

La iglesia se describe con varios nombres en la Biblia, los cuales enfatizan diferentes aspectos de su naturaleza. Por ejemplo, la iglesia es llamada "la esposa de Cristo" (Efesios 5:25-27), "el cuerpo de Cristo" (1 Corintios 12:27), "la morada de Dios" (Efesios 2:22), y "el pueblo de Dios" (1 Pedro 2:9-10). Estos nombres enfatizan su unidad, su propósito y su relación íntima con Cristo. La iglesia es la asamblea de los santos, los "llamados afuera", en referencia a la palabra griega ekklesia, que significa asamblea o congregación.
En el Antiguo Testamento, la congregación de Israel era vista como el pueblo de Dios, un precursor de la iglesia bajo el nuevo pacto. El concepto de iglesia no es una idea que surge en el Nuevo Testamento; ya desde el Éxodo, Israel es llamado la congregación del Señor (Éxodo 12:3). Sin embargo, bajo el nuevo pacto, la iglesia ya no está confinada a una nación, sino que se extiende a toda tribu, lengua, pueblo y nación, como se describe en Apocalipsis 5:9. Esto subraya la catolicidad de la iglesia: su universalidad y su naturaleza inclusiva.

Los Atributos de la Iglesia

Los teólogos reformados tradicionalmente hablan de cuatro atributos de la iglesia: unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad. Estos atributos no son meras características opcionales, sino esenciales para entender la naturaleza de la iglesia.
Unidad: La iglesia es una porque tiene un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo (Efesios 4:5). Aunque está dividida en varias denominaciones, todas ellas que confiesan a Cristo como Señor forman parte de la misma iglesia universal.
Santidad: La iglesia es santa porque ha sido separada por Dios para su servicio. No significa que sus miembros sean perfectos, sino que están siendo santificados por el Espíritu Santo. La santidad se refleja tanto en la doctrina como en la vida, y se manifiesta en la pureza de su enseñanza y en el carácter piadoso de sus miembros.
Catolicidad: Este término no debe confundirse con la Iglesia Católica Romana. Catolicidad significa que la iglesia es universal, abarcando todas las culturas, etnias y épocas. Desde Pentecostés, la iglesia ha sido llamada a discipular a todas las naciones, cumpliendo así la gran comisión de Cristo (Mateo 28:18-20).
Apostolicidad: La iglesia es apostólica porque está fundada en la enseñanza de los apóstoles, quienes recibieron la revelación divina directamente de Cristo. La doctrina apostólica es el fundamento sobre el cual la iglesia se edifica (Efesios 2:20). Este atributo también subraya la importancia de la fidelidad doctrinal.

La Distinción Entre la Iglesia Visible e Invisible

Una de las distinciones más importantes en la eclesiología reformada es entre la iglesia visible e invisible. La iglesia invisible consiste en todos aquellos que son verdaderamente elegidos por Dios, aquellos que han sido regenerados y tienen una fe salvadora en Cristo. Es invisible en el sentido de que solo Dios conoce con certeza quiénes son sus elegidos. La iglesia visible, por otro lado, es la comunidad de aquellos que profesan la fe cristiana y participan en las ordenanzas de la iglesia. Esta distinción no implica que existan dos iglesias diferentes, sino que se refiere a dos aspectos de la misma iglesia .
La iglesia visible siempre estará mezclada con creyentes genuinos e hipócritas. Jesús mismo habló de esta realidad en la parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30). Solo en el día del juicio final se separarán los verdaderos creyentes de los falsos. Sin embargo, mientras tanto, los cristianos están llamados a ser parte de la iglesia visible, donde se administran los medios de gracia: la predicación de la Palabra y los sacramentos.

Las Marcas de la Iglesia Verdadera

De acuerdo con la tradición reformada, hay tres marcas principales que distinguen a una verdadera iglesia: la predicación pura de la Palabra de Dios, la administración correcta de los sacramentos y el ejercicio fiel de la disciplina eclesiástica .
Predicación de la Palabra: La predicación es el medio principal por el cual Dios llama a sus elegidos y les concede la fe. Una iglesia verdadera proclama fielmente todo el consejo de Dios, sin añadir ni quitar de las Escrituras.
Sacramentos: La iglesia debe administrar los sacramentos de acuerdo con las enseñanzas de Cristo. El bautismo y la Cena del Señor son signos visibles de la gracia invisible de Dios y sellos del pacto de gracia.
Disciplina Eclesiástica: La disciplina es necesaria para la salud espiritual de la iglesia. Protege la pureza doctrinal y moral, y busca restaurar a los que han caído en el pecado. Sin disciplina, la iglesia se corrompe y pierde su testimonio ante el mundo.

Conclusión: La Iglesia como el Contexto de Nuestra Profesión de Fe

Prometer participar fielmente en la vida de la iglesia no es una opción, sino una necesidad bíblica. Los cristianos son llamados a someterse a la autoridad de la iglesia, no como una imposición legalista, sino como una respuesta a la gracia de Dios. La iglesia es el lugar donde crecemos en santidad, donde recibimos el alimento espiritual a través de la Palabra y los sacramentos, y donde vivimos como una familia en Cristo.
En última instancia, la promesa de participar en la vida de la iglesia y de someterse a su disciplina es una expresión de nuestra identidad como miembros del cuerpo de Cristo. No somos individuos aislados, sino parte de un pueblo redimido que vive bajo el señorío de Cristo y espera su regreso glorioso
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