ALABAR A DIOS EN DÍAS DIFÍCILES

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Salmo 27:1–6 LBLA
1 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? 2 Cuando para devorar mis carnes vinieron sobre mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado. 4 Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo. 5 Porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto. 6 Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor.

INTRODUCCION

Últimamente, el mundo parece estar tambaleándose de una crisis a otra.
Experimentamos una pandemia global,
cambios drásticos en nuestras vidas cotidianas, incertidumbre económica, crisis políticas y sociales, así como una variedad de desastres naturales. Luego están los traumas personales que también enfrentan las personas, como la pérdida de un ser querido, el deterioro de la salud, el desempleo, un divorcio, un delito violento o accidentes trágicos. Para muchos de nosotros, es un momento de dificultad y conmoción sin precedentes.
El 21 de abril de 1764, John Wesley escribió en su diario acerca de una visita que había hecho.
Dijo: (hoy) visité a una mujer que estaba enferma en cama y,
después de haber enterrado a siete miembros de su familia en seis meses,
acababa de enterarse de que el octavo, su amado esposo, había naufragado en el mar.
El pregunto: “¿No e preocupa por ninguna de esas cosas?”.
Ella dijo, con una hermosa sonrisa en su pálida mejilla:
“¡Oh, no! ¿Cómo puedo preocuparme por algo que es la voluntad de Dios?
Que Él se encargue de todo lo demás: Él me ha dado a Sí mismo. Lo amo, lo alabo en todo momento”.
Sólo aquellos que tienen fe en el Señor son capaces de afrontar los problemas
de la vida con alabanza en su corazón.
El Salmo 27 nos muestra que David era uno de los que tenía una gran fe en el Señor.
Muchos de los Salmos tienen inscripciones que nos dan una idea de las circunstancias
que rodearon a ese Salmo en particular. Por ejemplo:
Se nos dice que el Salmo 3 es un "Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón".
El Salmo 34 es “Salmo de David, cuando cambió su conducta delante de Abimelec”
El Salmo 51 fue escrito por David después de que "el profeta Natán vino a él, después que hubo pecado
con Betsabé".
El Salmo 57 es un Salmo de David "cuando huía de Saúl en la cueva".
David enfrentó muchas batallas en su vida: fue perseguido por el rey de Israel, Saúl,
huyó de su propio hijo Absalón,
soportó muchas batallas contra los filisteos
y sufrió mucho como resultado de su propio pecado.
El Salmo 27 es uno de esos Salmos que simplemente se titula "Salmo de David".
Sabemos quién lo escribió,
sabemos que él estaba enfrentando grandes dificultades en ese momento de su vida,
pero no se nos dicen las circunstancias específicas que motivaron esta oración.
En este Salmo, David se refiere a los problemas que estaba enfrentando debido a sus enemigos.
Habla de los falsos testigos y de aquellos que eran "hombres violentos".
No hay duda de que David estaba en medio de un intenso ataque,
pero incluso con problemas a su alrededor, David tenía una gran confianza en el Señor.
No solo tenía confianza en el Señor, sino que era capaz de alabar al Señor incluso en medio de tanta dificultad.
Salmo 27:6 LBLA
6 Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor.
David se llenó de alabanza, agradecimiento y adoración por todo lo que Dios había hecho en su vida.
Veamos cómo respondió David a los problemas de su vida y consideremos
"Cómo ALABAR A DIOS EN DIAS DIFICILES”.
- Hay al menos 4 cosas que David nos enseña sobre cómo afrontar los días difíciles. Debemos:
1. COMPRENDER LA PERSONALIDAD DE DIOS
2. BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS
3. DESCANSA EN LA PROTECCIÓN DE DIOS
- Comencemos examinando el hecho de que debemos:

I. COMPRENDER LA PERSONALIDAD DE DIOS

David era un hombre que caminaba con el Señor.
Se le describe como "un hombre conforme al corazón de Dios".
Cuanto más tiempo conozcas a alguien y más tiempo pases con él,
más aprenderás sobre su personalidad. (A veces esto es algo bueno, a veces... no tanto)
Conoser a gente hace que confiemos o no en ellas…
Sin embargo, cuanto más camines con el Señor y más tiempo pases con Él,
más aprenderás acerca de Él. (¡Y esto SIEMPRE es algo bueno!)
Cuando empesamos a reconocer y comprender los atributos de la personalidad de Dios,
Tendremos cada vez mas confianza en sus capacidades.
Cuando tengas confianza en el Señor, podrás confiar en Él, incluso en los momentos difíciles de la vida.
- Escuche lo que David declara acerca de la personalidad de Dios en los versículos 1-3
Salmo 27:1–3 LBLA
1 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? 2 Cuando para devorar mis carnes vinieron sobre mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado.
David describe al Señor como: “mi luz”, “mi salvación” y “la fuerza de mi vida”.
La semana pasada hablamos de la luz…
Aunque los problemas rodeaban a David,
él sabía que no estaba en tinieblas porque el Señor era su luz.
Aunque el peligro lo rodeaba por todas partes, David sabía que el Señor era su “salvación”.
SALVACION: heb. ye sha, seguridad, el estado de estar a salvo o libre de peligro.
El Confiaba en que el Señor lo libraría de sus enemigos.
La confianza de David provenía del hecho de que el Señor lo había librado en el pasado.
A cuantos no ha librado el Senor? SI EL NOS HA LIBRADO EN EL PASADO… EL NOS LIBRARA EN EL PRESENTE,
David estaba seguro de que Dios lo libraría de su situación actual,
y David podía confiar en que el Señor lo libraría en el futuro.
Como hijos de Dios, podemos (y debemos) tener este mismo tipo de confianza en Él.
Podemos recordar las ocasiones en que Él nos ha liberado en el pasado,
podemos confiar en que Él nos liberará de nuestras circunstancias actuales
y podemos estar seguros de que Él nos liberará en el futuro.
Aquellos que aceptaron el evangelio, han experimentado la liberacion mas grande.
A través de Jesús, hemos sido liberados de nuestros pecados.
Y podemos tener confianza en Él (incluso en medio de los problemas),
PORQUE? Porque Él es nuestra Luz y nuestra Salvación.
- Escuchemos lo que dice Juan en su relato evangélico:
Juan 1:4 RVR60
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan 1:9 RVR60
9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Jesús no sólo es nuestra luz y nuestra salvación,
sino que también es “la fuerza de nuestra vida”.
Piense en esto por un momento:
David era conocido por ser un gran guerrero.
No sólo mató a ese gran gigante Goliat,
sino que también tuvo muchas victorias notables contra los filisteos.
Incluso con su habilidad y capacidades personales, David miraba al Señor como “la fuerza de su vida”.
Creo que este fue el secreto del éxito de David en la batalla.
Aunque era hábil y fuerte, confió en el Señor para asegurar la victoria.
Escuche lo que David le dijo a Goliat justo antes de matarlo:
1º Samuel 17:45–47 LBLA
45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, 47 y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y Él os entregará en nuestras manos.
David enfrentó lo que muchos llamarían probabilidades insuperables y salió victorioso.
Salió victorioso porque confió en que el Señor le daría la victoria.
Haríamos bien en confiar en el Señor para asegurar la victoria en las batallas que enfrentamos.
Somos tentados a buscar fortaleza en todas partes en la batalla.
Buscamos recursos terrenales:
recurrimos a nuestros amigos,
recurrimos a nosotros mismos,
confiamos en nuestra propia fuerza en lugar de confiar en el Señor.
Es por eso que tan a menudo somos derrotados.
David sabía que Dios era mucho más fuerte que él.
Además, David sabía que Dios era mucho más fuerte que sus enemigos.
Y la gran bendición era que Dios estaba de su lado.
Podemos tener esta misma clase de confianza en el Señor.
Veamos que dijo Pablo en Efesios 6:10
Efesios 6:10 LBLA
10 Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.
Salmo 27:1 RVR60
1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Que dice la ultima parte de este verso?
?De QUIEN HE DE TEMER?
No había razón para que David temiera a sus enemigos,
no había razón para que temiera a sus circunstancias,
no había razón para que temiera a nada porque el Señor estaba de su lado.
¡El Señor era su luz, su salvación, su escudo y su fortaleza!
¡Podemos confiar en Él por estas mismas razones!
Si alguna vez podemos comprender estas verdades, podremos enfrentar con confianza cualquier tormenta,
cualquier valle o cualquier batalla que enfrentemos en esta vida.
- ¿Cómo podemos ofrecer alabanza incluso en días difíciles?
Empecemos por comprender la personalidad de Dios. En segundo lugar veremos que debemos:

II. BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS

Salmo 27:4 LBLA
4 Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo.
David no vivía sólo de las victorias pasadas.
No pasaba el tiempo reflexionando sobre lo que Dios había hecho por él.
Continuó buscando al Señor.
Dijo: "que yo habite en la casa del Senor todos los dias de mi vida".
Como resultado de experiencias pasadas, David sabía lo dulce que era tener comunión con el Señor.
Es grandioso saber que podemos acudir al Señor en tiempos difíciles.
Es reconfortante saber que podemos confiar en que Él nos protegerá en medio de la tormenta.
Hay una gran seguridad en saber que Él caminará con nosotros a través de los valles de la vida.
Es muy alentador saber que podemos confiar en Él para vencer a nuestros enemigos y asegurar la victoria en la batalla.
Sin embargo, no tenemos que esperar hasta que nuestro mundo se derrumbe para buscar al Señor.
De hecho, ¡deberíamos tener el deseo de buscarlo y experimentar su presencia todos los días de nuestra vida!
En este pasaje David indica que deseaba vivir en el tabernáculo mismo,
para poder estar rodeado de la presencia de Dios diariamente.
Afirma que su deseo era “contemplar la hermosura del SEÑOR”
Entiendan que él no se estaba refiriendo a la gloria del Templo, pues todavía no existía.
En ese momento, el Templo de Israel era el Tabernáculo, que era poco más que una tienda de campaña.
Esto demuestra que no era una estructura terrenal, ni su contenido, lo que David anhelaba.
Era la belleza del Señor lo que le fascinaba.
Anhelaba la dulzura de la presencia del Señor. Quería más de Dios.
Aunque tenía una relación maravillosa con Él,
quería saber más de Él.
Así debe ser para todos y cada uno de nosotros que pertenecemos a Él.
David también afirma que quería "meditar en su templo”.
Sabía que cuando estaba en la presencia del Señor podía hacerle conocer sus peticiones.
- Y eso es exactamente lo que hace en la última parte de este Salmo.
Veamos:
Salmo 27:7–14 LBLA
7 Escucha, oh Señor, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme. 8 Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, Señor, buscaré. 9 No escondas tu rostro de mí; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación. 10 Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá. 11 Señor, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. 12 No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia. 13 Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. 14 Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.
Para poder dar a conocer con éxito tus peticiones al Señor, debes buscar Su presencia.
Cuando comprendemos la personalidad de Dios y buscamos Su presencia, entonces podremos:

III. DESCANSAR EN LA PROTECCIÓN DE DIOS

Salmo 27:5–6 LBLA
5 Porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto. 6 Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor.
Aquí David revela una de las muchas bendiciones de buscar al Señor con todo el corazón.
Afirma con confianza que "en medio de los problemas, Dios lo esconderá en su pabellón".
No hay ninguna indicación en la Biblia de que los hijos de Dios estén exentos de problemas en esta vida.
Pero cuando caminamos con el Señor podemos confiar en que Él nos protegerá.
En Él encontramos consuelo y descanso incluso en los peores momentos.
Él es nuestro refugio en tiempos de dificultad.
David proclamó esto en muchos de sus Salmos:
Salmo 46:11 LBLA
11 El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Selah)
Salmo 59:16 LBLA
16 Pero yo cantaré de tu poder; sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia; porque tú has sido mi baluarte, y un refugio en el día de mi angustia.
Salmo 62:7 LBLA
7 En Dios descansan mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios.

CONCLUSION

Cuando está oscuro... ¡ÉL ES NUESTRA LUZ!
Cuando estamos débiles... ¡ÉL ES NUESTRA FUERZA!
Cuando los dardos de fuego del maligno se acercan a nosotros... ¡ÉL ES NUESTRO ESCUDO!
Cuando el enemigo nos persigue... ¡ÉL ES NUESTRO REFUGIO!
Hay mucha esperanza en este Salmo.
Como hijos de Dios podemos reclamar estas promesas de las que habló David en estos versículos.
Podemos decir: “El Señor es nuestra luz y nuestra salvación”.
No tenemos por qué temer a nadie ni a nada en esta vida...
“El Señor es la fortaleza de nuestras vidas”.
Cuando nuestros enemigos vengan sobre nosotros, tropezarán y caerán.
Tenemos la oportunidad de “habitar en la casa del Señor todos los días de nuestra vida”.
Podemos “contemplar la hermosura del Señor”.
Podemos “inquirir de Él” y hacerle conocer nuestras peticiones.
En tiempos de angustia, Él es nuestro refugio.
Podemos confiar en que Él nos esconderá y nos protegerá.
Él pondrá nuestros pies sobre una roca
y levantará nuestra cabeza incluso en los días más difíciles.
Sin embargo, para que podamos tener esta confianza,
y experimentar estas bendiciones, debemos hacer como David y “buscar al Señor”.
Si hacemos esto, podremos alabar incluso en los días difíciles.
JC Pittman señaló que “una boya de campana suena solamente durante las tormentas. El batir de las
olas y el viento hacen aflorar la música que lleva dentro, de la misma manera las pruebas revelan lo
que hay dentro de una persona”. (Fuente: Bible Truths Illustrated, JC Ferdinand Pittman)
Podemos (y debemos) ofrecer alabanza a nuestro Dios, incluso cuando nos encontramos en medio de
las tormentas de esta vida. Podemos hacerlo si comprendemos la personalidad de Dios, buscamos su
presencia y descansamos en su protección.
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