CONSTRUYENDO UNA VIDA SÓLIDA

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Desafiar a mi audiencia a obedecer la Palabra de Dios para construir su vida en torno a ella.

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INTRODUCCION

¿Alguna vez te has sentido frustrado porque después de esforzarte tanto con algo, todo se viene abajo?
En mi vida, he visto muchos ejemplos de personas que en un momento están en la cima y en otro, caen. Esto puede ser tan común que sé de casos particulares referente a la familia y relaciones que ciertamente estaban bien y todo aparentaba estable, pero de un momento a otro, se produce un divorcio, una enemistad, un conflicto y todo lo construido… se desmorona.
Hoy hablaremos sobre “Construir una Vida Sólida”. Veamos lo que la Palabra de Dios nos enseña al respecto.
Contexto:
Mateo (quien registra y escribe el libro de nuestra porción de hoy) ha sido llamado “el Evangelio para el maestro” porque el material se presenta en forma muy adecuada para ser usado en la enseñanza. Probablemente, por esta razón este Evangelio fue el más ampliamente usado de los cuatro en la iglesia primitiva. Mientras que Marcos ofrece una narración vívida y fluida, Lucas un estudio sensible del trato de Jesús con las personas, y Juan un cuadro más explícitamente teológico de Jesús, Mateo coleccionó relatos y dichos de Jesús que se enfocan particularmente sobre los intereses normales en la vida de la iglesia, y los arregla de tal manera que un maestro en la iglesia podría valerse de ellos.
Nuestro texto para estudiar en el día de hoy es parte del primer gran discurso realizado por Jesús, en el libro de Mateo, el cual inicia en el cap. 5 y termina en el cap. 7 y es conocido como el Sermón Del Monte. El tema central de este discurso de nuestro Señor es la vida del reino o discipulado.
Pasemos a ver los integrantes de la construcción para luego considerarlo cada uno en particular.

INTEGRANTES DE LA CONSTRUCCION

Jesús nos revela en este texto varios elementos fundamentales que intervienen en la construcción:
Quién construye: la persona
Qué construye: la casa o nuestra vida
Dónde construye: el terreno

QUIÉN CONSTRUYE: LA PERSONA

Para el Señor, hay dos tipos de constructores:
Aquellos que oyen su Palabra y las pone en práctica (ver v. 24).
Aquellos que oyen su Palabras y no las pone en práctica (ver v. 26).
(V.24) aquellos que oyen y las ponen en práctica, Jesús les compara con un hombre “sabio” o “prudente” literalmente “pensador juicioso”. Esta palabra procede del gr. (Φρόνιμος) frónimos que significa prudente, sensato, con una sensatez práctica; sabio en lo práctico; juicioso, sagaz; que tiene la capacidad de entender, con frecuencia en las cosas de la vida diaria; en consecuencia, sagaz (Mt 7:24), y sabio en cuestiones espirituales[1]
(V.26) aquellos que oyen y no las ponen en práctica, el Señor los compara con una persona “insensata” que literalmente significa “necio”. Esta palabra procede del gr. (Μωρός) morós que significa ser tonto, estúpido, ignorante e insensato. Esta palabra tiene que ver con el corazón y el carácter de la persona.
Estos tipos de constructores, que nos muestra el Señor, nos revela algunas cosas importantes:
Si queremos construir una vida sólida y estable, debemos de ser personas juiciosas y sensatas y solo a través de escuchar y obedecer su Palabra será posible.
“Pero Pedro y los apóstoles respondieron: «Debemos obedecer a Dios en vez de obedecer a los hombres.” (Hechos de los Apóstoles 5:29, NBLA)
“Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, reciban ustedes con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar sus almas. Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.” (Santiago 1:21–22, NBLA)
No será posible construir una vida sólida y estable si se es una persona insensata; si no se pone en práctica las enseñanzas de Jesús.
Un ejemplo de insensatez es el caso al que hace alusión Esteban en su discurso, donde habla de los israelitas que les pidieron a Aaron que les hiciera un becerro de oro. Esteban dice de ellos: “Al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto,” (Hch 7:39)
Lo que hará la diferencia para la construcción de una vida sólida y estable no es el conocimiento sino la obediencia a ese conocimiento de la Palabra de Dios.
“El propósito de la Palabra de Dios no es solamente proporcionarnos conocimiento sino obediencia.” John MacArthur

QUÉ SE CONSTRUYE: NUESTRA VIDA.

Jesús compara la obediencia a la Palabra de Dios como la construcción de una casa.
Una de las implicaciones del texto es que la construcción de la casa es responsabilidad de cada persona.
Todos vamos edificando la construcción de nuestras vidas y todos nos enfrentaremos a las más feroces pruebas y situaciones.
El texto revela que la construcción de ambos edificadores, pasaron por las mismas pruebas y circunstancia difíciles (ver v. 25 y 27), por lo que todos pasaremos por los embates de la vida.
La historia de Job nos ilustra esta realidad y nos muestra sobre la sensatez y sobriedad que tenía y como reaccionó ante estas calamidades:
“Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre Y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; Bendito sea el nombre del SEÑOR». En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios.” (Job 1:20–22, NBLA)
“Entonces su mujer le dijo: "¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete." Pero él le dijo: "Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?" En todo esto Job no pecó con sus labios.” (Job 2:9-10 NBLA)
Es un error absurdo pensar que, porque somos hijos de Dios, aquellos que nos esforzamos en obedecer sus Palabras, no vamos a pasar por las circunstancias difíciles y los sufrimientos de la vida.
Nuestra vida, nuestra familia, nuestras relaciones, nuestras profesiones, nuestros sueños, nuestras capacidades, nuestros ministerios, todo en nosotros, todo lo que somos, ha de ser pasado por el fuego más feroz para probar la firmeza de nuestra construcción.
“Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo.” (1Pe 4:12 NBLA)
Tú podrás estar pasando por alguna prueba; tal vez estés enfrentando circunstancias difíciles o quizás hayas visto desmoronarse todo aquello que con tanto trabajo has construido o estás construyendo. Si este es tu caso entonces debes de reflexionar sobre el fundamento sobre el cual estas construyendo.
“No conozco nada que pueda consolar tanto al alma, que calme a las creciente olas de dolor y tristeza, que hable de tanta paz a los vientos de las pruebas, como una devota reflexión sobre el tema de la Deidad.” Charles H. Spurgeon

DÓNDE SE CONTRUYE: EL TERRENO

Con respecto al terreno de construcción, el Señor nos enseña que hay dos tipos de terreno:
“La roca” que literalmente significa “masa rocosa”. Viene del gr. (Πέτρα) pétra que significa peña, piedra o roca. Denota una masa de roca, en distinción a petros, una piedra o peñasco sueltos, o una piedra que se pueda arrojar o mover con facilidad.
En Mat. 16:18, metafóricamente, se refiere a Cristo y del testimonio acerca de él; aquí está clara la distinción entre petra, acerca del Señor mismo y petros, el apóstol Pedro.
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro (petros), y sobre esta roca (petra) edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mat 16:18 RV1960)
“La arena” que viene del gr. (ἄμμος) ámmos que lo que describe es un fundamento inseguro.
Ilustración: hace unos años se estuvo realizando una edificación en la avenida Juan Pablo Duarte, casi esquina Estrella Sadhalá, aquí en Stgo. Esta construcción se desplomó porque el terreno donde se estaba construyendo no era adecuado para el tipo de construcción. Por otro lado, el templo de nuestra Iglesia en Las Colinas fue edificado sobre un terreno que se encuentra sobre una roca que provocó que el trabajo sea más difícil, pero garantizó la seguridad de firmeza de la edificación.
¿A qué se refiere Jesús con la comparación de estos terrenos y nuestras vidas?
En primer lugar, el terreno de construcción representa el fundamento sobre el cual construimos nuestras vidas.
Construir sobre “la roca” es construir basado en las enseñanzas del Señor (el que oye y pone en práctica).
Construir sobre “la arena” es construir sobre algo incierto como las presuposiciones sin fundamento, la filosofía, nuestros propios conceptos de cómo deben de ser las cosas, etc. (el que oye y no pone en práctica).
En segundo lugar, Dios da una garantía de éxito o firmeza a aquellos que construyen su vida basada en las enseñanzas de Jesús, mientras que también garantiza ruina y fracaso sobre aquellos que edifican sobre la arena, o sea, aquellos que no obedecen su Palabra.
La evidencia más contundente de que una persona es sabia o sensata no es el éxito que tenga ante las adversidades, sino el fundamento sobre el cual edificó.
Esto deja claro que la gloria es del Señor ya que el mismo es el fundamento, por lo que el orgullo mal sano y el ego que tanto impera en nuestra sociedad queda excluido.
El mismo fundamento sobre el cual Cristo edifica su iglesia (Mt. 16:18) es el mismo fundamento sobre el cual debemos construir nuestras vidas.
El fundamento de una persona es lo que lo mantendrá en pie o derrotado en esta vida la cual está viciada de todo tipo de retos y problemas.

APLICACIONES Y CONCLUSIONES

Es un buen momento para pensar si nuestras vidas están sobre la Roca que es Cristo. Nuestro Señor tiene que ser el fundamento sobre el cual edifiquemos todo en nuestras vidas. Su evangelio nos garantiza la reconciliación con Dios, que nuestros pecados ha arruinado. Pero gracias a la obra de Cristo, hoy podemos ser reconciliados con Dios, y la vida que hemos construido sobre la arena, puede ser reconstruida sobre la Roca de la Salvación que es Cristo Jesús.
Hoy es el día para que te decidas en edificar tu vida, tu familia, tus negocios, tus relaciones sobre la Roca que es Cristo. Hoy es el momento para decidirte en convertirte en una persona sabia, que oye la Palabra de Dios y la pone en práctica día a día.
Si miras todo lo que haz vivido y detectas que no ha sido construido sobre la base del fundamento que es Cristo, el siguiente paso a dar es venir en arrepentimiento al Señor y pedirle que te ayude a ser un hacedor de la Palabra de Dios en cada aspecto de ti vida.
[1]Swanson, James. 1997. En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo testamento), Edición electrónica. Bellingham, WA: Logos Bible Software.
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