Lo bueno del Trabajo

Que dice Dios de tu trabajo  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Reflexionar sobre lo bueno del trabajo.

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HABLEMOS DE LA VIDA

En Latinoamérica, vivimos en una sociedad donde la vida familiar, el trabajo y nuestra identidad como personas se encuentran bajo una gran presión. A menudo, las personas sienten que tienen que elegir entre dedicarse a su familia o a su trabajo, o que su valor como seres humanos está determinado por lo que hacen o por lo que poseen.
La familia, una institución tan fundamental para nuestra vida, enfrenta desafíos con la desintegración familiar, la violencia y la falta de valores. Al mismo tiempo, el trabajo se ha vuelto para muchos una carga, una simple forma de sobrevivir, en lugar de una fuente de realización. Esto nos lleva a desequilibrios profundos que afectan a nuestra sociedad en todos sus niveles.
PENSAMOS:
¿Cómo podemos encontrar una manera de restaurar esa armonia?
¿Cómo podemos comprender nuestro lugar como seres humanos en el plan de Dios, el valor de la familia y el verdadero propósito del trabajo?

ESCUCHEMOS A DIOS

La Biblia nos ofrece una respuesta clara y esperanzadora. En la historia de la creación, Dios nos revela tres elementos fundamentales que forman la base de nuestra vida: el ser humano, la familia y el trabajo. Veamos qué nos dice la Palabra de Dios sobre cada uno de estos aspectos.
Génesis 1:26 RVR60
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
1. El Ser Humano
Imagen (Hebreo: tselem) La palabra tselem en hebreo se refiere a una representación o sombra de algo más grande. En el contexto de Génesis 1:26, implica que los seres humanos fueron creados para reflejar el carácter y la naturaleza de Dios en el mundo. Esto no significa que seamos dioses, sino que tenemos capacidades únicas que reflejan atributos de Dios: inteligencia, moralidad, creatividad y una relación con el Creador.
Semejanza (Hebreo: demut) La palabra demut enfatiza que los seres humanos no solo reflejan la "forma" de Dios, sino también Su carácter y propósito. Esto se refiere a que fuimos creados para comportarnos de acuerdo a los principios divinos: justicia, bondad, y santidad. Ser semejantes a Dios significa que tenemos la capacidad de actuar conforme a Su voluntad y vivir de una manera que refleja Su corazón.
Ser creados a imagen y semejanza de Dios significa que tenemos un valor inherente que no depende de lo que hacemos o tenemos. Reflejamos a Dios en nuestras decisiones, relaciones y acciones. Esta identidad nos otorga dignidad y propósito, recordándonos que estamos llamados a vivir para glorificar a nuestro Creador. Hoy, esto nos desafía a ser personas que reflejan el amor, la justicia y la gracia de Dios en un mundo que desesperadamente necesita Su luz.
2. La Familia
Génesis 2:18 RVR60
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.
Dios diseñó la familia como el lugar donde crecemos y florecemos. Dios creó la familia como un lugar de apoyo, unidad y amor, donde los hijos son enseñados en los caminos del Señor y donde las relaciones reflejan Su carácter. La familia no es solo una unidad social, sino un diseño divino para vivir en comunidad y llevar adelante el propósito de Dios.
1. Ayuda (Hebreo: ezer) La palabra ezer en hebreo significa "auxiliadora" o "ayudante". Este término se utiliza también en la Biblia para describir a Dios como nuestro ayudador, lo que indica que no implica inferioridad, sino una colaboración poderosa y necesaria. La mujer fue creada para apoyar al hombre en una relación de igualdad, donde ambos participan activamente en cumplir el propósito de Dios en la creación.
2. Idónea (Hebreo: kenegdo) La palabra kenegdo significa "que está frente a", "correspondiente" o "adecuada". Esto sugiere que la mujer fue creada para ser un complemento perfecto para el hombre, alguien con quien pudiera trabajar en equipo, compartir la vida y cumplir el mandato de Dios de gobernar sobre la tierra. Esta relación es de mutua colaboración, no de subordinación.
La creación de la familia es parte del plan original de Dios para la humanidad. En la relación matrimonial, la ayuda idónea implica que el hombre y la mujer deben trabajar juntos, apoyándose mutuamente, respetándose y reflejando la unidad y el amor de Dios. Hoy, esto desafía a las familias a valorarse mutuamente, reconociendo que todos los miembros son esenciales para cumplir el propósito de Dios en la sociedad.
3. El trabajo
Génesis 2:15 RVR60
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Finalmente, el trabajo fue dado por Dios como una bendición. El trabajo no es una carga ni un castigo, sino una oportunidad para colaborar con Dios en el cuidado de Su creación y en el servicio a los demás. El trabajo forma parte de nuestro propósito como seres humanos. Dios trabaja, y nos invita a participar en Su obra a través de nuestras labores.
1. Labrar (Hebreo: abad) La palabra abad significa "trabajar", "servir" o "cultivar". El hombre fue puesto en el jardín para trabajar en él, lo que implica que el trabajo es una parte fundamental de la creación. Trabajar no es una maldición ni un castigo, sino un medio por el cual el ser humano participa en el cuidado y desarrollo de la creación de Dios. El trabajo es una forma de adorar y servir a Dios, y debe hacerse con excelencia y propósito.
2. Guardar (Hebreo: shamar) La palabra shamar significa "proteger", "cuidar" o "conservar". Esto indica que no solo el trabajo es necesario, sino también la responsabilidad de proteger lo que se ha creado. Dios confió al ser humano la tarea de cuidar Su creación, no solo de explotarla, lo que nos llama a ser buenos administradores de los recursos que tenemos.
El trabajo sigue siendo parte del plan redentor de Dios. No importa el tipo de labor que hagamos, todos estamos llamados a trabajar con excelencia y a cuidar lo que Dios nos ha confiado. Hoy, esto nos desafía a no ver el trabajo como una carga, sino como una oportunidad de colaborar con Dios en el mundo, sirviendo a los demás y protegiendo Su creación. En el contexto moderno, esto incluye el respeto por el medio ambiente y el uso responsable de los recursos.

RESPONDAMOS A LA VIDA

¿Cómo podemos responder a esta visión bíblica de nuestra vida? Aquí hay algunas acciones concretas que puedes tomar para restaurar la ARMONIA entre tu identidad, tu familia y tu trabajo:
Afirma tu identidad en Dios: Recuerda que tu valor como persona no proviene de lo que haces o de tus logros, sino de tu identidad como hijo o hija de Dios. Dedica tiempo esta semana a reflexionar sobre lo que significa ser creado a Su imagen y a agradecerle por tu dignidad como ser humano.
Prioriza tu familia: Si tu trabajo o tus responsabilidades te han apartado de tu familia, haz un esfuerzo consciente por revalorizar el tiempo que pasas con ellos. Ora por tu familia, comparte tiempo de calidad y asegúrate de que están creciendo en los caminos del Señor. Enseña a tus hijos sobre el amor de Dios y los valores del Reino.
Enfócate en el propósito del trabajo: Ve tu trabajo como una oportunidad para servir a Dios y a los demás, no como una carga. Hazlo con excelencia, creatividad y amor, sabiendo que estás participando en el plan de Dios. Si te sientes abrumado o desmotivado en tu trabajo, pídele a Dios que te muestre cómo puedes servirlo en tu lugar de trabajo.
4. Frase de Desafío: "El trabajo, la familia y la identidad no son cargas que debemos equilibrar, sino bendiciones que Dios ha diseñado para que florezcamos en armonía." - John Piper
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