El arca del pacto en el templo

1º Reyes 8:1–6 (RVR60)

(2 Cr. 5.2–14)

“1Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, la cual es Sion. 2Y se reunieron con el rey Salomón todos los varones de Israel en el mes de Etanim, que es el mes séptimo, en el día de la fiesta solemne. 3Y vinieron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. 4Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y levitas. 5Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. 6Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.”

Introducción

La construcción del templo llevó siete años, fue terminado entre octubre y noviembre, pero fue dedicado entre septiembre y octubre del siguiente año.

La razón fue reunir los ancianos de Israel, a los jefes de las tribus y a los principales de las familias de los hijos de Israel, la cual se llevó a cabo en la fiesta anual de los tabernáculos.

En anteriores ocaciones los israelitas fallaron en trasladar el arca.

En 1 Samuel 6 los filisteos devolvieron el arca, la colocaron en una carreta, al llegar a Israel los habitantes de Bet-semes miraron dentro del arca y murieron 50,070 hombres. Dejaron el arca en casa Abinadab por muchos años.

En 2 Samuel 6 David intenta llevar el arca a Jerusalén pero murió Uza al tocarla, fue dejada en casa de Obed-Edom por tres meses.

Hasta que comprendió David que debía hacerse de la manera que Dios ordenaba. Así logró trasladarla finalmente a Jerusalén.

Ahora Salomón, reúne a los sacerdotes y levitas para que trasladasen el arca, del tabernáculo de Moisés al templo de Salomón.

En esta ocasión no hubo ningún inconveniente pues lo hicieron conforme El Señor lo había ordenado.

Hay ocaciones en la que tenemos buenas intenciones de servir al Señor, pero no lo hacemos en el orden de Dios y el resultado es un fracaso.

Pero cuando tomamos tiempo en escudriñar la Biblia aprender de ella, conocer la voluntad de Dios y aplicarlo a nuestro servicio, las cosas resultaran en una gran bendición.

Colocación del arca del pacto

1º Reyes 8:5–6 “Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la multitud no se podían contar ni numerar. Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.”

Una gran multitud de la congregación de Israel participó en este acto solemne, pero también presentaron sacrificios y ofrendas a Dios en celebración, agradecimiento y temor.

Fueron los sacerdotes, los únicos designados para colocar el arca del pacto en el lugar santísimo bajo los dos querubines y permaneció ahí hasta la destrucción del templo por los babilonios.

Esta es el último testimonio visible del arca del pacto, su ubicación actual es un misterio, se supone que fue tomada por los caldeos 500 año después y llevada a Babilonia.

En el libro apócrifo segunda de Macabeos, se relata que el profeta Jeremías la escondió junto a los utensilios sagrados en una cueva y que nadie sabe su ubicación pero Dios la revelará en los tiempos de la restauración del templo.

2 Macabeos 2:5 (La Biblia de Estudio: Dios Habla Hoy) “y que, al llegar allí, Jeremías había encontrado una cueva en la que depositó el arca del pacto, la tienda y el altar de los inciensos, después de lo cual tapó la entrada.”

Sin embargo, para la iglesia el arca del pacto ya no representa la presencia de Dios, pues ahora la presencia de Dios está en nosotros por medio de Jesucristo.

Mateo 28:20 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Los ministerios en la iglesia

En la dispensación de la ley, los sacerdotes pertenecían a un linaje específico y nadie podía tomar esa posición.

Hoy en día el servicio a Dios no está limitado por raza o linaje, sin embargo si es por llamado de Dios: Marcos 3:13 “Después subió al monte, y llamó a sí a los que Él quiso; y vinieron a Él.”

Mateo 22:14 “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.”

Todo aquel que quiera servir a Dios debe saber cual es su llamado. 1 Corintios 12:4–6 (RVR60) “4Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. 5Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. 6Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.”

¿Qué pasaría si el ojo quisiera ser oido?

Sin embargo, existen cinco ministerios que presiden en la iglesia hoy día: Efesios 4:11–12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,”

Estos ministerios tienen una responsabilidad grande, pues son llamados a administrar, orar, instruir, corregir y ensañar al pueblo, además de predicar la Palabra de Dios.

Por eso debemos hacerlo con temor: Santiago 3:1 “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.”

Por eso la Biblia llama a sujetarse a ellos: Hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”

¿Por qué no puede cualquiera ser llamado? por la soberana voluntad de Dios, además por nuestro bien porque si no tenemos el temor y la vocación haremos las cosas mal y correremos el peligro que corrió Nadab y Abiú al ofrecer fuego extraño. (Levítico 10).

La presencia de Dios

1º Reyes 8:10–11 “10Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. 11Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.”

Dios se había agradado de su pueblo al presentarse con reverencia y temor, por la obediencia del rey y de los sacerdotes al obrar según lo indicado por Dios.

El resultado es su presencia descendiendo nuevamente en forma de nube sobre el templo.

Cuando Israel transitaba por el desierto, la nube de la gloria de Dios los acompañaba para protegerlos:

Éxodo 14:19–20 “Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.”

Ahora esa nube nuevamente se manifiesta para dar aprobación por la construcción del templo.

La gloria de Dios se manifestará cuando obremos con reverencia y temor, cuando andemos en obediencia a su Palabra.

Tristemente muchas personas en las iglesia desean la gloria de Dios pero están en rebeldía, insujetos e irreverentes.

Conclusión

Esta fue la época más gloriosa de Israel, David y Salomón habían unificado las doce tribus, constituyeron una nación, conquistaron los territorios que aún faltaban, expulsaron o dominaron sobre los cananeos que aun estaban en su territorio obligándolos a abandonar el paganismo y sometiéndolos a su servicio. Restauraron el culto a Dios conforme a la enseñanza de Moisés y la nueva revelación que Dios le dio a David respecto a la alabanza.

Todo esto trajo gran prosperidad, paz, felicidad y bendición sobre todo el país, fue la época dorada de Israel.

Ahora, se inaugura el templo que durante tanto tiempo era esperado, fue un evento glorioso en la historia de Israel, donde la presencia de Dios se manifestó como nunca antes desde el Éxodo.

Esto nos enseña que si andamos realmente en el temor de Dios, sujetos a su Palabra, gozaremos de todas estas grandes bendiciones: salud, fuerza, paz, felicidad, prosperidad, bendición, pero sobre todo la presencia de Dios en nuestra vida.

Éxodo 15:26 “y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.”