Crecer en amor y discernimiento

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Transcript

1.0 Titulo:

Crecer en amor y discernimiento

2.0 Texto del Sermón

Filipenses 1:3–11“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”

3.0 Acerca del Texto:

El pasaje de Filipenses 1:3-11 es una oración de gratitud y aliento que el apóstol Pablo ofrece por la iglesia en Filipos. Pablo muestra su profundo afecto por los creyentes, expresando un agradecimiento constante a Dios por su participación en la obra del evangelio. A través de su oración, Pablo resalta tres temas clave:
La oración ferviente por la iglesia, reconociendo su papel en la expansión del evangelio.La certeza de que Dios completará la obra que ha comenzado en los creyentes.La necesidad de crecer en amor y discernimiento, produciendo frutos de justicia que glorifiquen a Dios.
Este pasaje nos recuerda que nuestro crecimiento espiritual es un proceso continuo en el que Dios está trabajando para hacernos más como Cristo. A medida que crecemos en amor, también debemos desarrollar discernimiento para vivir una vida justa y glorificar a Dios con nuestras acciones.

4.0 Propósito del Sermón

El propósito de este sermón es motivar a la iglesia a orar unos por otros y a confiar en la obra de Dios en nuestras vidas, sabiendo que Él la perfeccionará hasta el día de Cristo. Al mismo tiempo, busca exhortar a los creyentes a crecer en amor y discernimiento, con el fin de que nuestras vidas reflejen los frutos de justicia que glorifican a Dios.

5.0 Declaración del Discurso

"En la vida cristiana, el amor y el discernimiento deben ir de la mano. Mientras oramos y confiamos en que Dios perfeccionará la obra que comenzó en nosotros, también debemos comprometernos a crecer en estos dos elementos esenciales, de modo que nuestras vidas produzcan frutos de justicia para la gloria de Dios."

6.0 Objetivo del Sermón

El objetivo de este sermón es que los creyentes:
Comprendan la importancia de la oración intercesora dentro de la comunidad cristiana, siguiendo el ejemplo de Pablo, quien oraba constantemente por la iglesia.
Desarrollen confianza en la obra continua de Dios en sus vidas, reconociendo que la santificación es un proceso que culminará cuando Cristo regrese.
Crecen en amor y discernimiento, entendiendo que estos son esenciales para aprobar lo mejor y vivir de manera íntegra delante de Dios.
Manifiesten frutos de justicia en su vida diaria, sabiendo que estos frutos son el resultado del trabajo de Cristo en ellos, y son para la alabanza y gloria de Dios.
Al final, los oyentes deberían salir con una mayor convicción de que Dios está obrando en sus vidas y con un compromiso renovado para crecer en amor, sabiduría y justicia.

7. Introducción

Hermanos y hermanas, hoy quiero hablarles de algo que todos necesitamos, algo que nos ayuda a vivir mejor en este mundo tan complejo y lleno de desafíos: el amor y el discernimiento. Nosotros, viviendo aquí en Ciudad del Carmen, sabemos lo que es enfrentar tiempos difíciles, ya sea por el trabajo en las plataformas o por los momentos de incertidumbre económica. Sabemos lo que significa cuidar de nuestras familias y seguir adelante, confiando en que Dios nos guía.
Pero hay algo más que debemos cuidar: nuestro crecimiento espiritual. Así como queremos ver prosperar a nuestras familias y comunidad, también debemos buscar crecer en nuestro amor por Dios y por los demás, y no solo eso, sino también en sabiduría, para tomar buenas decisiones en nuestra vida diaria.
Hoy veremos cómo Pablo, en su carta a los filipenses, nos llama a orar unos por otros, a confiar en que Dios está trabajando en nosotros y a asegurarnos de que nuestras vidas den frutos, para que, cuando llegue el momento, estemos preparados para recibir a Cristo. Así como cuidamos de nuestras familias y trabajo, Dios también cuida de nosotros, pero Él espera que respondamos creciendo en amor y discernimiento.
Vamos a ver cómo este llamado de Pablo aplica a nuestras vidas hoy, aquí en nuestra ciudad, en nuestras familias, y en nuestros corazones.

8.- Desarrollo

8.1. Oración por la iglesia

Filipenses 1:3-4 "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros."
Explicación: Pablo inicia su carta con una oración de gratitud por la iglesia en Filipos. Nos enseña que la oración por nuestros hermanos en Cristo es fundamental para el crecimiento espiritual de la iglesia. No se trata solo de orar por nuestras necesidades individuales, sino de interceder continuamente por el bienestar espiritual y el crecimiento de la comunidad. La oración fortalece la unidad, promueve el amor y mantiene a la iglesia en el centro de la voluntad de Dios.
Citas bíblicas de apoyo:
Efesios 6:18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”
1 Timoteo 2:1 “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;”
Nuestra responsabilidad es orar por todos, reconociendo que cada miembro de la iglesia es parte del cuerpo de Cristo.
Colosenses 1:9 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,”
Pablo también enfatiza la importancia de orar por la madurez espiritual de los creyentes.

8.2. La obra que Dios perfeccionará en nosotros cuando venga Jesucristo

Filipenses 1:6 "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo."
Explicación: Pablo asegura que la obra que Dios ha comenzado en los creyentes no quedará incompleta. Dios, en Su fidelidad, seguirá obrando en nosotros hasta que alcancemos la plenitud en Cristo cuando Él regrese. Esto nos da esperanza, pues aunque aún no somos perfectos, Dios sigue moldeándolos a Su imagen día a día. Esta transformación requiere paciencia, perseverancia y fe en que Dios terminará lo que ha iniciado.
Romanos 8:29–30“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
Somos transformados progresivamente a la imagen de Cristo por la obra de Dios en nosotros.
1 Tesalonicenses 5:23–24“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
Dios es fiel para llevarnos hacia la santidad completa, cumpliendo Su propósito en nosotros.
Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Dios nos ha creado para realizar buenas obras, que son parte del proceso de perfección en nuestras vidas.

8. 3. La importancia de los frutos de justicia

Filipenses 1:10-11 "Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios."
Explicación: El fruto de justicia se refiere a la vida que refleja el carácter de Cristo en acciones justas y santas. Estos frutos son el resultado de un corazón transformado por el Espíritu Santo, que vive en obediencia y amor. Como hijos de Dios, debemos manifestar estos frutos en nuestro diario vivir, no por nuestra propia capacidad, sino a través de la obra de Cristo en nosotros. La justicia que proviene de la fe en Cristo es lo que glorifica a Dios.
Gálatas 5:22–23“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Estos frutos del Espíritu son evidencia de la obra de Dios en nuestras vidas.
Santiago 3:17–18 “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.”
La justicia produce paz y sabiduría en quienes la practican.
Mateo 7:17–18“Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.”
Los frutos que producimos son evidencia de la transformación de nuestro corazón en Cristo.

9.0 Conclusión:

Dios nos llama a crecer en amor y discernimiento, a confiar en Su obra en nuestras vidas, ya producir frutos de justicia que glorifiquen Su nombre. Como iglesia, debemos orar unos por otros, recordando que estamos en un proceso continuo de transformación. Aunque aún no somos perfectos, sabemos que el Señor perfeccionará Su obra en nosotros hasta el día de Cristo, y mientras tanto, vivamos como hijos que manifiestan la justicia y el amor de Dios.
Que nuestras vidas sean un reflejo de Su obra, y que crezcamos cada día en amor, discernimiento y fruto espiritual para
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