La emocion de encontrar un tesoro

La necesidad básica de todo ser humano es cuidar todo aquello que mas ama, mientras mas nos cuesta algo mas lo cuidamos. Pero mas sin embargo la emoción con lo que cuidábamos ese algo o alguien va disminuyendo en la medida de lo que nos acostumbramos a tenerlo, no es sino hasta cuando un día sentimos que lo perdemos o que se nos va que ese necesidad o esa emoción surge nuevamente.

Por ejemplo cuando tenemos un carro nuevo, al principio no queremos ni un rayoncito en el carro, pero con el pasar del tiempo va disminuyendo nuestro cuidado, pero no no solo es en lo material tambien es el nuestras relaciones personales, nos acostumbramos al conyuge y le perdemos un poco de vista, nos acostumbramos a los hijos y tambien les perdemos un poco de vista, nois acostumbramos a la familia, pensamos que siempre van a estar alli, pero llega un dia que el Señor decide llamar a su presencia a un ser querido y cuando lo hace es cuando muchas veces decimos hubiera querido pasar mas tiempo con ese ser querido.

Ahora bien Cristo sabe de esa característica de nuestro corazón y lo sabe muy bien

Jeremías 17:9–10 RVR60

9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? 10 Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

¿Como cuida las cosas que obtiene con mucho esfuerzo?

Cuando ve algo muy valioso y sabe que lo necesita ¿ lo desea?

Cuando un corazon reconoce su necesidad del evangelio ¿como reacciona?

ahora, se ha preguntado que tiene que ver el reino de los cielos con el evangelio?

I El Reino de los cielos.

Muchos hemos hablado del reino de los cielos, es un termino que consideramos siempre, para unos es un lugar que esta en el cielo, para otros es un lugar que vendrá despumes pero realmente el reino de los cielos tiene otra connotación a la luz de la palabra.

El Reino de los cielos es el dominio soberano de Dios sobre todas las cosas, manifestado de manera particular en la obra redentora de Cristo y la respuesta de fe de su pueblo. Se puede entender en tres dimensiones: presente, futura y eterna, lo que implica que es una realidad tanto espiritual hoy en dia y a la vez eterna.

1. El Reino de Dios ya presente

El Reino de los cielos ya ha comenzado a manifestarse con la venida de Jesucristo. En Mateo 4:17, Jesús comienza su ministerio diciendo: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado". Esto señala que el reino no es solo algo futuro, sino que en Cristo, Dios ha irrumpido en la historia para establecer Su gobierno redentor. Es una realidad presente que transforma vidas y corazones.

2. El Reino de Dios como una realidad espiritual

Jesús enseñó que el Reino de los cielos no es un reino político ni terrenal en su naturaleza presente, sino un dominio espiritual. Lucas 17:20-21 dice: “El reino de Dios no vendrá con advertencia; ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”. Esto significa que el Reino se manifiesta en el reinado de Cristo en los corazones de aquellos que se someten a Él por fe.

3. El Reino de Dios en su consumación futura

Aunque el Reino de los cielos ya está presente, su plenitud aún no ha llegado. Jesús enseñó que vendrá un tiempo en que el Reino será plenamente establecido en el fin de los tiempos, lo que se ve en la esperanza escatológica de la Iglesia. Mateo 25:31-34 describe el retorno de Cristo y la separación de los justos e injustos, introduciendo a los fieles en la plenitud del Reino.

Por lo tanto el reino de los cielos el reinado activo de Dios que ya ha comenzado con la obra de Cristo y que se extiende a través de la fe y el sometimiento de los creyentes, pero también será plenamente establecido cuando Cristo regrese en gloria. El reino de los cielos es es ya, pero todavía no.

II Ser parte de este reino es lo mas preciado y precioso

El evangelio de Mateo nos muestra lo crucial que es para Cristo que entendamos el Reino de los Cielos. Al comprender su valor, también comprendemos nuestra ciudadanía en el Reino y lo que eso significa para nuestra eternidad.

Cuando leemos Mateo 13:24-50. En estas parábolas, Cristo nos muestra la naturaleza y el valor del Reino y cuales son sus normativas.

ejemplo leamos MATEO 13 24, 31, 33,44,45,47

Ahora leamos Mateo 13 44-50

Mateo 13:44–50 RVR60

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. 45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. 47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Detengámonos a meditar unos minutos.

Sabemos que el Reino de los Cielos no puede ser valorado ni tasado es mas precioso que todo lo que puede costar todo el universo. Siendo asi.

¿Cree que Cristo desea nos enfoquemos en lo material o en la actitud de quienes hallan estos tesoros?

Entonces de acuerdo a ello ¿ Que actitud deben de tener quienes no encuentran

¡Entendido! A continuación añado un **punto 3** a tu clase, seguido de una **conclusión** que dé forma y sentido completo a la lección:

---

III. La actitud correcta frente al Reino de los Cielos

Después de ver el valor incomparable del Reino de los Cielos, es crucial que meditemos sobre la actitud que debemos tener hacia este tesoro. Jesús no solo nos llama a conocer el Reino, sino a actuar de acuerdo a su valor incalculable. La parábola del tesoro escondido y de la perla de gran precio nos muestra un patrón claro: la respuesta correcta es una vida de entrega completa.

1. La entrega total al Reino

En Mateo 13:44-46, el hombre que encuentra el tesoro lo vende todo por obtenerlo. Esta imagen de entrega completa nos enseña algo crucial: el Reino de los Cielos no es algo que añadimos a nuestras vidas sin costo, sino que requiere una rendición total. Este acto de "vender todo" es simbólico de un corazón que está dispuesto a renunciar a cualquier cosa que compita con el Reino, porque entiende su valor supremo.

Jesús mismo nos dice en Lucas 14:33: "Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo". Esto implica que para ser parte de su Reino, no podemos permitir que nada tenga más valor que Cristo en nuestras vidas.

2. La renuncia a lo temporal por lo eterno

A menudo, nuestra mayor lucha es que valoramos demasiado las cosas temporales: nuestras posesiones, nuestro estatus, nuestros logros, incluso nuestras relaciones humanas. Pero Cristo nos llama a una perspectiva diferente. En Mateo 6:19-21, Él nos enseña a no acumular tesoros en la tierra, donde se corrompen, sino a acumular tesoros en el cielo, donde son eternos.

Debemos evaluar nuestra vida y preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a soltar lo temporal para abrazar lo eterno? ¿O seguimos aferrados a cosas que, en última instancia, no nos traerán satisfacción duradera?

3. Una vida transformada por el evangelio

Cuando un corazón reconoce el valor del Reino de los Cielos y del evangelio, la respuesta es una transformación radical. El apóstol Pablo lo expresó así en Filipenses 3:7-8: "Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo". Este tipo de vida es el resultado de un corazón que ha encontrado el verdadero tesoro y ha sido renovado por el evangelio.

Por tanto, la actitud correcta frente al Reino es una disposición a renunciar a todo por Cristo, confiando en que lo que ganamos en Él supera con creces cualquier cosa que podamos dejar atrás.

---

Conclusión

El Reino de los Cielos es el tesoro más grande que cualquier ser humano puede encontrar. Jesús nos muestra que este Reino tiene un valor incomparable y eterno. A través de las parábolas, aprendemos que una vez que comprendemos su valor, la única respuesta adecuada es la entrega total y la disposición a renunciar a todo lo que nos impida seguir a Cristo.

El Reino de Dios ya está presente en nosotros a través de la obra de Cristo, pero también esperamos su manifestación plena en el futuro. En este tiempo, nuestra tarea es valorar este Reino, vivir como ciudadanos del Reino, y no permitir que las cosas temporales nos distraigan de lo eterno.

Al final, la vida de un verdadero discípulo está marcada por esta búsqueda constante del Reino, confiando en que lo que obtenemos en Cristo es infinitamente mejor que cualquier cosa que podamos dejar atrás.

Reflexión final:

- ¿Estás valorando el Reino de los Cielos como lo más preciado en tu vida?

- ¿Qué cosas necesitas dejar atrás para abrazar completamente el Reino de Dios?

- ¿Cómo está transformando tu vida la verdad del evangelio y el Reino de los Cielos?

El Reino de Dios es un llamado a vivir con la vista puesta en lo eterno, y Cristo nos invita hoy a vivir para ese tesoro que es incalculable.