La Doctrina del Hombre
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La Doctrina del Hombre.
“Su restauración”
pasaje Clave: 1 Corintios 15:22.
introducción: Habiendo nacido en esa condición caída en la que el pecado nos colocó, Dios proveyó un remedio, una solución. El plan de la salvación del hombre fue anunciado desde el mismo Edén y trazado a través de las edades hasta que se consumó en la encarnación, muerte y resurrección del Hijo de Dios.
I-. UNA SOLUCIÓN PROMETIDA.
1. - La Simiente de la mujer. Gn. 3:15.
2. - Cristo es esa Simiente. Ga. 4:4.
II. UNA RESTAURACIÓN NECESARIA.
1. - Por medio del nuevo nacimiento. Jn. 3:6,7.
2. - Hechos de nuevo a la imagen de Su Hijo. Ro. 8:29.
3. - Justificados por la Sangre de Su Hijo. I Co. 6:9-11; Ro. 5:1.
4. - Redimidos de nuestras deudas cuando Cristo las llevó sobre Si. Ga. 3:13; 1 P. 2:24.
5.- Muertos en Adán, pero vivificados en Cristo. I Co. 15:22.
Adán…Cristo. Pablo ve a Cristo como un segundo Adán cuya obediencia hace nula la desobediencia del primer Adán (Ro 5:12–21). A causa del pecado del primer Adán, todos mueren, pero a causa de la resurrección del segundo Adán, todos los creyentes en Cristo serán vivificados.
III. UNA POSICIÓN PRIVILEGIADA.
1. - Participantes de la naturaleza divina. 2 P. 1:4.
En la unión con Cristo, los creyentes reciben de Dios una nueva naturaleza mediante el Espíritu Santo ( Jn 1:12, 13; Ef 4:23, 24; 1 P 1:23).
2. - Adoptados hijos de Dios por Su gracia. I Jn. 3:2.
3. - Poseedores de vida eterna. Jn. 6:47.
4. - Herederos de la gloria. II Co.5:1; Jn. 14:1-3.
5. - Colocados en lugares celestiales con Cristo. Ef. 1:3, 20; 2:6.
nos sentó en los lugares celestiales. Aunque la herencia del creyente aún no se ha completado (1:14), por fe él disfruta en el presente de su futura glorificación (cp. Col 3:1–4) y de la presencia de Cristo.
Conclusión: El hombre caído en el pecado, ahora puede ser restaurado por la infinita gracia de Dios manifestada en Cristo a una posición tan sublime y preciosa que ni Adán jamás hubiera podido tener si hubiera permanecido en inocencia por toda su vida.
Tarea: Memorizar I Corintios 15:22.