EXTRANJEROS EN UN MUNDO EXTRAÑO

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El creyente aprenda cómo debe de comportarte en este mundo en el que vivimos y estamos de paso.

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INTRODUCCIÓN

Imagina a alguien que es trasladado a vivir en un país completamente diferente, con costumbres, leyes y un idioma que no entiende. Aunque está físicamente presente, sabe que no pertenece allí, y su verdadera ciudadanía está en otro lugar. Este viajero debe respetar las leyes del país donde se encuentra, pero su identidad y lealtad están con su patria.
Así somos los cristianos en este mundo. Aunque estamos aquí temporalmente, nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo. Pedro nos recuerda en 1 Pedro 2:11-17 que, como extranjeros y peregrinos, debemos vivir de manera que refleje quiénes somos en Cristo, respetando las autoridades, pero siempre recordando que nuestra lealtad suprema está con Dios.
Hoy estaremos compartiendo bajo el título “Extranjeros en un mundo extraño”. Y vamos a ver como el apóstol Pedro nos enseña sobre cómo podemos vivir en este mundo extraño al que no pertenecemos.

COMO EXTRANJEROS EN ESTE MUNDO, DEBEMOS ABSTENERNOS DE LAS PASIONES CARNALES (V. 11).

En esta primera instrucción de cómo debería vivir un ciudadano del reino de Dios, como extranjero, en este mundo, el apóstol Pedro utiliza dos palabras que nos llama significativamente la atención.
La primera es “amados”. Es una palabra que expresa un afecto cálido y tierno. El apóstol estaba mostrando un verdadero corazón, que amaba a estos hermanos que estaban recibiendo sus palabras en esta carta.
La segunda es “les ruego”. Viene del griego παρακαλέω (parakaleō) que significa pedir fervorosamente o implorar. Y es interesante que use esta palabra de solicitud intensa en lugar de darles una orden, que como apóstol podía darles. Pedro está apelando a sus conciencias para que consideren lo que a continuación les dirá.
Creo que la misma invitación se nos hace a todos, somos amados de Dios y se nos implora a que consideremos las siguientes instrucciones sobre como deberíamos vivir como extranjeros y peregrinos en un mundo que no es el nuestro; un mundo que se opone a nuestro estilo de vida; un mundo que no está de acuerdo con nuestra cosmovisión; un mundo que se encuentra en profunda enemistad con Dios.
¿Qué son las pasiones o deseos carnales? La mejor definición la podemos encontrar en Gálatas, donde el apóstol Pablo nos brinda un amplio catálogo práctico de cómo se manifiesta los deseos de la carne.
Gálatas 5:19–21 (NBLA): 19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, 21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
c. También Pablo dice:
Romanos 13:14 (NBLA): “Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no piensen en proveer para las lujurias de la carne.”
Gálatas 5:24 (NBLA): “Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
Por el bien nuestro, de los demás, y del evangelio, abstenernos de nuestras pasiones carnales debe ser una prioridad. Si no lo hacemos caeremos en un estado en el que tal vez no haya retorno. La lucha es real, estos “deseos carnales combaten contra el alma”, pero debemos resistirlos.
Debemos de combatir al deseo lujurioso de nuestro corazón, que es alimentado y estimulado al exponernos a contenidos sexual muy explícito e implícito. Para vencer esta pasión carnal es necesario alejarnos y no exponernos a estos tipos de contenidos, limitando nuestro tiempo en el uso de los dispositivos electrónicos, que son generalmente el canal principal de transmisión. En muchos casos habrá que ser drástico y eliminar por completo el uso del dispositivo.
Debemos de combatir el deseo carnal de pagar mal con mal, o sea, la venganza, que muchas veces albergamos en el corazón y se manifiesta cual fiera hambrienta que quiere devorar al infractor que nos ha afectado. Si tienes estos impulsos, te invito a que no te dejes dominar por estos, sino detente y piensa, ora al Señor y no tomes ninguna acción hasta que estes calmado y sobrio. Piensa en lo que la Biblia enseña sobre la venganza; le pertenece al Señor. Guarda tu corazón de ese veneno mortal. Ama y perdona, aunque te duela.
Debemos de combatir el deseo materialista que viene y se convierte en un ídolo del corazón. La ambición de tener más o de tener mejor carro, mejor casa, mejor ropa, mejor empleo, pueden convertirse en una avaricia que afecte nuestra vida espiritual, desplazando a Dios del corazón y estableciéndose como el nuevo dios al que adoramos. Cuidémonos de no dejarnos llevar por las sutilezas del consumismo y no confundamos lo que necesitamos con lo que queremos. Dios es honrado cuando nos contentamos y le adoramos con lo que tenemos. Podemos aspirar por más, pero de una manera que no nos convierta en codiciosos.

COMO EXTRANJEROS EN ESTE MUNDO, DEBEMOS MANTENERNOS EN UNA CONDUCTA IRREPROCHABLE (V. 12).

¿Han escuchado la expresión “no tengo cola que me pisen”? Es una expresión que se suele utilizar para decir que nuestra conducta ha sido recta en algún caso en particular. Ahora bien, si te pregunto, ¿puedes tu usar esta expresión? ¿Qué me responderías? En los empleos que has tenido, en los lugares educativos que has estudiado, en los lugares donde has vivido, las iglesias en las que te has congregado, ¿puedes decir que “no tienes cola que te pisen”?
Algo parecido es lo que Pedro les pide a los hermanos a quienes les escribe y es lo que el Espíritu Santo nos esta invitando hoy.
En primer lugar, se presupone que ya debemos de tener una conducta irreprochable.
Dice el apóstol “mantengan” que es un verbo en presente—Con este tiempo de verbo el autor representa una acción en proceso o en un estado que ocurre en el presente sin especificar el fin de la acción.[1]
Ilustración: cuando una persona, a causa del colesterol algo, se le indica una dieta especifica, esa indicación es para que la dieta sea mantenida por el tiempo que sea necesario para controlar el problema. Si no se es consistente no resolverá el problema.
Pues de la misma manera, la conducta irreprochable tiene que ser permanente hasta que Cristo venga. No es que me comporto bien hoy y mañana no.
En segundo lugar, mi conducta en la iglesia y fuera de ella, entre los no cristianos, debe de ser la misma “irreprochable”.
El apóstol dice “entre los gentiles”, lo que puede referirse a los incrédulos en particular o también a un grupo de personas.
Ilustración: que no nos pase como al personaje de una película dominicana y cristiana llamada “Cristiano de la Secreta” del año 2009. El personaje principal era Eddy donde este dentro de la iglesia era visto como un creyente muy consagrado, pero fuera de la iglesia, en el barrio, era conocido como un impío. Una escena que se hizo muy famosa fue cuando le preguntaron a una niña de la comunidad por un cristiano (Eddy) si vivía en cierto lugar y esta responde: “aquí no vive ningún cristiano.”
Dios nos ayude a no tener este estilo de vida de Eddy y que seamos fieles dentro y fuera de los círculos cristianos.
En tercer lugar, si experimentamos una calumnia, se espera que sea falsa la afirmación en nuestra contra.
Lo que Pedro dice en este verso nos recuerda lo dicho por nuestro Señor Jesucristo en una de las bienaventuranzas:
Mateo 5:11–12 (NBLA) 11 Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí. 12 Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.
En cuarto lugar, tu conducta irreprochable se manifiesta en “buenas obras” que glorifican a Dios.
Pedro indica que cuando mantenemos una conducta irreprensible que se manifiesta en buenas obras, aquellos que se nos oponen y calumnian injustificadamente, tendrán que considerar estas obras y no tendrán alternativa que “glorificar a Dios”.

COMO EXTRANJEROS EN ESTE MUNDO, DEBEMOS OBEDECER AL ESTADO Y SUS REGULACIONES (V. 13-17).

Si bien es cierto que no somos del mundo y que el mundo nos odiaría, según lo dicho por nuestro Señor en Juan 15:19, tenemos instrucciones, tanto por Pedro como por Pablo a “someternos” a las autoridades de este mundo.
Una pregunta que necesitamos hacernos y responder bíblicamente es ¿Por qué debemos someternos a las autoridades que gobiernan?
Antes de responder, leamos lo que enseña el apóstol Pablo en Romanos 13 y luego responderemos basándonos en ambas porciones, tanto la de Pedro como la de Pablo.
Leer Romanos 13:1-17
Lo primero es que tanto Pedro como Pablo concuerdan en que es un imperativo la obediencia a las autoridades del estado. Ambos usan la palabra “sométanse” y esta se encuentra en modo imperativo, tanto en español como en griego, en el que fue escrito.
La siguiente razón para someternos es por causa del Señor. Dios ha establecido estas autoridades (ver Rom. 13:1-2).
Otra razón es por causa del castigo. Los apóstoles nos dicen que los gobernantes están para castigar lo mal hecho (ver v. 14 y Rom. 13:3-4).
Una última razón es por causa de la conciencia, dice el apóstol Pablo (ver Rom. 13:5).
De manera que, como dice el apóstol en 1 Pedro 2:15 (NBLA) “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, ustedes hagan enmudecer la ignorancia de los hombres insensatos.” Hacer el bien para nosotros es:
Cumplir con todas las leyes de tránsito.
Es pagar nuestros impuestos y declarar lo real y verdadero, aunque esto no nos convenga.
Es resistirnos a la invitación del soborno o macuteo.
Es cumplir con los requerimientos burocráticos en las solicitudes de servicios al estado, aunque estos sean tediosos.
Es respetar a cada oficial del estado aun cuando estos se comporten indebidamente.
En todos los países democráticos tanto sus ciudadanos como los extranjeros tienen libertades limitadas. Pueden hacer lo que quieran, siempre y cuando esto no altere o afecte las leyes y regulaciones y las libertades de los demás. Pedro también nos recuerda algo parecido en el verso 16
“Anden como libres, pero no usen la libertad como pretexto para la maldad, sino empléenla como siervos de Dios.”
Judas hablando de algo parecido nos dice: Judas 4 (NBLA): “Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.”
Como extranjeros y peregrinos, no tenemos licencia para alterar el orden público, infringir las leyes existentes, menospreciar o humillar a las autoridades emitiendo opiniones irrespetuosas e indecorosas, que no son propias de un creyente. La libertad que tenemos en Cristo es una libertad para hacer lo bueno, para mostrar lo bueno, para honrar a Dios con lo bueno, para que vean a Cristo Jesús encarnado en nosotros.

CONCLUSIÓN

Este mundo no es nuestro hogar. Cristo Jesús nos lo recuerda cuando dijo que fue a preparar lugar para nosotros para que estemos donde él está (Jn. 14:1-3). Cristo es la razón de ser de las instrucciones que hemos aprendido sobre cómo debe de comportarse un hijo de Dios en este mundo extraño. El evangelio de Cristo nos garantiza una ciudadanía en el reino de Dios. Pero esta ciudadanía solo se obtiene al entender la obra de Cristo en la Cruz y arrepentirnos de nuestros pecados y poner nuestra fe en Él. Las leyes del reino de Dios, solo se aplican a los ciudadanos del reino, pero también los beneficios del reino de Dios solo se aplican a los ciudadanos del reino de Dios.
Al final del día, aunque vivimos en este mundo, no pertenecemos a él. Somos llamados a ser extranjeros y peregrinos, mostrando a través de nuestras vidas la gracia y la verdad de Cristo. Mientras respetamos las leyes terrenales y buscamos el bienestar de aquellos a nuestro alrededor, debemos recordar que nuestra verdadera lealtad es al Reino de Dios. Así que, vivamos de tal manera que otros vean en nosotros una diferencia, una esperanza, y se sientan atraídos a glorificar a Dios por nuestra conducta. Como extranjeros en un mundo extraño, seamos embajadores fieles del Rey.
[1] Heiser, Michael S. 2005. Glosario de la base de datos de terminología morfológica-sintáctica. Bellingham, WA: Logos Bible Software.
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