Fortaleza Divina: Ejemplos de Personajes Bíblicos Fortalecidos por Dios

Texto Central: Filipenses 4.13

Filipenses 4:13 NBLA

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

Salmo 27:1-3; Isaías 40:29-31; 2 Corintios 12:9-10

En estos pasajes bíblicos vemos cómo Dios fortalece a sus siervos para enfrentar desafíos y debilidades. Estos pasajes nos recuerdan que en medio de nuestras luchas y debilidades, podemos encontrar fortaleza en Dios. Nos animan a confiar en Él en lugar de depender de nuestras propias fuerzas.

El mensaje principal es que Dios es nuestra fuente de fortaleza en medio de la debilidad. A través de estos ejemplos bíblicos, aprendemos que nuestra confianza debe estar puesta en Dios, quien nos fortalece y capacita para superar cualquier situación.Estos pasajes apuntan a Jesucristo como la fuente suprema de fortaleza divina. Él nos fortalece con su gracia y poder, como vemos en su sacrificio en la cruz y en su resurrección.La fortaleza divina está disponible para todos los creyentes a través de Jesucristo. Debemos aprender a depender de Él en nuestras debilidades y desafíos, confiando en su poder para sostenernos y fortalecernos.

1. Fuerza Frente al Miedo

Salmo 27:1–3 NBLA

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor? Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, Ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron. Si un ejército acampa contra mí, No temerá mi corazón; Si contra mí se levanta guerra, A pesar de ello, yo estaré confiado.

2. Fortalecidos para Volar

Isaías 40:29–31 NBLA

Él da fuerzas al fatigado, Y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. Aun los mancebos se fatigan y se cansan, Y los jóvenes tropiezan y vacilan, Pero los que esperan en el Señor Renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas, Correrán y no se cansarán, Caminarán y no se fatigarán.

3. Fuerza en la Fragilidad

2 Corintios 12:9–10 NBLA

Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

4. CONCLUSIÓN

Los creyentes no tenemos excusa alguna para fracasar en los momentos de prueba, crisis o tentación. El Señor ha dispuesto su fortaleza sin importar cual sea nuestra situación. Es momento de abandonar las justificaciones engañosas que nos hacen sentir aliviados enfrente del fracaso. Dios es nuestra fortaleza y en él no hay batalla que no garantice su victoria. Solo si estamos comprometidos a abrazar por la fe esa fortaleza que él nos garantiza por su amor y misericordia.