Mayordomía Cristiana - La Familia – El Propósito

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Objetivo: Que podamos entender que la familia no es nuestra, tiene un propósito de Dios y tendremos que rendir cuentas.
Genesis 28:14 NVI
14 Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.

INTRODUCCIÓN

La primer semana que empezamos a hablar de la faMila aprendimos que:
Dios es el creador del matrimonio.
Cómo Dios quiere que funcione el matrimonio.
Y cuál es el propósito del matrimonio.
La semana pasada aprendimos que:
Los hijos son de Dios
Los Padres son mayordomos de Dios para criar a sus hijos.
Los hijos deben ser buenos mayordomos en la relación con sus padres.
Esta semana vamos a ver cuatro cosas que Dios quiere con respecto a la familia:
Formar familia es voluntad y propósito de Dios.
Los solteros tienen la oportunidad de dedicar su vida y tiempo al Señor.
Dios, la prioridad de la familia.
Dios quiere bendecirnos para ser de bendición a todas las familias de la tierra.

DESARROLLO

Formar familia es voluntad y propósito de Dios.

1 Corinthians 7:8–9 RVR60
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
Aquellos que no tienen el don para vivir solteros, deberían casarse. La versión Latinoamericana dice
“A los solteros y a las viudas, les digo que sería bueno para ellos quedarse así como yo. Pero si no pueden dominarse, que se casen. Porque mejor es casarse que estar consumido por la pasión.”
Y aquí emplea la palabra purousqai (purousai) que significa “quemarse, ser encendido; o consumirse por la pasión sexual”. Para ellos, el mejor camino es casarse. Estar soltero es bueno, pero en este caso es mejor casarse.
1 Timothy 5:14 LBLA
Por tanto, quiero que las viudas más jóvenes se casen, que tengan hijos, que cuiden su casa y no den al adversario ocasión de reproche.

Los solteros tienen la oportunidad de dedicar su vida y tiempo al Señor.

1 Corinthians 7:32–34 NVI
Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo.
En otras palabras: esta es la verdadera vocación de los solteros.
Queda claro por el texto que estamos viendo que el apóstol Pablo esperaba que los que no están casados se dediquen totalmente a servir al Señor, esperaba que siempre estén dispuestos a cualquier sacrificio por su causa, sin que ningún otro compromiso familiar los detenga.
Entonces cómo parte de nuestra mayordomía cristiana debemos entender que si no estamos casados, debemos casarnos con el Señor, sirviéndolo y agradándolo en todo lo que hacemos.
Aquí entran también los separados, divorciados, viudas/os, etc. si no están dedicados a servir a su cónyuge, tienen que dedicarse a servir al Señor.

Dios, la prioridad de la familia.

Luke 14:26 LBLA
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo.
En nuestro idioma “aborrecer” significa 1. “Tener aversión a una persona o cosa. 2. Dejar o abandonar algunos animales. 3. perder o tirar algo. 4. Fastidiar, molestar.” Pero en griego se utiliza una palabra mucho más fuerte: misei (misei de miséo) que significa “odiar, despreciar; desatender, descuidar) El texto literalmente se traduciría así: “Si alguno viene a mí y no odia (o desprecia, desatiende, descuida) a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos y hermanas...no puede ser mi discípulo.”
Muchos han buscado la manera de evitar el uso del término, pero no se puede ni se debe. Por otro lado, tampoco tenemos derecho a interpretar la palabra en base a las emociones de un lector moderno.
La relación con Cristo tenía y tiene que ser de la más alta prioridad; más aún que la relación familiar, o que el aprecio que uno tenga por su propia vida. Es inadmisible que una persona o parentesco compita con Cristo por ocupar el lugar de preeminencia en el corazón del discípulo. Sin embargo, cuando estamos bien relacionados con Cristo, es decir, si tenemos nuestras prioridades bien ordenadas, por fuerza amaremos no solamente a la familia, ¡sino a todos!
En realidad, el que no ama a los demás no tiene a Dios, como escribió el apóstol Juan
1 John 4:7–8 NVI
Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
y Pablo le escribe a Timoteo;
1 Timothy 5:8 NVI
El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
Por lo tanto, Jesús nunca dijo a las multitudes que no debían amar a sus padres y parientes, sino que si querían ser sus discípulos, ante cualquier decisión, debían preferirle a él.
La Nueva Biblia Española traduce así:
“Si uno quiere ser de los míos y no me prefiere antes que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a sí mismo, no puede ser discípulo mío.”
Jesús conocía bien las presiones de la propia familia sobre sus discípulos y aun de su propia vida. Basta recordar que sus hermanos no creían en él, y aun su propia madre María pensaba que estaba loco.
Y vendría un día cuando esos discípulos tendrían que escoger entre seguir a Jesús o agradar a su familia, y si no se han decidido de veras a seguir a Jesús, lo abandonarían.
En nuestra mayordomía familiar tenemos que saber que la prioridad debe ser siempre el Señor, si queremos ser discípulos, siempre tiene que estar Jesucristo como lo más importante de nuestras familias.

Dios quiere bendecirnos para ser de bendición a todas las familias de la tierra.

Genesis 28:14 LBLA
También tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás hacia el occidente y hacia el oriente, hacia el norte y hacia el sur; y en ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.
El propósito de Dios al crear la familia, no fue solamente para que el hombre no estuviera solo, o para reproducirse, sino que, la familia pudiera reflejar la relación de Dios con su pueblo.
Por eso él se presenta como Padre y nosotros, los que creemos en Cristo, somos sus hijos y a su vez somos hermanos entre nosotros. Y al reflejarlo a Él y a su pueblo, nos convertimos en bendición a todas las naciones.
Que todas las familias con las cuales tenga contacto nuestra familia sean bendecidas. Esto es mayordomía. Es por esto que debemos sujetarnos a nuestros esposos, debemos amar a nuestras esposas, ser obedientes a nuestros padres, no provocar a ira a nuestros hijos, por esto es que los solteros se tienen que casar y formar familias. Y los que no están casados deben dedicarse al servicio al Señor.

CONCLUSIÓN

Como buenos mayordomos de nuestras familias, podríamos dedicar esta semana para procurar la salvación de toda nuestra familia y parientes por medio de la oración intercesora por cada uno de ellos, haciendo puentes de comunicación por medio de una llamada telefónica, una carta, una visita, un regalo o alguna demostración de afecto.
El amor es la fuerza más poderosa que contamos, administrémoslo bien.
En segundo lugar si nuestra familia está compuesta por todos creyentes, podríamos conversar de qué manera podríamos ser de bendición a otras familias.
Es cuestión de tomar una decisión.
Josué 24:15b (LBLA)
pero yo y mi casa, serviremos al Señor.
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