La Oración de Salomón

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La oración de Salomón contiene enseñanza clave para confiar en la oración sincera.

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La Oración de Salomón

Introducción

En la inauguración del templo, la gloria de Dios descendió en forma de nube después que los sacerdotes colocaron el arca del pacto en el lugar santísimo.
Esa gloria propició un ambiente glorioso de alegría, solemnidad y paz, mientras ellos adoraban y ofrecían ofrendas y sacrificios. La fiesta duró 14 días. 7 días de la dedicación del templo y 7 días de la fiesta de las enramadas. Gente de todas partes de Israel se hicieron presentes.
Después de la colocación del arca del pacto en el lugar santísimo, Salomón eleva una oración, donde clama a Dios su favor pero también para bendecir al pueblo.
Encontramos en la oración de Salomón siete motivos por las que podemos nosotros también orar.

1. Sufres injusticia

1º Reyes 8:31–32 (NTV)
31 »Si alguien agravia a otra persona y se le exige que haga juramento de inocencia ante tu altar en este templo, 32 oye entonces desde el cielo y juzga entre tus siervos, entre el acusador y el acusado. Castiga al culpable según su merecido y absuelve al inocente debido a su inocencia.
Cuando existe una contienda entre hermanos y hay ofensas o injusticias, cada parte expone sus razones y justificar sus acciones.
Los cristianos ponen oran para que Dios haga justicia.
Esto es una buen motivo para orar, sin embargo, antes de presentar a Dios nuestra queja, examinemos nuestros actos.
Si invocamos la justicia de Dios esta será imparcial, hará justicia si nos agravian pero también si nosotros agraviamos. Job 34:11Porque él pagará al hombre según su obra, Y le retribuirá conforme a su camino.
La Biblia nos invita a sufrir el agravio, reconociendo que nosotros también agraviamos.
1 Corintios 6:7–8Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 8Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos.
Es mejor invocar su misericordia como Moisés: Números 14:19Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

2. Estas derrotado

1º Reyes 8:33–34 (NTV)
33 »Si tu pueblo Israel cae derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelve a ti y reconoce tu nombre y eleva oraciones a ti en este templo, 34 oye entonces desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlo volver a esta tierra que diste a sus antepasados.
La mayoría de las veces en las que hemos fracasado o sufrido agravio, ha sido por las malas desiciones o elecciones que tomamos, es muy raro que suframos injustamente sin ningún motivo.
El pueblo de Israel fue derrotado muchas veces por el pecado.
Sin embargo, hay solución en la oración.
Es necesario confesar el pecado, y El Señor escuchará y responderá según su propósito.
Este es un primer nivel de maldición, pues aunque hay derrota también hay provisión.

3. No hay bendiciones

1º Reyes 8:35–36 (NTV)
35 »Si los cielos se cierran y no hay lluvia porque tu pueblo ha pecado contra ti, y si luego ellos oran hacia este templo y reconocen tu nombre y se apartan de sus pecados, porque tú lo has castigado, 36 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión.
La carencia de recursos para suplir las necesidades esenciales como comida y abrigo también es una consecuencia del pecado.
En este caso, en su oración Salomón menciona la necesidad de apartarse del pecado para romper con la maldición.
Clamar por misericordia y ayuda a Dios, de manera que Él escuchará la oración sincera y responderá con instrucción y bendición.
Antes de clamar por bendición, debemos clamar por perdón y misericordia.
Es es un segundo nivel donde hay escasez, se peligra la sobrevivencia.

4. Hay desastres

1º Reyes 8:37–40 (NTV)
37 »Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades —cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—; 38 si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo, 39 oye entonces desde el cielo donde vives y perdona. Haz con tu pueblo según merecen sus acciones, porque sólo tú conoces el corazón de cada ser humano. 40 Entonces ellos te temerán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.”
Este es un tercer grado o nivel de maldición, pues hay derrota, escasez pero también destrucción, la sobrevivencia es muy difícil sino imposible.
Aún en el foso más profundo hay esperanza en Cristo, aun en la peor dificultad podemos invocar el nombre de nuestro Señor, poniendo nuestra mirada y esperanza únicamente en Él.
Nuevamente es necesario clamar misericordia y perdón antes que justicia, de manera que Dios escuche nuestro clamor y responda según su voluntad.
Ante una situación así hay una dura lección que debe hacernos recapacitar para volvernos a Dios de todo corazón.
Pero no debemos esperar a llegar a estos niveles de desgracia, continuamente apelemos a la misericordia y perdón de Dios con sinceridad y devoción.

5. El templo, un lugar para conocer a Dios

1º Reyes 8:41–43 (NTV)
41 »En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas a causa de tu nombre, 42 porque oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo poderoso. Cuando ellos oren en dirección a este templo, 43 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre.
El testimonio de la grandeza y poder de Dios se oirá en todas partes, de manera que vendrán personas necesitadas a buscar de Dios, entonces clamarán y El Señor oirá y responderá.
Ahora nosotros somos la iglesia de Cristo, el edificio viviente donde mora la presencia de Dios, de manera que en nuestras reuniones no debe faltar la presencia de Dios.
Cuan importante es avivar el fuego del Espíritu en nuestras vidas para que otros puedan conocer a Jesús.
Mateo 5:13–14 (NTV)
13 »Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr que vuelva a ser salada? La descartarán y la pisotearán como algo que no tiene ningún valor. 14 »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.

6. Poder para vencer

1º Reyes 8:44 (NTV)
44 »Si tu pueblo sale a donde tú lo envías a luchar contra sus enemigos, y si ora al Señor en dirección a esta ciudad que has escogido y hacia este templo que yo he construido para honrar tu nombre.
Aunque durante el reinado de Salomón Israel gozó de paz, llegaría el momento en que debía salir a la batalla.
La oración no podía faltar para obtener la victoria.
Como iglesia debemos enfrentarnos constantemente a una batalla espiritual. Efesios 6:12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, la oración no puede faltar en nuestro rutina diaria. Efesios 6:18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.

7. Guardarse de la desobediencia

1º Reyes 8:46–51 (NTV)
46 »Si ellos pecan contra ti (¿y quién nunca ha pecado?), tal vez te enojes con ellos y permitas que sus enemigos los conquisten y los lleven cautivos a su tierra, ya sea cerca o lejos. 47 Sin embargo, tal vez en esa tierra, donde estén desterrados, se vuelvan a ti arrepentidos y oren así: “Hemos pecado, hemos hecho lo malo y hemos actuado de manera perversa”. 48 Si ellos se vuelven a ti con todo el corazón y con toda el alma en tierra de sus enemigos, y oran en dirección a la tierra que diste a sus antepasados —hacia esta ciudad que escogiste y hacia este templo que he construido para honrar tu nombre—, 49 oye entonces sus oraciones y su petición desde el cielo donde vives, y defiende su causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti. Perdona todas las ofensas que haya cometido en tu contra. Haz que sus captores le tengan compasión, 51 porque es tu pueblo —tu posesión más preciada— que sacaste de Egipto, ese horno para fundir hierro.
Corremos constantemente el peligro de caer en desobediencia.
Pero conforme nos alejemos de la obediencia Dios, así será la corrección de Dios.
Hebreos 12:6Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.
Por tanto, es necesario nuevamente doblar rodillas y clamar misericordia y perdón.
No hay quien nunca ha pecado, por tanto, todos debemos volver arrepentidos al Padre.

Conclusión

La oración de Salomón se centra en interceder por el pueblo, que a su vez nos incluye a nosotros como iglesia.
Todas las calamidades mencionadas tienen origen en el pecado, por lo tanto, es necesario examinar nuestra vida constantemente para no ser azotados severamente.
Salomón no resaltó la justicia de ningún hombre, sino la misericordia, amor, compasión y promesas de Dios.
Esta debe ser nuestra actitud al orar, no ser codiciosos al pedir sino humildes al reconocer nuestra propensión a fallar.
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