"Un Líder Conforme al Corazón de Dios". 1Sam. 16:17

Texto Base: 1 Samuel 16:7 Tema: La importancia de un carácter que agrada a Dios más allá de las apariencias.

Introducción

Las personas tienden a enfocarse más en la apariencia porque es lo primero que perciben de manera superficial. La apariencia física o externa es visible de inmediato, y en una sociedad que valora lo visual y lo material, es fácil juzgar o formar opiniones rápidas basadas en lo que se ve. Muchas veces en el liderazgo se valora lo que es visible: la elocuencia, la autoridad, el conocimiento o la experiencia. Sin embargo, la Biblia enseña que lo más importante para Dios es el corazón el no ve lo externo sino lo interno.Esta historia nos muestra la diferencia entre que hay entre la perspectiva humana y la divina.

. En 1 Samuel 16:7, Dios le dice a Samuel:

"No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón."

Este pasaje nos recuerda que el líder que agrada a Dios es aquel cuyo corazón está alineado con los valores y principios divinos.

Desarrollo

I.Dios Mira el Corazón (1 Samuel 16:

Contexto:

Samuel estaba buscando al nuevo rey de Israel, y su mirada se inclinaba hacia Eliab, el hermano mayor de David, Samuel pensaba que Eliab, era el elegido por Dios para ser rey porque Eliab tenía una apariencia impresionante.

En 1 Samuel 16:6, se menciona que Samuel vio a Eliab y pensó: "De cierto delante de Jehová está su ungido". Esto muestra que Samuel, al ver la estatura y el porte de Eliab, asumió que él era el elegido, ya que externamente parecía ser una persona digna de un cargo tan importante.Pero Dios le recuerda que Su elección no está basada en lo externo, sino en lo interno. Lección:

Como líderes, debemos cuidar nuestro corazón, sabiendo que nuestras intenciones, motivaciones y carácter son lo que Dios evalúa primero.

II. EL Corazón del Líder Debe Estar Centrado en Dios

David fue elegido como rey no por su apariencia, sino por su corazón. A lo largo de su vida, aunque cometió errores, su corazón siempre buscó el arrepentimiento genuino y la reconciliación con Dios

Salmo 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.”

Un líder conforme al corazón de Dios es humilde, reconoce sus fallas y busca la dirección del Señor en todo momento.

Aplicación: Los líderes deben ser hombres y mujeres que dependan completamente de Dios, permitiendo que Su Palabra transforme su carácter.

III. Un Carácter Moldeado por Dios

Dios trabaja en el carácter del líder en las pruebas y en la soledad. Antes de ser rey, David pasó tiempo como pastor, enfrentando momentos difíciles que formaron su carácter y lo llevaron a depender completamente de Dios.

Un líder conforme al corazón de Dios no solo se enfoca en el éxito visible, sino que permite que Dios moldee su carácter en los momentos de dificultad.

Aplicación: Permitir que las pruebas nos formen, buscando siempre reflejar el carácter de Cristo en nuestro liderazgo.

IV. EL Liderazgo es un Reflejo del Corazón

Jesús dijo en

Mateo 12:34: "De la abundancia del corazón habla la boca."

Un líder que tiene un corazón conforme a Dios reflejará amor, humildad y servicio en sus acciones.

El verdadero liderazgo se mide no solo por lo que se logra, sino por la integridad y el servicio con el que se lleva a cabo.

Aplicación: debemos evaluar regularmente nuestras motivaciones y asegurarnos que nuestro servicio esté motivado por el amor a Dios y a las almas perdidas.

Conclusión

Dios no busca líderes que impresionen a los demás con su apariencia o habilidades externas, sino aquellos cuyo corazón es puro y está lleno de amor y reverencia hacia Él.

Como Siervos de Dios, debemos esforzarnos por mantener un corazón que agrada a Dios, buscando siempre Su dirección y permitiendo que Él moldee nuestro carácter a través de las experiencias de la vida. Recordemos siempre que Dios mira el corazón, y que lo que es más valioso para Él no es lo que los demás ven, sino lo que Él ve en lo profundo de nuestro ser.