Señales de Soberanía - Parte 1

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Introducción

El término "las diez plagas" es una expresión tradicional, aunque no estrictamente bíblica. Deriva de la traducción "plaga" para una variedad de palabras hebreas:
“DEBER”
Exodus 5:3 NBLA
3 «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro», contestaron ellos. «Déjenos ir, le rogamos, camino de tres días al desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios, no sea que venga sobre nosotros con pestilencia o con espada».
“NEGAʿ”
Exodus 11:1 NBLA
1 El Señor dijo a Moisés: «Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual los dejará ir de aquí. Cuando los deje ir, ciertamente los echará de aquí completamente.
Y como referencia a:
Exodus 15:26 NBLA
26 Y Dios les dijo: «Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. Porque Yo, el Señor, soy tu sanador».
Aunque la expresión "diez plagas" se refiere de forma resumida tanto a las plagas de enfermedad como a las señales de soberanía no relacionadas con la enfermedad, el término "plaga" no es un término engañoso siempre que se entienda correctamente en el contexto del Éxodo.
Sin embargo, el término hebreo más usado en lo que llamamos los relatos de las plagas es “ʾot”, una palabra que normalmente connota "señal milagrosa".
Hoy vamos a comenzar una “mini-serie” donde veremos en varias semanas cada una de estas “señales”, no como un elemento destructivo o de juicio, sino como señales milagrosas que tienen en común el dirigirnos y revelarnos la soberanía de Dios.
De estas once señales de soberanía, la primera (7:8-13) es una demostración más que una plaga, ya que solo se perdieron algunos bastones de magos y se murieron unas serpientes. Sin embargo, al igual que las otras diez, tenía por objeto mostrar al faraón y a los egipcios la superioridad de Yahvé sobre ellos y sus dioses mediante la transformación milagrosa de un objeto inanimado (bastón) en un ser vivo (serpiente) y la superioridad de esa serpiente sobre cualquier otra.
Los diez últimos, en cambio, eran además de señales de soberanía, plagas. Provocaban la muerte o miserias de diversa índole (tanto en personas como en animales).
Las 11 señales humillaron a los egipcios y demostraron el poder de Yahvé sobre ellos. Las once señales conducen sin lugar a dudas al gran acto poderoso de Dios en torno al cual gira el libro de Éxodo, la salida de Egipto.
Así pues, las señales de soberanía no deben entenderse como fines en sí mismos, sino como preludio de la gran liberación por parte de Dios de su pueblo de la esclavitud de la mayor superpotencia de su tiempo, liberación que sólo se completó cuando el ejército egipcio fue destruido y el poder del faraón quebrantado. (Todo el Éxodo apunta al Evangelio) - Las cosas fueron así, porque de la misma manera Cristo destruyo el poder del enemigo en la cruz.

Patrón de las Señales

Hay un patrón en las señales, elementos que se repiten:
Instrucción de Dios a Moisés y Aarón antes de encontrarse con faraón.
El encuentro con el faraón.
Acción simbólica.
Resultado de la acción en presencia del faraón y sus oficiales.
Duplicación de la señal por parte de los magos egipcios (Solo las primeras 3)
El faraón endurece su corazón y no cede. (Justo como Dios lo dijo)

Progresión y Estructura de las plagas

Las señales fueron aumentando de intensidad. Las primeras plagas (sangre, ranas, insectos que picaban) eran relativamente breves, no causaban la muerte y afectaban principalmente a la paciencia y la comodidad de la gente, aunque ciertamente de forma severa.
Los magos egipcios fueron capaces de duplicar las dos primeras plagas (aunque presumiblemente sólo a muy pequeña escala, pero no pudieron duplicar la tercera, prueba de que la "calidad", no sólo la cantidad, de las plagas era cada vez más intensa.
Ninguna de las tres primeras plagas produjo una voluntad duradera por parte del faraón de dejar marchar a los israelitas.
Las plagas cuarta, quinta y sexta (enjambres de insectos, enfermedades animales y llagas en la piel) fueron mucho más dañinas. La quinta mató a mucho ganado, y la sexta trajo graves enfermedades a los humanos. Aun así, estas plagas no fueron suficientes para que el faraón cejara en su resistencia a las demandas israelitas de libertad.
Las plagas séptima, octava y novena (granizo, langostas y tinieblas) fueron aún más graves, ya que la séptima causó la destrucción tanto de animales como de ciertos cultivos, las langostas arruinaron los cultivos que quedaron y la plaga de las tinieblas fue tan aterradora y debilitante durante sus tres días de duración que el faraón estaba dispuesto -al principio- a permitir que todos los israelitas se marcharan si dejaban atrás sus animales como garantía de su eventual regreso.
Aunque las plagas aumentaron en intensidad, el incremento no fue igualmente gradual. Hubo un salto cuántico en severidad hasta la culminación de todas las plagas en la décima plaga, la de la muerte de los primogénitos, que de hecho lanzó el éxodo y que fue vista como un acto supremo de juicio contra Egipto, en particular contra los dioses de Egipto.
En consecuencia, la décima plaga recibió la mayor atención en la narración, hasta el punto de que los israelitas la predijeron y prepararon de forma separada y única, como se describe con bastante detalle en (11:1-10).
No puede ser casual que Dios utilizara diez plagas para enseñar a los egipcios que Él es soberano y que sus dioses no tenían importancia. En la época del éxodo, tanto los israelitas como los egipcios utilizaban un sistema de conteo decimal, lo que significaba que el número diez tendía a connotar una cantidad plena, completa y suficiente de todo lo que se enumeraba explícitamente. Un repaso de toda la lista decimal del uno al diez proporcionaba una demostración más que suficiente del poder de Dios sobre Egipto para que cualquiera captara el mensaje.
Dios llevó a cabo las plagas con una estructura de ocurrencia diseñada para recalcar a los egipcios que Él está firmemente en control de todo el proceso, y de ellos y su nación, incluso hasta el punto de controlar su medio ambiente, que tan completamente admiraban y adoraban en su panteísmo.

Primera Señal - Milagro de Apertura - El bastón de Aarón se convierte en serpiente

Exodus 7:8–13 NBLA
8 El Señor habló a Moisés y a Aarón y les dijo: 9 «Cuando Faraón, les diga: “Hagan un milagro”, entonces dirás a Aarón: “Toma tu vara y échala delante de Faraón para que se convierta en serpiente”». 10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón e hicieron tal como el Señor les había mandado. Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y esta se convirtió en serpiente. 11 Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos. 12 Cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13 Sin embargo el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho.
Este relato describe la realización por parte de Aarón de uno de los signos que se le habían dado a Moisés para convencer a los israelitas de su llamada de Dios (4:5, "por esto creerán") y también uno de los signos que demostrarían el poder de Dios al Faraón (4:21, "mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano").
El texto parece decir claramente, sin embargo, que los magos egipcios convocados por el Faraón fueron capaces de duplicar este milagro del bastón a la serpiente, y el lector bien puede preguntarse algo de lo siguiente: "¿Qué clase de milagro es éste que puede ser duplicado por todos los magos ("cada uno", v. 12) de un grupo de paganos? ¿Debemos suponer que ellos también tenían poderes sobrenaturales? ¿O no les dio Dios a Moisés y Aarón nada más que un simple truco de magia (es decir, no un milagro en absoluto) que otros magos también podían realizar? ¿Acaso Satanás estaba ayudando a los magos; era esa la fuente de su capacidad para reproducir un milagro? ¿Realmente pensó Dios que un "milagro" de baja calidad que fuera tan fácilmente replicado convencería al Faraón de dejar ir a los israelitas?"
Cuatro consideraciones proporcionan la resolución a estas preguntas.
En primer lugar, Moisés y Aarón no eran magos. Lo que Dios hizo a través de ellos fue genuino: convertir un trozo de madera en un animal. Los egipcios, en cambio, eran magos, y la lectura más sencilla del texto es la que supone que imitaron mediante engaño mágico lo que Aarón había hecho por poder divino. Para un Faraón deseoso de no ser persuadido a creer en el Dios de un extranjero, su habilidad para producir serpientes a partir de bastones (tal vez usando cajas y cortinas, a la manera habitual de los magos que hacen trucos de sustitución) sería suficiente para permitirle seguir sus predilecciones y dudar de Moisés y Aarón -y por lo tanto despreciar a su Dios.
En segundo lugar, el texto afirma que los magos lograron su imitación "con sus artes secretas" ("encantamientos", v. 11) y no por ningún tipo de medio sobrenatural o con la ayuda de Satanás o cualquier otro mecanismo similar no mundano.
En tercer lugar, el final del v. 12 afirma que el bastón de Aarón se tragó los de los magos, una actuación que ellos no pudieron y aparentemente ni siquiera intentaron duplicar. En ese punto fueron vencidos porque un truco de sustitución no es nada comparado con hacer que una serpiente se coma a un grupo de otras serpientes. Claramente, el poder del Dios de Moisés y Aarón era muy superior a su habilidad.
En cuarto lugar, el propósito de Dios era empezar poco a poco. Este presagio milagroso previo a la plaga fue intencionalmente un milagro simple, a pequeña escala, para poner a prueba la voluntad del Faraón y mostrar a Moisés y Aarón a qué se enfrentaban.
Una cosa era utilizar este tipo de milagros para convencer a los israelitas (4:31) y otra muy distinta era utilizarlos para convencer al faraón. El rey de Egipto, como se predijo (3:19; 4:21), no iba a ser tan fácil de impresionar, y ese hecho formaba claramente parte del plan divino.
Por muy impresionados que estuvieran los propios magos egipcios una vez que la vara de Aarón se comió la suya, el Faraón, con la mente obstinada por Dios, tenía ahora una excusa para resistirse, aunque fuera una excusa coja; por el momento podía contentarse con la reconfortante creencia de que lo que Aarón había hecho no era más que un truco de magia.
No se trata de imitar el poder de Dios, sino de reconocerlo - Buscamos el poder no la solución.
La paciencia en el proceso - Así como en Éxodo, Dios trabaja progresivamente en nuestras vidas.

Segunda Señal - La primera plaga - Agua a sangre

Mucho de la “dependencia” de Egipto radicaba en el Nilo: Al considerar la historia de la primera plaga, es importante tener en cuenta que los egipcios entendían que el Nilo era un dios.
Su visión panteísta del universo consideraba que todas las cosas eran partícipes de lo divino, y que las cosas que se movían eran obviamente divinas en su esencia.
La victoria final del único Dios verdadero, Yahvé, sobre los muchos dioses falsos de los egipcios comenzó con la humillación del Nilo.
La gran vía fluvial de la nación y fuente de vida fue convertida en odiosa y fuente de muerte, demostrando el poder soberano del Dios de Israel y la impotencia subordinada del Nilo.
Exodus 7:14 NBLA
14 Entonces el Señor dijo a Moisés: «El corazón de Faraón es terco. Se niega a dejar ir al pueblo.
- “El corazón de Faraón es terco” este versículo casi podría parecer que sugiere que Yahvé estaba "aprendiendo" o "averiguando" cómo reaccionó el faraón ante la señal que acababa de realizar Aarón.
Sin embargo, la idea central de la declaración del Señor es que Moisés no debía sorprenderse por la resistencia que acababa de encontrar ni por la que estaba por venir. En otras palabras, el Señor informó aquí a Moisés de que nada había cambiado ni cambiaría en su control de las inclinaciones del faraón.
Exodus 7:15 NBLA
15 »Preséntate a Faraón por la mañana cuando vaya al agua, y ponte a orillas del Nilo para encontrarte con él. Toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente.
- “por la mañana” - La primera, cuarta y séptima plaga comienzan con un “enfrentamiento” por la mañana con el faraón al aire libre, a diferencia de los enfrentamientos de la segunda, quinta y octava que ocurrieron en la corte y de la ausencia de enfrentamiento en la tercera, sexta y novena. -”cuando vaya al agua” - El faraón se dirigía al Nilo, probablemente a bañarse, Moisés incomodaría inmediatamente al faraón impidiéndole hacer lo que iba a hacer. En pocas palabras y como nos pasa a nosotros, cuando Dios tiene algo que decirnos, no podemos ignorarlo. La mención de la vara no es otra cosa que mostrar y representar el poder de Dios.
Exodus 7:16–18 NBLA
16 »Y dile: “El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: ‘Deja ir a Mi pueblo para que me sirva en el desierto. Pero hasta ahora no has escuchado’. 17 ”Así dice el Señor: ‘En esto conocerás que Yo soy el Señor: Yo golpearé con la vara que está en mi mano las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre. 18 ’Los peces que hay en el Nilo morirán, y el río se corromperá y los egipcios tendrán asco de beber el agua del Nilo’ ”».
El discurso que Dios dio aquí a Moisés para que se lo dijera al Faraón describe claramente:
A quién representaba Moisés (Yahvé, "el Dios de los hebreos") Lo que Yahvé exigía ("deja ir a mi pueblo") La razón por la que se justificaba un castigo de plaga ("hasta ahora no has escuchado") Dios está decidido a enseñarle a faraón quien era Él, su grandeza y su poder exclusivo (“En esto conocerás que Yo soy el Señor”) El mecanismo del castigo (“Yo golpearé con la vara que está en mi mano las aguas que están en el Nilo”) Cuál sería el castigo (“Se convertirán en sangre… los peces… morirán, y el río se corromperá y los egipcios tendrán asco de beber el agua del Nilo”)
Vemos como Dios es perfectamente claro, Dios se asegura de no ser malinterpretado. El faraón debía comprender que Moisés no era más que un instrumento de Dios; su verdadero rival era el Rey del universo, no un antiguo príncipe egipcio.
También debía comprender que su negativa a permitir que los israelitas abandonaran Egipto sería su condena y su pueblo compartiría la miseria de su cruel obstinación.
Quiero detenerme en el v17 “En esto conocerás que Yo soy el Señor”, ya que es una parte muy importante del mensaje.
En el pasado “Yo soy el Señor” se había dirigido a los patriarcas
Genesis 15:7 NBLA
7 Y le dijo: «Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la poseas».
a Moisés
Exodus 6:2 NTV
2 Dios también le dijo: —Yo soy Yahveh, “el Señor”.
y a los israelitas
Exodus 6:6 NBLA
6 »Por tanto, dile a los israelitas: “Yo soy el Señor, y los sacaré de debajo de las cargas de los egipcios. Los libraré de su esclavitud, y los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios.
pero esta es la primera vez que se dirige a un “no israelita”. Si seguimos en la línea de que el Éxodo es una cristofanía, este anuncio correspondería al primer anuncio del Evangelio a los gentiles. Esto parece ser una mera declaración de identificación por parte de Dios, pero en realidad es una declaración del poder salvador de Dios, el contexto es:
Exodus 7:5 NBLA
5 »Los Egipcios sabrán que Yo soy el Señor, cuando Yo extienda Mi mano sobre Egipto y saque de en medio de ellos a los israelitas».
Obra salvadora - “sacar a Israel de Egipto”.
Exodus 7:19–21 NBLA
19 El Señor dijo también a Moisés: «Dile a Aarón: “Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre. Habrá sangre por toda la tierra de Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra”». 20 Así lo hicieron Moisés y Aarón, tal como el Señor les había ordenado. Aarón alzó la vara y golpeó las aguas que había en el Nilo ante los ojos de Faraón y de sus siervos, y todas las aguas que había en el Nilo se convirtieron en sangre. 21 Los peces que había en el Nilo murieron y el río se corrompió, de manera que los egipcios no podían beber agua del Nilo. Había sangre por toda la tierra de Egipto.
Aquí se hace una descripción de la plaga, la transformación en sangre de todas las aguas superficiales de Egipto. Consideraciones:
“Sangre” - En hebreo es un color, pero también una sustancia, no existen datos firmes para saber si el agua se convirtió en sangre o solo se pintaron de color sangre, pero como veremos más adelante pareciera que solo fue un enrojecimiento del agua.
No hay ningún matiz teológico especial presente en relación con la "sangre" aquí; no es una prefiguración de "la sangre de Cristo que fluye" ni nada por el estilo.
El elemento de castigo importante en la plaga no es ni la sustancia ni el color, sino la contaminación del agua, que la hace no sólo no potable para los humanos, sino mortal para los peces.
El control implícito de Dios sobre el "Nilo" (el dios del río Nilo) difícilmente podría haber pasado desapercibido para cualquier egipcio reflexivo que considerara el significado de esta plaga.
El bastón de Aarón no era un simple recurso visual, sino un recordatorio simbólico de que era Dios, y no Aarón o Moisés, quien realizaba el milagro de la plaga.
La plaga bien pudo haber imitado un fenómeno natural por el cual algunas partes del Nilo a veces se volvían rojizas, pero no parece haber sido meramente un fenómeno natural a la luz de la inmediatez del resultado y su extensión.
Como indica el versículo siguiente (7:25), la plaga de sangre sólo duró siete días. Prácticamente todos los comentaristas han observado que las plagas parecen haber aumentado en intensidad de la primera a la última. ¿Cómo es posible, entonces, que esta plaga se considere la menos amenazadora de las diez? La respuesta es que esta plaga no consistía en la transformación del agua en auténtica sangre (lo que supondría una contaminación ambiental de Egipto de tal magnitud que sus efectos serían mucho más amenazadores para la vida que algunas de las plagas posteriores), sino en el enrojecimiento y la contaminación temporales del Nilo y otras aguas superficiales de tal forma que el Nilo se volvía imbebible y morían sus peces. Esta plaga funcionó más como una grave frustración para los egipcios que como una amenaza para la vida. Los peces murieron a causa de esta plaga, pero los humanos y otros animales no. Esta contaminación divina del agua de Egipto no era, sin embargo, simplemente una versión especialmente fuerte del enrojecimiento estacional del Nilo. El hecho de que a los escépticos egipcios les pareciera, y quizá les pareciera, una mera manifestación muy grave de un fenómeno natural conocido sería coherente con la forma en que funciona en general el autoengaño reconfortante. Si uno está predispuesto a dudar de Dios, siempre se sentirá atraído por explicaciones "naturales" para todos los fenómenos sobrenaturales de la Biblia, desde la creación hasta la resurrección de Jesús.
Exodus 7:22–24 NBLA
22 Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos. El corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho. 23 Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto. 24 Todos los egipcios cavaron en los alrededores del Nilo en busca de agua para beber, porque no podían beber de las aguas del Nilo.
Los magos eran capaces de hacer lo mismo a menor escala, mediante trucos, ¿cual es el truco? - agua rojiza.
Esa imitación requería solo añadir tintura al agua. Cabe destacar que los magos no intentaron deshacer los estragos causados en el Nilo, obviamente no podían hacerlo. Pero el trabajo de los magos tuvo su efecto con el faraón. El faraón ve solo lo que quiere ver. Por lo que de la misma manera que paso con el bastón y las serpientes, la realidad es ignorada por “la magia”. El faraón solo quería una excusa.
¿Cual es tu excusa para responder a las exigencias de Dios?
El faraón perdió un baño, el pueblo egipcio, sin embargo, tuvo que apresurarse para conseguir agua, que sólo estaba disponible en nuevos pozos.
El agua subterránea no se había visto afectada; el milagro de la primera plaga se limitó en su letalidad a los peces; la gente sólo sufrió grandes molestias. Sin embargo, la superioridad del Dios de Israel sobre el dios del Nilo era evidente.

Conclusión

Las plagas de Egipto no fueron simplemente actos destructivos, sino señales de la soberanía de Dios sobre toda creación, mostrando su poder absoluto ante la necedad humana y la falsa seguridad en ídolos. Al estudiar el milagro del bastón convertido en serpiente y la primera plaga, vemos cómo Dios actúa con un propósito claro: liberar a su pueblo, humillar a los dioses falsos y revelar su gloria. La soberanía de Dios se manifiesta no solo en grandes juicios, sino también en su control de cada detalle, desde el corazón del faraón hasta las aguas del Nilo.
Así como el faraón endureció su corazón ante las señales divinas, hoy corremos el peligro de ignorar las señales claras que Dios nos da en nuestras vidas, porque queremos seguir confiando en nuestras propias "soluciones" o excusas.
Reconocer el poder de Dios en nuestras vidas:Tal como el faraón fue confrontado con la soberanía de Dios, nosotros también debemos reconocer que todo está bajo su control. No importa cuán grandes sean nuestras dificultades o qué tan fuertes parezcan nuestras excusas, Dios sigue siendo soberano y nos llama a confiar en Él plenamente. ¿Qué área de tu vida necesitas someter a su control hoy?
Cuidado con las excusas que nos alejan de Dios:El faraón buscaba excusas para evitar someterse a Dios. A veces hacemos lo mismo cuando nos justificamos para no obedecer su palabra. Hoy es un buen momento para identificar aquellas áreas en las que estamos poniendo pretextos y dar el paso de fe hacia la obediencia.
Dios actúa progresivamente en nuestras vidas:Las plagas aumentaron en intensidad, y del mismo modo, Dios trabaja en nuestra vida paso a paso. No debemos frustrarnos si no vemos cambios inmediatos, porque Dios tiene un plan progresivo. Confía en que cada momento difícil o desafío es parte de su proceso de transformación.
Desafiar nuestras dependencias:Así como los egipcios dependían del Nilo, también podemos depender demasiado de recursos, personas o situaciones en lugar de depender de Dios. Cuando Dios "golpea" esas áreas, es una oportunidad para que recordemos que solo Él es nuestra fuente de vida y fortaleza. ¿Qué ídolos debemos derribar para depender más de Dios?

Bendición y Oración

Iglesia Identidad, que el Señor te bendiga y te guarde, que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia, que el Señor alce sobre ti Su rostro, y te de paz, en el nombre de Jesús, Amén.
PROPÓSITO DE IDENTIDAD
“Acercar a las personas a Jesús de una manera real y práctica, dándoles las herramientas para alcanzar la madurez en Cristo y ser miembros de Su familia; con el objetivo de prepararlas para servir a la Iglesia y a la comunidad, glorificando así el nombre de Dios.”
AÑO DEL ORDEN
Genesis 1:1–3 NBLA
1 En el principio Dios creó los cielos y la tierra 2 La tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. 3 Entonces dijo Dios: «Sea la luz». Y hubo luz.
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