Jesús es la resurrección

Juan 11:17–25

“17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”

Introducción

Lazaro, un buen amigo de Jesús estaba gravemente enfermo. Jesús se encontraba en otra ciudad cuando llegó la noticia.

Tardó cuatro días en llegar a Bethania, pero Lázaro había muerto.

Sus hermanas María y Marta estaba muy tristes y desconsoladas, más aun porque su amigo Jesús había tardado en llegar.

Juan 11:21 “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.”

Conocían a Jesús que podía sanar, pero no conocían al Cristo que puede dar vida eterna.

El sufrimiento María y Marta

Juan 11:19 “y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.”

En la cultura de la época, las mujeres no podían tener un trabajo asalariado, a menos que se vendieran como esclavas.

Las hermanas de Lázaro eran solteras y con su muerte había quedado desamparadas, las propiedades de su hermano por ley correspondían a un pariente varón.

Ellas debían casarse para participar de la herencia de su esposo.

Con la muerte de su hermano, ellas quedaban desamparadas.

Pero además, sufrían el dolor de la muerte prematura de su hermano.

De manera que sus amigos, vecinos y parientes habían llegado para consolarlas.

Es una práctica humana consolar a los que sufren.

La fe de Marta

Marta creía en Jesús pero su fe no se había perfeccionado, era necesario pasar este dolor para conocer el poder de Cristo.

Juan 11:22 “Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.”

Marta era una mujer creyente, y a pesar de la decepción que experimentaba por el retraso de Jesús, había una chispa de esperanza. Ella creía que Dios escuchaba a Jesús.

No sabemos cuáles eran sus expectativas, quizá esperaba que Jesús hiciera un milagro para solucionar su situación civil o que quitara el dolor y la pena en su corazón.

Pero El Señor se mostrará más que un hacedor de milagro, se mostrará con Dios todo poderoso.

Cristo es la resurrección

Juan 11:23–24 “Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.”

Jesús le revela a Marta que su hermano volverá a la vida, pero ella sabía, como nosotros, que resucitaremos cuando Cristo vuelva por su iglesia. Juan 11:24 “Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.”

Es aquí donde El Señor se revela como la resurrección y la vida.

Juan 11:25 “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”

Hoy conocemos a ese Cristo que no solo puede hacer milagros, Él es la resurrección y la vida.

Solo en Cristo hay vida eterna.

No es lo más valioso ser sanado de una enfermedad, lo más valioso es tener a Cristo quien es la vida eterna.

Conclusión

Hoy despedimos a hermana Ofelia, quizá alguien deseara que hubiera un milagro como el de Lázaro.

Pero creanme que ella está mucho mejor allá con el Señor, pues está descansando de toda angustia y dolor. Apocalipsis 21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.”

No sería lo mejor para ella volver a esta tierra de angustia y dolor.

Por lo tanto, la despedimos con tristeza, pero también con esperanza, que ella solo duerme, un día despertará a resurrección para reunirnos con Cristo nuevamente.