(Proverbios 6:12-15) De Belial a Cristo
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Introducción
Introducción
El capítulo 6, desde los versículos 1 al 15 nos habla de tres tipos de hombre, escalando en su pecado, no que su pecado sea más condenable que el anterior, sino que escala en la profundidad y relación del pecado con el hombre.
Esta cadena de pecados comienza con un necio, que por falta de prudencia peca pero interesantemente, este hombre tiene posibilidad de librarse de su situación. Esto está dicho entre los versículos 1 al 5, donde el 4 al 5 sirven como puente para la siguiente sección, que es del perezoso, el cual es un hombre al que se le reprende por su pereza, por ser flojo. Este hombre peca según una disposición natural, que dominado por su pecado cae en ello y puede hacerlo continuamente. Esto entre los versículos 6 al 11.
Para finalizar se nos habla del perverso, hombre lleno de pecado que consciente y voluntariamente peca, disfrutando incluso del pecado que hace. A este hombre se nos muestra que ya no tiene una posibilidad de librarse del peligro asociado a su pecado.
Esta es una cadena descendente de oscuridad mostrando hombres cada vez más inmersos en su pecado.
Así llegamos hasta el final, con aquel que se agrada de su pecado.
Todo este despliegue de pecadores que hemos visto y seguimos viendo, nos puede y debería llevar a reflexionar y preguntarnos:
¿Soy yo así?
¿Soy yo este pecador?
¿Me parezco a él?
Proverbios 6:12–15 (RVR60)
12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
13 Que guiña los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
15 Por tanto, su calamidad vendrá de repente;
Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
El hombre perverso
El hombre perverso
¿Quién es el perverso?
¿Quién es el perverso?
En el versículo 12 se nos presenta al perverso (también al bueno para nada). El hombre que hace daño intencionalmente.
En el versículo 12 se nos introduce al pecador, el perverso y también comienza a caracterizarlo.
Proverbios 6:12 (RVR60)
12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
El versículo 13 amplía en describir a este hombre
Proverbios 6:13 (RVR60)
13 Que guiña los ojos, que habla con los pies,
Que hace señas con los dedos.
Indicando características específicas del hombre perverso o una ejemplificación de cómo su cuerpo entero es usado para el mal y con él aprovecha los medios que tiene para hacer el mal y dañar a los demás.
Según el contexto histórico o cultural del pasaje, estos usos del cuerpo van relacionados a cuando una persona tiene un cómplice en su maldad y se comunica con él para hacer algo, ya sea robar, ya sea estafar, engañar, etc.
También va relaciona a la falta de veracidad y fidelidad de lo que dice y lo que hace.
Todo su cuerpo y como lo usa está torcido y corrupto, pervertido en favor del pecado.
En la versión NTV, los versículos 12 y 13 se nos presentan de esta manera:
Proverbios 6:12–13 (NTV)
12 ¿Cómo son las personas despreciables y perversas?
Nunca dejan de mentir,
13 demuestran su engaño al guiñar con los ojos,
al dar golpes suaves con los pies o hacer gestos con los dedos.
Como ven, la NTV lo presenta como una pregunta, siguiendo con las preguntas que mencioné hace un rato que nos podemos hacer al leer estos versículos, colguémonos de la pregunta que hace el versículo 12 en esta versión “¿Cómo son estas personas malas y perversas?”
¿Acaso nosotros compartimos similitudes con esta descripción?
La fuente de la Perversidad (y su retribución)
La fuente de la Perversidad (y su retribución)
El versículo 14 nos da a entender el fondo de su actuar, el por qué: "anda pensando el mal en todo tiempo" pues "perversidades hay en su corazón".
14 Perversidades hay en su corazón; anda pensando el mal en todo tiempo;
Siembra las discordias.
Pero si también nos amplía en su perversidad, al ver que la perversidad de este hombre no es simplemente robar y engañar, sino que hacer cualquier cosa que implique dañar o perjudicar a otro, a veces por un beneficio egoísta, a veces por el puro placer de hacer daño.
12 La persona indigna, el hombre inicuo,
es el que anda con boca perversa,
13 el que guiña los ojos, el que hace señas con los pies,
el que señala con los dedos,
14 el que con perversidad en su corazón, continuamente trama el mal,
el que siembra discordia.
Cada persona tiene una naturaleza, todos nacemos en pecado, pero no todos somos iguales o tenemos las misma inclinaciones pecaminosas. Y la justicia de Dios es una justicia perfecta, es retributiva, dando en consecuencia coherente con la acción cometida. De esta forma, el versículo 15 nos muestra la retribución justa para el hombre perverso.
Su juicio será duro y repentino, caerá el peso de su maldad sobre él súbitamente y de tal forma, que no habrá remedio ni ayuda para él. Un ejemplo de esto es
Sodoma y Gomorra en Génesis 19.
También está el ejemplo del Diluvio en Génesis 6.
Tenemos el ejemplo de los hijos de Elí que en
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.
34 Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.
Algo más actual, el ejemplo de Ananías y Safira, un matrimonio parte de la primera iglesia en Jerusalén.
El pecado y la perversidad no son solo naturles de los humanos y presentes en el mundo, sino que podemos verlo y vivirlo incluso dentro de la misma iglesia.
El hombre de Belial
El hombre de Belial
En ese sentido quiero volver al primer versículo de esta sección, y centrarme en la palabra introductoria del pecador de esta sección.
Proverbios 6:12 (RVR60)
12 El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
Key Word: בְּלִיַּ֫עַל (beliy·yǎʹ·ʿǎl)
*[Analizar en contraste con Cristo hablando como desde la nueva vida que tenemos siendo como y de Cristo (Cristiano)]
beliy·yǎʹ·ʿǎl refiere a impiedad o maldad, también perversidad.
beliy·yǎʹ·ʿǎl viene de dos palabras hebreas, que significa cada una:
(bᵊlî - בְּלִי): Desgastarse, carecer de, o una negación no
(yāʿal - יָעַל): Valioso, gana valor o algo que asciende
Con ello vemos que la idea general es algo que ha perdido su integridad y valor, que se ha destruido y corrompido. En una simplificación es el antónimo de valioso.
Por ello es que una buena traducción es “inútil” o “sin valor”
Entonces tenemos algo que ha perdido su valor e integridad.
Precisamente esto es lo que vemos en el ejemplo de los hijos de Elí, en 1 Samuel 2:12
1º Samuel 2:12 (RVR60)
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.
El versículo hace un juego de palabras pues dice:
ûḇenêʹ (בְנֵ֥י) ʿē·lîʹ (עֵלִ֖י)
benêʹ (בְּנֵ֣י) ḇeliy·yāʹ·ʿǎl (בְלִיָּ֑עַל)
Que literalmente diría:
Ahora los hijos de Elí
Hijos de belial - «Porque no conocían a YHWH».
¿Cómo algo puede perder su valor e integridad? -> ¿Cuál es la fuente del valor y la integridad?
Es Dios mismo, lo creado por Dios es creado íntegro, puro, valioso, pues en Dios no hay perversidad ni maldad, ni inutilidad.
¿Qué es el pecado?
El pecado es el fallar a conformarse a Dios, es actuar según la decisión de ir en contra de Dios.
El pecado mismo es una forma de pérdida, pues el pecado implica el dar la espalda a Dios y su consecuencia es muerte, que es la separación física de la vida (como primera muerte) y la separación eterna de la fuente de la vida que es Dios.
Entonces, cuando hablamos de Belial en la Biblia y lo entendemos como Satanás (como en 2 Corintios 6:15), tiene sentido porque es quien cayó de su posición de virtud y santidad con Dios, siendo el guardián de la santidad de Dios, para ir a una posición de pecado puro, en las tinieblas, Satanás es el ejemplo perfecto de beliy·yǎʹ·ʿǎl.
Pero esta palabra no aplica solo a Satanás, sino a todo hombre, todo aquel que ha sido contaminado con el pecado y la corrupción en consecuencia.
Por eso es que en Proverbios 6:12 nos dice (ʾā·ḏām - אָדָם), un hombre que ha perdido su valor y ha caído de esa naturaleza misma de perfección, integridad, virtud.
Eso amplía el alcance de este pasaje.
El cual, sí, habla sobre un tipo de pecador específico, el cual disfruta con el mal y el sufrimiento ajeno, esta persona que ha caído de la virtud para tener estas características simples y necias.
Pero es extrapolable a toda persona pues como nos dice el versículo 15, la consecuencia de esta persona es la destrucción total e irremediable.
¿Acaso eso no va para todos?
El pecado, perversión universal
El pecado, perversión universal
Entonces, cuando entendemos este concepto de beliy·yǎʹ·ʿǎl, vemos que podemos estar hablando de la humanidad.
Hombres pecadores que han caído de la gracia y gloria de Dios, y por ello reciben una destrucción y muerte física y espiritual en una separación de Dios, un castigo total y eterno.
O podemos estar hablando también de nosotros mismos, que por nuestra necedad quizás hemos caído al pecado, conformándonos a una imagen de pecado, de Belial y no a la imágen de Cristo.
¿Cuál es la solución a esto? ¿Cómo separamos el bᵊlî del yāʿal, cómo pasamos de inútiles a útiles, de sin valor a valiosos?
Es ir a Cristo, poner nuestros ojos en la fuente de la virtud que es Dios y volver a esa fuente en una reconciliación, pero esto sólo es posible a través de la obra redentora de Cristo que por su humilde y humillada encarnación, toma nuestro pecado y muere para pagar el precio de nuestra perversidad y transgresión, que al resucitar hace efectiva la salvación por la fe.
Es esta obra redentora de Cristo que nos redime de nuestro estado de pérdida a un estado de ganancia, de virtud.
Pasa de peronas beliy·yǎʹ·ʿǎl a ser personas yāʿal.
Aunque aquí les hablo de la salvación y si estamos aquí como hermanos, siendo ya reconciliados con Dios, redimidos, posicionalmente no somos más de Belial. Esto igualmente es aplicable a nuestra vida.
Porque como decía anteriormente...
O podemos estar hablando también de nosotros mismos, que por nuestra necedad quizás hemos caído al pecado, conformándonos a una imagen de pecado, de Belial y no a la imágen de Cristo.
Conclusión
Conclusión
Hemos estado viendo que proverbios es un libro de sabiduría, lleno de consejos para ser sabio y como dice el pasaje clave de proverbios, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”
Proverbios 1:7 (RVR60)
7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
El temor a Jehová, esta reverencia y adoración a Dios es el principio que nos lleva a la sabiduría, tal como otro libro de sabiduría nos dice, en Eclesiastés 12:13
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
Si nos preguntamos al inicio de esta enseñanza, durante la enseñanza y a lo largo de este capítulo:
¿Soy acaso como estos hombres? ¿puedo identificarme con alguna de estas descripciones?
Bueno la salida de ello o para evitar encajar en estas descripciones, ya que ya hemos sido redimidos por Cristo, es temer a Jehová y guardar sus mandamientos, seguir sus palabras sabias, adorarle a él con todo nuestro ser (cuerpo y mente) como dice Romanos 12.1-2
Romanos 12:1–2 (RVR60)
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Es cambiando nuestra vida, si estamos en pecado, tomando en cuenta estas enseñanzas, tomando en cuenta la palabra de Dios.
Siendo conocedores de la palabra y dependiendo de ella.
Busquemos vivir vidas en conformidad a Dios.
Tenemos todo un libro, que es la palabra de Dios, el cual no solo está lleno de consejos y advertencias para evitar el pecado, sino también de ejemplos y descripciones para que sepamos reconocer rápidamente lo que viene de la santidad de Dios y lo que viene de la perversidad del pecado.
Estudiemos la palabra de Dios para conocer a Dios, su voluntad, su naturaleza y de esa manera vivir vidas en sabiduría, conformándonos a Cristo.
Seamos hombres y mujeres llenos de la palabra, llenos de fe, llenos del Espíritu, que conocen a Dios y su palabra y de esta manera temen a Dios, guardan sus mandamientos, y no se conforman al pecado y la perversidad de nuestros corazones.
Según el llamado que hemos recibido, marcados por la sangre redentora de nuestro salvador, no andemos siendo de Belial sino andemos siendo de Cristo.