Dos Parábolas - El Tiempo Está Cerca

Marcos  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introducción

Poco a poco nos acercamos a la primavera.
Las temperaturas comienzan a subir.
El hielo y la nieve se comienza a derretir.
Los días se alargan.
Vemos retoños en los árboles y en las plantas.
Es una de las señales más claras que se acerca la primavera y que el invierno pronto ha de terminar.
Antes de los analysis meteorológicos, los hombres observaban las señales de la naturaleza para identificar el cambio de las estaciones. De hecho, esto lo vemos aun en los tiempos de Jesús.
Hoy veremos dos parábolas que Jesús enseño a sus discípulos.
La primera parábola tiene que ver con la higuera.
La segunda parábola tiene que ver con con el vigilante de una casa.
Aunque las dos parábolas parecen completamente distintas, las dos nos invitan a estar preparados para la venida de Jesús.

La parábola de la higuera

Jesús ha estado hablando acerca de la destrucción y de Jerusalén y de su segunda venida.
Jesús profetizó que Jerusalén sería destruída - los romanos rodearían la ciudad y la destruirían por completo. Esto se cumplió en el año 70 dC.
Jesús profetizó que vendría por segunda vez a este mundo.
Pero, no vendría en una condición de humildad sino que vendría con poder y gloria para ejecutar juicio sobre la rebelión de la humanidad.
Así que los discípulos estarían preguntando - ¿cuando va a suceder esto?
Marcos 13:4 NBLA
4 «Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando todas estas cosas se hayan de cumplir?»
Así que Jesús expone dos parábolas. Marcos registra la primera parábola.
Marcos 13:28 NBLA
28 »De la higuera aprendan la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, saben que el verano está cerca.
Jesús se refiere a una de los árboles más comunes en Israel - la higuera.
Los discípulos conocían el ciclo de vida de la higuera.
Cuando llega al invierno los árboles hibernan (duermen).
Sus ramas parecen secarse.
Las hojas caen.
Parece que el árbol se ha secado por completo.
Al llegar la primavera la savia comienza a correr del tronco hacía las ramas.
Las ramas que parecían estar muertas/secas ahora se ablandan.
Comienzan a recuperar color y ya no se ven secas.
De pronto se comienzan a ver pequeños retoños.
Al ver al árbol de lejos podemos observar que en cada rama se ven retoños.
Y de pronto en un par de días los retoños brotan y el árbol se llena de hojas.
Lo que antes parecía estar muerto ahora está frondoso - lleno de hojas verdes.
De esta manera los israelitas sabían que el verano estaba a las puertas.
Pronto estarían en pleno verano.
Pronto estarían cosechando los higos que han brotado.
Pronto estarían descansando debajo de la sombra de la higuera.
Jesús enseña esta parábola con este propósito:
Marcos 13:29 NBLA
29 »Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que Él está cerca, a las puertas.
Jesús dice que los discípulos deben estar atentos a los acontecimientos / a las señales que Jesús ha mencionado.
Las guerras
Las persecuciones
Los terremotos
Los rumores de guerra, etc.
Cuando los discípulos vean que comienzan a ocurrir estas cosas deben entender que es como cuando las ramas de la higuera se ablandan y comienza a echar hojas.
El verano está cerca.
La destrucción de Jerusalén está a las puertas.
Pronto será sitiada Jerusalén.
Pronto entrará el ejército romano.
Pronto vendrán a destruir el templo.
Jesús tiene 100% seguridad que sucederá lo que él ha profetizado:
Marcos 13:31 NBLA
31 »El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán.
No hay duda alguna si se cumplirá lo que Jesús profetizó.
El mundo será destruido pero las palabras de Jesús se han de cumplir.
Podemos confiar en cada una de las palabras de Jesús porque él no miente, él es veraz, él es Dios.
Así que 40 años después que Jesús dijo estas palabras los moradores de Jerusalén vieron como los romanos rodearon la ciudad de Jerusalén - los que conocían las palabras de Jesús se dieron cuenta que todo se cumplió tal como Jesús lo había declarado.

La parábola del vigilante

Pero ahora Jesús dirige nuestras miradas a que veamos más allá de la destrucción de Jerusalén.
La destrucción de Jerusalén ha quedado en el pasado.
Ocurrió tal como Jesús lo profetizó - pero eso ya es historia.
Hay otro acontecimiento que estamos esperando.
Marcos 13:32 NBLA
32 »Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.
Jesús se refiere a este acontecimiento como “aquel día o de aquella hora”.
En el versículo 24 le llama - “en aquellos días, después de esa tribulación”.
Marcos 13:24 NBLA
24 »Pero en aquellos días, después de esa tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz,
Este día la Biblia lo llama:
El día de Jehová
El gran día y terrible de Jehová
El fin
El día del juicio
Ese día será la culminación de la historia de la humanidad.
Será el momento en que el Hijo de Dios regrese a la tierra para juzgar a los vivos y a los muertos.
A nosotros ya no nos preocupa lo que sucedió en el año 70 dC.
Para nosotros es historia.
Es algo no afecta nuestro diario vivir porque vivimos después de los hechos.
El día final, el juicio final, se acerca para toda la humanidad.
Así que levantemos nuestra mirada y miremos hacía el futuro - Jesús quiere que estemos preparados para este día grande y terrible.
Nosotros también queremos saber cuando va a suceder el día final, cuando vendrá Jesús a juzgar a la humanidad.
Pero notamos una advertencia que Jesús nos da acerca de este gran evento.
Marcos 13:32 NBLA
32 »Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.
Esto es algo que lo ignora gran parte de la cristiandad.
¿Qué dice Jesús? Nadie sabe el día ni la hora.
No lo saben los ángeles.
No lo sabe el Hijo (Jesús).
Solo lo sabe el Padre.
Pero nos damos cuenta que existen personas haciendo cálculos de las fechas de acuerdo a las 70 semanas de Daniel y dicen que Jesús vendrá por segunda vez:
1844 (adventistas)
1914 (testigos de Jehová)
2011 (Harold Camping)
Dar fecha a la venida de Jesús es ir en contra de lo que Dios ha revelado.
Ahora es importante que tendamos, ¿qué quiere decir que el Hijo no sabe el día del fin?
Jesús es Dios.
El Padre es Dios.
Si Jesús es Dios debe ser el día del fin.
Pero no olvidemos que Jesús es verdadero Dios (divino) y verdadero hombre (posee una naturaleza humana).
Así que Jesús - en su naturaleza humana no sabe el día del fin.
Pero, siendo Dios sabe el pasado, el presente, y el futuro - porque Dios todo lo sabe.
Así que si Jesús, en su naturaleza humana, como el hombre perfecto, no conoce el día del fin - ¿cómo pretendemos nosotros hombres pecadores/imperfectos dar fecha a los acontecimientos del fin?
Así que si la Biblia nos prohibe dar fecha a los eventos del fin, ¿qué debemos hacer sabiendo que pronto viene el día del juicio final?
Marcos 13:33–36 NBLA
33 »Estén alerta, velen; porque no saben cuándo es el tiempo señalado. 34 »Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta. 35 »Por tanto, velen, porque no saben cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; 36 no sea que venga de repente y los halle dormidos.
Para responder a esta pregunta Jesús presenta otra parábola.
Un hombre va de viaje y deja su hacienda encargada a sus trabajadores.
Cada uno tiene una responsabilidad - pero a uno de ellos se le da la responsabilidad de cuidar la puerta.
Unos están en la cocina, otros en las caballerizas, otros haciendo la limpieza, etc.
Pero veamos la advertencia del versículo 35:
Ninguno de los trabajadores saben cuando vendrá el señor de la casa.
La noche se divide en cuatro vigilias:
El atardecer
La medianoche
El canto del gallo
El amanecer
Los trabajadores no saben el día ni la hora de la venida del Señor.
Lo único que saben es que ha de venir.
Y a final de cuentas es lo único que necesitan saber - mi señor ha de venir.
Pero veamos cuanta presión ha de sentir el portero.
Los demás siervos están ocupados en otras responsabilidades.
Los de la limpieza, los de la cocina, los de las caballerizas - podrían estar dormidos cuando llega el señor y al escuchar al ruido del hogar tienen tiempo para despertar y estar en sus puestos.
Pero el portero no tiene este lujo - el portero debe estar despierto en todo momento porque es el primero que se encontrará con su señor.
Así que la exhortación de Jesús en esta parábola a sus discípulos - los porteros; ya que todos los seguidores de Jesús somos el portero.
Todos estamos a la puerta de la hacienda.
Todos sabemos que ha de venir nuestra Señor.
La exhortación a cada uno de nosotros es:
V. 33 - velen
V. 34 - estar alerta
V. 35 - velen
V. 37:
Marcos 13:37 NBLA
37 »Y lo que a ustedes digo, a todos digo: ¡Velen!».
Así que lejos de estar buscando:
Que si el microchip de las tarjetas de credito son la marca de la bestia
Que si la vacuna de COVID-19 es la marca de la bestia
Que si tener un pasaporte o el seguro social es la manera en que el anticristo va a controlar la humanidad
Que si los que está ocurriendo en Israel ahorita es señal de la segunda venida de Jesús
Que si han encontrado en Israel la vaca roja / bermeja para el sacrificio del templo que va a ser destruido…
Jesús nos dice: Velen, estén preparados.
Y velar es buscar a Dios.
Velar es orar confiando en que Jesús podría venir en cualquier momento.
Velar es día a día seguir a Jesús - no desmayar, no permitir que nada en este mundo nos aleje de él, no permitir que el mundo nos distraiga del supremo llamamiento, velar es perseverar en nuestra búsqueda de Dios.

Conclusión

Exhortar a las personas a que velen es fácil.
Decir que vamos a velar es fácil.
El problema es que unos días después Jesús estaba en el Getsemaní orando.
Dejó a sus discípulos y les encargó que velaran mientras él oraba.
Tristemente los discípulos fueron vencidos por el sueño y no pudieron velar.
Regresó Jesús y los despertó y nuevamente les dijo que velaran y volvieron a dormir.
Si no pudieran velar unas horas en estos momentos de angustia en la vida de Jesús - ¿cómo velarían para estar preparados para su venida?
Y es aquí donde nos damos cuenta que velar y esperar la venida de Jesús requiere la fortaleza del Espíritu Santo de Dios.
Dependemos de Dios para nuestra salvación de principio a fin.
Dependemos de Dios para velar para el día del juicio.
Dependemos de Dios para estar preparados en todo momento.
…y aunque muramos antes de la segunda venida de Jesús - no olvidemos:
Hebreos 9:27 NBLA
27 Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio,
La carne, el mundo, y el diablo son poderosos enemigos que harán todo lo posible para que caer en un profundo sueño espiritual.
Por tanto, dependamos del poder de Dios, de su gracia para velar y estar preparados.
Y así poder decir:
Romanos 14:8 NBLA
8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.