UNA FAMILIA CON PRINCIPIOS CRISTIANOS
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Intro:
1 Cierto día las hijas de Zelofehad —Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa— presentaron una petición. Zelofehad, su padre, era descendiente de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, hijo de José.
2 Estas mujeres acudieron a Moisés, al sacerdote Eleazar, a los jefes de las tribus y a toda la comunidad, a la entrada del tabernáculo.
3 Ellas dijeron: «Nuestro padre murió en el desierto, pero no por estar entre los seguidores de Coré que se rebelaron contra el Señor, sino que murió debido a su propio pecado y no tuvo hijos varones.
4 ¿Por qué debería desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su clan sólo porque no tuvo hijos varones? Dennos una porción de terreno entre el resto de nuestros parientes».
5 Entonces Moisés presentó el caso ante el Señor.
6 Y el Señor le contestó a Moisés:
7 «La petición de las hijas de Zelofehad es legítima. Así que dales una porción de terreno junto con los parientes de su padre. Asígnales la porción de terreno que se hubiera dado a su padre.
8 »Y da al pueblo de Israel las siguientes instrucciones: si un hombre muere sin dejar hijo varón, entonces se le dará su herencia a sus hijas.
9 Y si tampoco tiene hijas, su herencia se transferirá a sus hermanos.
10 Si no tiene hermanos, entrega su herencia a los hermanos de su padre.
11 Y si su padre no tiene ningún hermano, entonces entrega su herencia al pariente más cercano dentro de su clan. Este es un requisito legal para el pueblo de Israel, tal como el Señor le ordenó a Moisés».
Los progenitores murieron dejando a cinco huérfanas. No había un varón en la casa que las representara. Eran judías errantes que tenían la esperanza de una propiedad en la tierra prometida. Todo les era adverso, parecía que tendrían que cobijarse con un pariente porque la ley no las amparaba. Habían sido más fieles que muchos y su padre fue leal, pero sin un hombre en el hogar se les negaba la oportunidad de progresar. Sin embargo, Zelofehad había inculcado en sus hijas valores que marcaron la diferencia y principios que les redundaron en prosperidad. Así que contra todas las desventajas se levantaron con fuerza y justicia para triunfar. Aprendamos de ellas.
1. Una familia donde se cultivaron valores de calidad
1. Una familia donde se cultivaron valores de calidad
Las hijas de Zelofehad llegaron ante Moisés a reclamar el derecho de tierra para la casa de su padre, pues creían que tenían que recibir una heredad para habitar y labrar igual que todos los demás y que no se les debía excluir por el hecho de no tener varón que las representara (4). El profeta repartía y los varones se presentaban a solicitar la asignación de terrenos, pero ellas no tenían hermanos y su papá había muerto (3). Sin embargo nada las detuvo para cumplir lo que se habían propuesto. Querían honrar a su progenitor y obtener una propiedad a nombre de su familia, así que las cinco mujeres se unieron y no descansaron hasta lograr su objetivo.
Eran las hijas de Zelofehad mujeres esforzadas y valientes. No querían ser contadas en el montón, ni tampoco que desapareciera de Israel el nombre de su progenitor. Moisés y Eleazar no supieron qué hacer, entonces consultaron el problema con Jehová (5). Dios honró a las jóvenes concediéndoles la petición. Ordenó a su siervo repartirles la heredad para que la poseyeran, otorgándoles la porción correspondiente (7). El Señor les da la razón y en honor a su empeño y tenacidad establece un decreto de ley perpetua, un estatuto de derecho para la cesión de los bienes de una persona fallecida al pariente más cercano, sin importar su género (8–11).
En Israel las mujeres tenían pocas ventajas sólo por cuestiones de sexo. Los hombres gozaban de todos los privilegios en una comunidad patriarcal. Pero estas jovencitas amaban a su padre, querían honrar su memoria; se esforzaron por vivir más dignamente y lo obtuvieron. Dios premió su valentía y les dio más de lo esperado.
APLICACIÓN: Debemos cultivar en la familia valores espirituales y morales que ayuden a lograr una mejor calidad de vida. En el mundo hay muchas desventajas de por sí, pero si los motivamos a ser esforzados, trabajadores, luchistas, a no rendirse ante las dificultades, no importa que no tengan quién los apoye, sino a que confíen en la bendición divina, nuestros hijos vencerán todos los obstáculos que el destino les presente.
El amor por los padres es un valor que hace falta cultivar más en la generación nuestra. La intención de honrarlos en vida o después de muertos es premiada por el Señor. Cuando lo hacemos tenemos garantizada la provisión de Dios y la prosperidad en la tierra.
2. Una familia donde se enseñaron principios espirituales
2. Una familia donde se enseñaron principios espirituales
En la casa de Zelofehad se honraban las jerarquías espirituales. Las hijas tenían noción del orden divino. Cuando quisieron obtener beneficio acudieron a Moisés y Eleazar, las autoridades política y espiritual respectivamente (1, 2). No buscaron atajos ni promovieron una rebelión con otras mujeres, fueron con las personas correctas, y Dios honró su respeto a la estructura establecida por él mismo.
16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
ILUSTRACIÓN: No hicieron una marcha feminista
Hace falta que en el hogar se inculque el respeto a la autoridad establecida por Dios; tanto en el ámbito social como en el religioso. En algunos casos se reconoce bien a los gobernantes seculares, pero no se fomenta la sujeción a los dirigentes de la iglesia; en otros sucede lo contrario. Las hijas de Zelofehad son ejemplo de que si en casa se enseña el principio del orden y el sometimiento a los líderes tendremos familias bendecidas. Nada honra tanto el Señor como la obediencia y la sumisión.
APLICACIÓN: En el hogar se fomenta el amor y el respeto a la Iglesia y sus lideres, si se habla en casa de la Iglesia y de los pastores, no pienses que tus hijos van a querer ir a la Iglesia.
El argumento que dan estas mujeres para que sea escuchada su petición nos habla de la piedad y la excelencia de la vida del padre que dejó marcadas a las jóvenes con su ejemplo. Ellas dicen que él murió en el desierto por sus propios pecados, aclarando que nada tuvo que ver con la rebelión de Coré (3). El contraste es claro. Éste fue un hombre rebelde que provocó una revolución en su familia y en muchas otras, las cuales fueron castigadas por Jehová y la tierra los tragó (Números 16:1–3, 23–27, 31–33). Llevó al infierno a su casa por su maldad. Nada aborrece tanto el Señor como la sedición. Cuando los impíos fueron a buscar a Zelofehad para hablar contra los siervos de Dios, él no permitió que el mal llegara a su hogar; los rechazó y prefirió guardar a sus hijas en paz. Ellas recordaban la lealtad de su progenitor y esa fue la razón que las motivó a reclamar su derecho.
La familia será ricamente bendecida si sembramos en ellos principios espirituales. Evitemos que sea contaminada con rebelión o pecado. Rechacemos todo lo que quiera dañar nuestra casa; matrimonio e hijos. Cuando se acerquen personas con intenciones de llevarnos a atacar la autoridad impuesta por el Señor o a ponernos en contra de los siervos de Cristo, contraataquemos de inmediato. Que el Todopoderoso nos ayude a construir un hogar en donde se practiquen sus mandamientos y se respete el orden establecido en su Palabra.
Conclusión
Josué 17:3–7 nos habla del cumplimiento de la promesa divina para la familia de Zelofehad. Sus hijas lograron cada una su bendición y además consiguieron para las de Manasés, es decir, para todas las mujeres solas en su tribu. Ganaron diez ciudades extras de territorio, una riqueza que no se habían imaginado. Vale la pena inculcar en los nuestros valores y principios espirituales. Ganaremos mejores cosas para la familia actual y las generaciones venideras si honramos al Señor, a sus siervos y a sus autoridades. Si nos sometemos a su Palabra y honramos a los padres, si enseñamos con el ejemplo el esfuerzo y la valentía tendremos una descendencia que gozará del favor de Dios aún después de que hayamos muerto.
Ejercicios
1. Enliste los valores de las hijas de Zelofehad que las convierten en familia ejemplar.
2. ¿Qué diferencias se marcan entre Coré y Zelofehad?