Los Diez Mandamientos
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¿Cómo Responder a Su Amor?
Introducción:
Hagamos juntos un ejercicio, vamos a escribir los mandamientos que recordemos. Una tarea que quiero que hagamos juntos es aprendernos los diez mandamiento en casa con nuestra familia.
¿De qué manera se manifiesta el amor de Dios en la imposición de los mandamientos a su pueblo?
¿Cuál es la diferencia entre obedecer a Dios por obligación y obedecer como respuesta a Su amor?
¿Cómo podemos aplicar el concepto de ser un 'pueblo del pacto' en nuestra vida diaria hoy?
¿Por qué es importante recordar que somos un pueblo especial según el sermón?
¿Cómo podemos relacionar el amor de Dios con nuestras decisiones diarias y nuestra obediencia?
Según el sermón, ¿qué significa que nuestra obediencia es una respuesta y no una condición?
¿De qué manera los jóvenes hoy pueden vivir diferente a los demás pueblos del mundo, según la enseñanza presentada?
¿Cómo entendemos los diez mandamientos?
Parece como si Dios de manera arbitraria viniera a ordenar a un pueblo que cumpliera ciertos mandatos, y la verdad es que esta visión es errada.
Quiero que me acompañes en un recorrido en el que iremos aprendiendo cuál es el lugar de los diez mandamientos hoy en nuestras vidas.
Los diez mandamientos son la síntesis de la nueva constitución que regiría a Israel. Este pueblo que vivió tanta injusticia y crueldad en Egipto necesitaba dirección en su manera de vivir en su nueva vida de libertad. Israel había vivido más 400 años en Egipto, viendo sus prácticas malvadas y permeados por una cultura llena de idolatría. Ahora, libres al fin necesitaban una nueva constitución, unas nuevas leyes que los ayudaran a establecerse como nación, y no cualquier nación, sino una nación que Dios mismo había liberado y escogido para sí, la nación o el pueblo de Dios.
1. El llamado a escuchar (recordar) los mandamientos (la Nueva Constitución): Una Nueva Constitución para el pueblo escogido. Ver. 1. Moisés llama a Israel para que: Mateo 5-7 En el Sermón del monte el Señor Jesús hace los mismo para establecer un nuevo pacto.
Escuchar. Imperativo. Escuchar bien, escuchar atentamente.
Estatutos (leyes, normas, obligaciones - ordenamiento o conjunto de normas que son ley). Decretos (decisión legal, sentencia -Decisión de un gobernante o de una autoridad, o de un tribunal o juez, sobre la materia o negocio en que tengan competencia - Orden - Resolución). Solamente una autoridad puede establecer estatutos y decretos. ¿Es Dios autoridad legítima de Israel? Aprender (adiestrarse): Mente y corazón. Tarea para la casa, para ejercitar. Guardar o cuidar. Encargarse de, conservar, cumplir. Hacer: Vivir (Practicar). Propósito o finalidad última de escuchar: Vivirla para vivir diferente.
2. El llamado a escuchar porque son el pueblo del pacto. Ver. 2-3. Solamente una autoridad puede establecer estatutos y decretos. ¿Es Dios autoridad legítima de Israel? Exodo 19:4-8. En el Sinaí (Horeb) luego de liberarlos de la esclavitud de Egipto, Dios hizo un pacto con Israel. aceptaron a Dios como Señor y se sometieron como pueblo. ¿Es Dios autoridad legítima en tu vida? Hoy nosotros en Cristo somos el pueblo del pacto. 1 Pedro 2:9-10. Dios en Cristo nos llamó, para liberarnos de la corrupción del mundo y en el otro monte, el Calvario hizo un pacto con nosotros. El velo se rasgo y nos dió acceso a su presencia, Hebreos 4:16.
Dios hizo un pacto . Termino pacto (Alianza o Testamento, acuerdo o contrato con connotaciones especiales). Es Dios de manera soberana quien propone pacto a los hombres (aunque en la cultura antigua se hacían pactos entre iguales - hombres-). Una relación especial. Con nosotros. Dios no tiene nietos, nos invita hoy a una relación con El. No con nuestros padres. Sino con los que estamos aquí hoy vivos. No importa si mis padres o abuelos tuvieron un encuentro con Dios, aunque es una bendición. Lo importante es que yo hoy responda a su llamado de ser su pueblo. Dios es un Dios de vivos. (Les citó Exodo 3:6—las palabras del Señor a Moisés ante la zarza ardiendo—e hizo la aplicación: Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (32). Si en la época de Moisés, Dios era el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que habían muerto mucho tiempo antes, era clara la implicación de que ellos estaban vivos en un estado de inmortalidad aunque ya no anduviesen sobre la tierra. Bengel: “Dios… no es Dios de lo que ya ha dejado de existir; El es el Dios viviente; y aquellos, cuyas vidas aquí, han sido suspendidas, deben revivir para siempre. En Horeb. Sinaí. El Señor les habló cara a cara en la montaña. No fue algo escondido y oculto. Fue algo impactante para israel que se gravó en su memoria.
Ver. 5. Moisés fue el intermediario: Nuestro intermediario de un nuevo y mejor pacto es Jesús. Hebreos 8:6
Para declararles la palabra del Señor. Porque tenían miedo del fuego y no subieron a la montaña.
3. El Señor habló: El llamado a escuchar al Dios que los liberó. Ver. 6. El Dios de amor y gracia, que liberó a Israel de la casa de servidumbre (horno de hierro Dt. 4:20) ahora les llama a escuchar y obedecer para vivir diferente a todos los demás pueblos o naciones. Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, país donde eras esclavo (de casa de servidumbre). El acto redentor de Dios al sacar a Israel de la esclavitud de Egipto, luego de escuchar su clamor y enviar a Moisés como siervo que cumplió ese propósito. Los mandamientos vienen de el Señor no como condiciones de elección sino como resultado de ella. Los cristianos necesitamos comprender muy bien esta verdad, porque no obedecemos a Dios para ganarnos el derecho a ser escogidos o salvados, este fue un regalo de gracia para israel y para nosotros. Nuestra obediencia no es para, nuestra obediencia es una respuesta, es el resultado de haber experimentado el amor y la bondad de Dios que nos sacó de la esclavitud del pecado y que nos hizo libres para servirle. Obedecemos no para salvarnos, obedecemos porque fuimos salvados, amados y escogidos. Anhelamos vivir de tal manera que la gente pueda ver a Dios a través de nosotros. Nuestra obediencia es un acto de gratitud. Efesios 2:8-10. Nuestra obediencia es la manera que respondemos a un amor tan grande.
Conclusión:
Igual que a los israelita, a nosotros hoy se nos llama a escuchar a Dios, a recordar que somos un pueblo especial y a vivir diferente a los demás pueblos del mundo.
En tiempos bíblicos, los israelitas recibieron la ley en el Monte Sinaí. Dios no se la dio solo para mantenerlos en línea, sino porque quería que vivieran en paz y armonía. Su obediencia no era una carga, sino un acto de agradecimiento por su liberación de Egipto. Así como ellos, nuestra obediencia debe surgir del amor y gratitud hacia Dios por lo que ha hecho por nosotros.
Consideremos la historia de un esclavo liberado. Al obtener su libertad, decide voluntariamente servir a su antiguo amo por gratitud. Este es un reflejo de nuestra relación con Cristo: no somos esclavos de la ley, sino que elegimos obedecer por agradecimiento a la gracia y salvación que hemos recibido. Es una elección consciente, no una carga.
En una antigua comunidad, un hombre decidió construir una casa para los necesitados. Cuando se le preguntó por qué lo hacía, respondió: 'Porque alguien me mostró amor sin condiciones'. Del mismo modo, nuestra obediencia a Dios debe ser impulsada por el amor y la gratitud por su misericordia y bondad. No se trata de cumplir reglas, se trata de una relación basada en el amor.
Piensa en un anciano que dedicó su vida a ayudar a los demás. Cuando se le pregunta por qué, responde: 'Porque alguien me mostró amor cuando más lo necesitaba'. Así deberíamos obedecer a Dios. No por miedo o por mandato, sino en agradecimiento por cómo Él nos ha amado y transformado. Nuestra obediencia debe ser una respuesta a Su gracia.