La gran cosecha que viene: ¿Acepta Dios cualquier tipo de música?
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· 19 viewsEstamos viviendo en el tiempo más glorioso de la historia de la humanidad. Está a la puerta el más profundo mover del Espíritu Santo, el mejor vino espiritual de todas las edades, la mayor cosecha de almas de todos los tiempos.
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La gran cosecha que viene: ¿Acepta Dios cualquier tipo de música?
Domingo 10 de Noviembre 2024 - Iglesia Senda Antigua
LECCIÓN 17
ORACIÓN
Podemos confesarle:
“Señor, Tú eres Poderoso, yo soy débil; Tú eres sabio, yo soy necio; Tú eres luz, yo soy tinieblas; Tú nunca fallas, mi carne siempre falla; Tú eres puro, Señor, y yo nací impuro; Tú eres infinito, y yo soy muy pequeño; Tú me amas y por tanto yo te amo a Tí; Tú conoces todas las cosas, y yo no conozco nada como debiera.
Señor, toma el control de mi vida; Señor enséñame cómo cederte, entregarte espíritu, alma y cuerpo y no entregarme a mi carne y dejar de permitirle a mi carne que haga cosas Señor y empiece a permitirme a Tí que vivas y te muevas a través de mi vida.
Y vamos a ver cambios grandes, cuando la Iglesia se empiece a dar cuenta de que somos hijos de Dios (ginome, “gennao” engendrados), de que Él vive en ellos, a través de ellos y cuando Él habla el diablo es arruinado, sus planes son arruinados.”
Señor, el Todopoderoso, el Dios que creó este universo con Sus dedos, que puede lograr cualquier cosa con facilidad te suplicamos que seas Tú el Maestro en esta iglesia y que Tus Palabras penetren nuestros corazones hasta lo más profundo y que veamos con claridad Tu voluntad, Tu plan, Tu deseo, Tu gran misericordia para con nosotros Señor.
Gracias Cristo. Amén.”
La música del hombre
Sinceridad con error
En este punto es importante considerar una enseñanza que se ha metido en la iglesia y nuestros días y que ha dado la vuelta al mundo.
Esa enseñanza dice que el Señor quiere ser alabado con la música, los métodos y las ideas de cada cultura de este mundo.
Como Él creó el mundo y todo lo que existe, afirman que Dios quiere adoración según las costumbres de cada lugar; que Él acepta cualquiera alabanza; que no le importa el tipo de música que usemos, pues para Él sólo es importante que se alabe en forma sincera y pensando en Él.
A primera vista este argumento suena bien.
Sin embargo, hay varios problemas que son ignorados por esta enseñanza que ha causado tanto daño y confusión al Cuerpo de Cristo.
La condición del hombre natural
Después del pecado en el huerto del Edén, el hombre quedó destituido de la gloria de Dios.
Con un espíritu muerto y separado de Dios, la parte carnal del hombre tomó control del ser humano.
El apóstol Pablo llama a esa parte carnal “el cuerpo de pecado”.
Lo que proviene de Adán, la carne, es pecado; somos pecado por naturaleza debido a que nuestra vida física la heredamos de Adán.
Entendiendo eso debemos responder las siguientes preguntas:
¿De dónde provienen las culturas? ¿De dónde surgió la música, la moda y las costumbres de cada lugar?
En su mayoría, las culturas provienen de ideas de hombres carnales y del mundo.
Y las pocas que empezaron tratando de establecer una vida piadosa, con el correr de los años permitieron que las ideas del mundo se introdujeran y corrompieran su sistema de vida.
Podemos afirmar que las culturas actuales provienen de las ideas y conceptos de hombres carnales.
¿Qué incidencia produce esto en la música y la alabanza?
¿Acepta Dios la música de cualquier cultura?
La Biblia llama a las obras del hombre “obras de la carne”.
Hasta nuestras justicias, que son lo mejor que la carne puede ofrecer, son trapos de inmundicia delante de Él.
El Señor Jesús dijo:
En Juan 3:6 dice:
“6Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.”
En Juan 4:23-24 dice:
“ 23Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”
El Padre busca adoradores en espíritu, no en la carne; adoradores a Su manera, no a la nuestra.
Únicamente la adoración que procede del Espíritu Santo es aceptable para el Dios Santo.
Romanos 8:6-8 dice:
“6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.”
A Dios no le interesa lo que la carne o el hombre carnal puedan producir porque es pecado; es por eso que de ninguna manera le puede ser aceptable.
1 Pedro 1:24-25 dice:
“24Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
25Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.”
Toda la gloria del hombre, incluyendo sus caminos, dejará de existir.
¿Qué de las culturas del hombre? ¿Van ellas a permanecer eternamente?
Seguramente no.
La única cultura que permanecerá es la cultura celestial.
Las culturas del mundo son carnales, corruptas e incorrectas, porque provienen de las ideas de hombres carnales.
Nada que surja de nuestras propias ideas es aceptado por Dios.
Somos llamados a ofrecer a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo, como lo dice 1 Pedro 2:5:
“ 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”
La ofrenda sincera de Caín
Para quienes piensan que la sinceridad es suficiente para ofrecerle algo agradable al Señor, deben considerar a Caín.
Caín deseaba tanto recibir la bendición del Señor al ofrecerle su ofrenda, que cuando no la obtuvo, se molestó a tal grado que mató a su hermano.
¿Hemos buscado nosotros la bendición de Dios con tanta urgencia, necesidad y sinceridad?
Muy pocos en la historia han mostrado tal sinceridad.
No obstante, esa sinceridad no fue suficiente para hacer que su sacrificio fuera aceptado.
Hebreos 11:4 (24Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.”) nos enseña cuál fue el problema: La ofrenda de Abel fue ofrecida por la fe, la de Caín no.
Abel oyó la palabra de Dios, fue guiado por el Espíritu Santo para presentar su ofrenda, Caín no.
Porque cualquier cosa que surja de nuestras opiniones o ideas es inaceptable para Él.
La ofrenda sincera de Nadab y Abiú
Caín no es el único que revela lo serio y peligroso que es adorar al Señor a través de métodos e ideas inaceptables.
También contamos con el ejemplo de Nadab y Abiú.
Vayamos a Levítico 10:1:
“1Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.”
Nadab y Abiú, siendo sacerdotes ordenados legítimamente por Dios, tuvieron el deseo sincero de ofrecerle algo al Señor.
Al ofrecérselo, lo hicieron de tal forma que hubo un pequeño detalle que estuvo fuera de orden; algo insignificante.
¿Qué fue? Que ofrecieron fuego extraño.
¿Qué significa eso? En la Biblia el fuego representa y está relacionado con el Espíritu Santo (lo vemos en Hechos 2).
El Señor envió fuego del cielo sobre el altar que Israel utilizó en el tabernáculo de Moisés (Levítico 9:24 dice: “24Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros.”).
Él lo encendió y ese fuego debía arder continuamente en la casa de Dios.
Ese fuego que provenía de Dios mismo, es un símbolo claro del Espíritu Santo.
Sin embargo, Nadab y Abiú utilizaron su propio fuego.
Algún creyente bien intencionado puede decir: Pero, ¿Cuál es la diferencia? ¡Fuego es fuego!
Es cierto, ningún ser humano podía notar diferencia entre el fuego del altar y el de los incensarios de estos sacerdotes.
Pero cuando ellos se acercaron al Santo de Israel con un fuego que era producto de ellos, Él si lo notó y no lo aceptó, y los mató.
¿Existe alguna duda del mensaje que el Señor está dando?
El mensaje es que la adoración que se le dé a Él sin Su dirección, sin el fuego de Dios, sin haber oído lo que Él quiere, sin el Espíritu Santo, es sin aceptable.
Sabiendo esto, ¿Vamos a acercarnos a Dios utilizando música humana o alabanza o métodos carnales que Él no ha ordenado?
Aunque la Biblia dice que el Señor rechazó la ofrenda de Caín, ¿Creemos nosotros que nuestra ofrenda será aceptada al ofrecerla a través del camino de la carne? ¡No!
Sólo a través del Espíritu Santo podemos hacer algo que agrade al Señor.
Cualquier cosa que hagamos en esta vida por nuestra propia cuenta, será para muerte.
Un predicador sin la unción del Espíritu impartir a muerte, pues lo que habla lo hace por sí mismo, de su propio corazón.
Así sucede con la alabanza, la música y la adoración.
Si logramos captar la seriedad de este punto para el Señor, descartaremos la idea que sea ha propagado de que cualquier tipo de música o de alabanzas son aceptables para Él.
No se trata de cultura, o del gusto de los hombres.
Se trata del gusto de Dios.
CORO: Señor hazme un adorador - G.