El principio de la honra.
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Introducción
Ej.: Barco hundiéndose… Costa concordia – “Concordia” promovía el deseo de continuar la armonía, unidad y paz entre las naciones
El capitán y el primer oficial han sido arrestados debido a que se cree que ellos causaron el accidente.
Las pérdidas económicas se calculan en torno a los 93 millones de dólares
Por salirse de la ruta original y acercarse mucho a la costa.
Investigaciones llevadas a cabo demuestran que abandonó el barco entre los primeros y engañó al comandante del puerto.
“Abandonar el barco es más que desertar, es traicionar el código marítimo.”
Muchos matrimonios zarpan de puerto seguro con la confianza que, durante su travesía, todo será alegría y placer. Pero la mayoría no se da cuenta que está naufragando por el descuido de los cónyuges.
Ej.: Boda - Predicación.
“Búscate alguien mejor” es el consejo de incluso familiares cristianos para el esposo o la esposa que está en el matrimonio.
Se cree que no hay esperanza, pero lo que parece imposible para los hombres, para Dios… es posible.
Desarrollo:
¿Quieres un matrimonio y una familia exitosos?
Ej.: Llenar nuestra mente de conocimiento para que nuestras acciones puedan ser diferentes.
El honor debe ser la base de toda relación saludable.
La felicidad en el matrimonio puede parecer como ese regalo que está dentro de una maquina en la que debes de meter una moneda a ver si le atinas…
¿Cuántos nos sentimos como que gastamos muchas monedas y no logramos nada?
Ej.: El hombre leyendo Proverbios 31 – ¿Por qué no te levantas temprano y calientas mi comida? – Contesta la mujer: Si quieres comida caliente ve y llena el tanque de gas primero.
Cuando todos nuestros esfuerzos están destinados a cambiar a la otra persona, cosechamos los peores resultados de esa relación.
Ej.: Los nuevos vecinos – EL hombre siempre llevaba flores y su esposa lo recibía en la puerta - ¿Por qué no haces eso? Le dijo la esposa envidiosa al esposo desamorado - ¿Cómo lo voy a hacer? Le dijo él – si apenas conozco a la nueva vecina.
El enfoque de querer cambiar a nuestro cónyuge es infructífero. En lugar de complementarse, hace que los cónyuges compitan entre sí.
Uno de los principios en un matrimonio saludable es: “Aunque yo no pueda cambiar a mi cónyuge, yo sí puedo cambiar.”
El plan de Dios para el matrimonio, es un plan personal, en donde él trata con cada uno por separado. (Cada uno tiene su función – cada uno debe hacer la parte de honrar al otro)
El conocimiento y las habilidades necesarias para una buena relación.
La biblia, es la única fuente en donde encontramos un plan de acción para mejorar las relaciones con Dios y con nuestros semejantes.
El problema es que nosotros gastamos tiempo buscando soluciones en las fuentes equivocadas. (Ej.: La forma de vida de otras familias)
La mayoría de parejas gastan más de 200 horas en la preparación de la ceremonia y sólo 3 horas en escuchar consejos para su matrimonio.
No deshonremos a las personas que amamos.
Diez actos más comunes que pueden traer deshonra a alguien en nuestro hogar:
Ignorar o degradar las opiniones, los consejos o las creencias (especialmente la fe) de la otra persona.
Sepultarnos en la televisión o en el celular cuándo la otra persona está tratando de hablamos.
Hacer bromas con respecto a las áreas débiles de la otra persona. (El sarcasmo o las bromas hirientes producen un daño permanente en una relación)
Atacar verbalmente a nuestros seres queridos en forma regular, criticándolos duramente, juzgándolos o sermoneándolos.
Tratar a los parientes políticos como si no fueran importantes en nuestros planes.
Ignorar o simplemente no expresar aprecio por las cosas buenas que nos han hecho.
Practicar hábitos desagradables delante de la familia, aun cuando se nos haya pedido que no lo hagamos.
Comprometemos de tal manera con otros proyectos o con otras personas que damos la impresión de que todo lo que se encuentra fuera del hogar es más importante que nuestra familia.
Luchas por el poder que hacen sentir a la otra persona como si fuera un niño o como si lo estuvieran dominando duramente.
La falta de disposición para admitir que estamos equivocados o para pedir perdón.
Sin darnos cuenta ignoramos lo que para nuestro cónyuge es importante y transmitimos con nuestras acciones el mensaje que muchas veces es el equivocado.
En la palabra de Dios encontramos el principio de “HONRAR” a nuestros semejantes.
33 »Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.
20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
Cuando se pronunciaba la palabra honra para un griego, automáticamente podía relacionarla con oro – quizá hasta el día de hoy (por el valor del peso de este material)
De igual manera la deshonra (se comparaba con el vapor el cual no tiene ningún peso)
Cuando honramos a Dios en nuestra vida, damos peso y valor a su mensaje.
Cuando honramos a quienes nos rodean damos valor a su persona.
¿Cómo practicamos el honor en nuestro matrimonio?
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
1 De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados
El honor es la clave en la relación matrimonial y en todas nuestras relaciones interpersonales.
10 Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente.
Sin duda alguna podemos decir que amamos a nuestro cónyuge, pero cuando vemos nuestros horarios, nuestra atención e incluso nuestra inversión… nos damos cuenta que en muchos casos hemos fallado.
Para poder dar honra en el matrimonio, primero debemos dar honra a Dios.
Para llevar a cabo las acciones correctas, necesitamos tener los principios correctos.
Empaparnos de conocimiento de Dios.
La vida espiritual de cada cónyuge es la columna vertebral de un matrimonio saludable.
Tenemos que darle el honor a Dios, reconociendo que ocupa el primer lugar en nuestras vidas.
Dar honra es darle el lugar que le corresponde a cada persona.
Cuando nuestra relación con Dios es sana, entonces podemos tener relaciones sanas en nuestro matrimonio.
Cuando sucede eso, nos damos cuenta que no nos cuesta dedicar tiempo a Dios y a la vez dedicar y dar el honor a nuestro cónyuge. No se puede hacer uno sin el otro.
Muchos de nosotros desconocemos que es poner en práctica el honor en nuestro matrimonio, pero al darnos cuenta de la importancia que tiene en nuestra relación con Dios entonces podemos saber que es una decisión de cada día e incluso de cada hora en nuestra familia.
Todos necesitamos tomar esa decisión.
Hagamos a un lado la falta de elogios y adoptemos una dieta rica en valoración el uno al otro en el matrimonio.
Si el honor es permanente en nuestros hogares, existe la esperanza de que restauremos nuestras relaciones con Dios y con nuestros seres queridos.
Los sentimientos que se han desarrollado a través de los años no cambian de la noche a la mañana, pero la demostración de honor tiene el poder de ganar aun al corazón más duro.
Esto es así si un esposo o una esposa ve que las acciones que dan seguridad se convierten en una parte integral del matrimonio.
Dos maneras bíblicas de honrar a los demás.
Honrar a nuestras personas queridas es una decisión no un sentimiento.
Moisés frente a la zarza.
Elías frente al silbido de viento.
Pedro en la barca después de la tempestad.
En todas estas escenas, el poder y la manifestación de Dios produjeron asombro, respeto y honra.
La biblia dice que el “temor” al Señor (el respeto y la honra que le damos) es el principio de la sabiduría.
7 El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
Necesitamos aprender a honrar a pesar de nuestros defectos.
8 Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores.
Recordemos que somos dos pecadores viviendo bajo el mismo techo.
Cuando nos casamos, no solo lo hicimos con lo hermoso y lo bello; sino también con toda la montaña de defectos que cada uno de nosotros traemos encima.
Ej.: Como reciben a grandes personalidades que son invitados en conciertos.
¿Si así fuera en casa? - ¡Me equivoque! Pensaríamos…
Pero si decidimos honrar a nuestros seres queridos (aunque creamos que no se lo merecen) podremos ver florecer relaciones interpersonales.
Dios es el único ser en la vida que siempre es digno de honor, pero sin embargo, en su Palabra se nos dice que honremos a los demás.
Los hijos deben "honrar" a sus padres – Efesios 6.1
El esposo debe honrar a su esposa y la esposa al esposo – 1 Pedro 3
En cuanto a honra, debemos preferimos los unos a los otros - Romanos 12.10
La honra es para todos a pesar de sus errores.
En nuestra familia necesitan sentirse honrados y amados como Dios los ama, esto significa que honrarlos debe convertirse en una actividad diaria, como un hábito nuevo.
Decidamos honrar a Dios en primer lugar y entonces esa decisión de honrar será manifiesta en nuestro cónyuge, hijos y nietos.