¿Hemos llevado fruto?
Introducción
1. Cristo y su pueblo
Cristo es la vid
Su pueblo son los pámpanos
2. La unión del creyente con Cristo
Nuestra permanencia en Cristo es solo por la fe
Él permanece en el creyente por la sola gracia
3. El resultado de permanecer en Cristo
Aplicación
4. La consecuencia de estar fuera de Cristo
Aplicación
CAPÍTULO DIECISIETE
De la perseverancia de los santos
XVII.1 Los que han sido aceptados por Dios en su Hijo Amado, eficazmente llamados y santificados por su Espíritu, no pueden caer total ni finalmente del estado de gracia, sino que ciertamente perseverarán en ella hasta el final y serán salvos eternamente.
XVII.2 Esta perseverancia de los santos no depende de su propio libre albedrío, sino de la inmutabilidad del decreto de elección, que fluye del amor gratuito e inmutable de Dios el Padre; de la eficacia del mérito e intercesión de Cristo Jesús,336 de la permanencia del Espíritu y de la simiente de Dios dentro de ellos; y de la naturaleza del Pacto de Gracia.338 De todo esto, surge también la certeza e infalibilidad de la perseverancia.
XVII.3 Sin embargo, puede ser que los santos caigan en pecados graves, mediante las tentaciones de Satanás y del mundo, el predominio de la corrupción que aún queda en ellos, y el olvido de los medios de su preservación; y que por un tiempo continúen en sus graves pecados:341 por lo cual incurren en el desagrado de Dios y contristan su Santo Espíritu,343 llegan a ser, en alguna medida, privados de sus gracias y privilegios, sus corazones pueden endurecerse y sus conciencias pueden herirse,346 pueden herir y escandalizar a otros y traer juicios temporales sobre ellos mismos.348