EL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO
Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 64 viewsNotes
Transcript
Introducción
Introducción
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
En el hebreo original de este versículo este concepto de “tiempo” se refiere al “tiempo señalado, tiempo asignado”. Es decir, todo ocurre según el designio de Dios.
El tiempo calendario es Khrónos, y Kairós es el tiempo señalado por Dios. Dios es Señor del tiempo y le ha señalado una finalidad.
1. Kairós – el cumplimiento del tiempo
1. Kairós – el cumplimiento del tiempo
El año del nacimiento de Cristo probablemente fue a más tardar en el año 5 a.C. Por datos históricos sabemos que Herodes el Grande murió en el año 4 a.C. cuando el niño Jesús tendría un poco más de un año.
Pero más allá del dato histórico, su nacimiento ocurrió en el “cumplimiento del tiempo”, es decir el momento más adecuado de la historia del mundo.
Era el tiempo Kairós, el tiempo señalado por Dios.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Se había anunciado desde el Génesis. Es la profecía de Jacob a su hijo Judá. Un legislador que habría de venir.
No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
Su venida fue anunciada con más claridad a través del profeta Isaías, ochocientos años antes que ocurriera.
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Este niño que nacería de una virgen estaba destinado a cambiar el mundo entero.
2. Anuncio del nacimiento de Jesús
2. Anuncio del nacimiento de Jesús
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
María concibió por el poder del Altísimo, por ello el Santo Ser que nacería, sería llamado Hijo de Dios. Y el nombre JESÚS o Yeshua significa “Yahvé es salvación”.
3. Judea en aquel tiempo
3. Judea en aquel tiempo
Aquel tiempo Judea y todo el Oriente Medio estaba dominado por el imperio romano, bajo el gobierno de Cesar Augusto. Esta zona geográfica era parte de la provincia de Siria. Quirinio (Quirinio, latín - Cirenio, griego) fue nombrado gobernador de Siria por Cesar Augusto.
Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
El empadronamiento de todos los habitantes del imperio fue ordenado porque Roma quería efectuar directamente el cobro de impuestos. El emperador romano no tenía la menor idea de que su decisión iba a hacer cumplir una antigua profecía judía.
4. Travesía a Belén y nacimiento de Jesús
4. Travesía a Belén y nacimiento de Jesús
Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
José y María viajaron 156 kilómetros desde Nazaret. El camino, en no muy buenas condiciones, lo harían en cuatro o cinco días, con un borrico que cargaba con el equipaje y la ropa; a veces llevaría a la Virgen sobre sus lomos. Es probable que hayan viajado en pequeña caravana que se dirigía a Jerusalén, última parada antes de llegar a Belén.
Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
José llevó a María a un establo cercano pues eran muy pobres. Y en ese humilde establo nació Jesús. María lo acostó en un pesebre, o comedero de los animales.
Este humilde nacimiento contiene un sorprendente mensaje para la creación: Dios vino a nosotros en forma de un pequeño bebé, acostado en un pesebre. En vez de venir a la tierra como un gobernante privilegiado y mimado, Jesús nació en completa humildad.
Sin embargo, ese pequeño niño, Dios encarnado, era el Creador de Universo.
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
5. La visita de los pastores
5. La visita de los pastores
Los primeros que tuvieron noticia del nacimiento de Cristo fueron unos humildes pastores, a quienes se les apareció un ángel anunciando el nacimiento del Salvador. Y ellos fueron los primeros en ver y oír grandes y gloriosas cosas acerca de Él, y las dieron a conocer a su vez a otros, para asombro de todos los que las oían.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
Al cumplirse la circuncisión del niño y del rito de la purificación, es decir casi a los 40 días, fueron a presentarlo al templo de Jerusalén. Estando allí, dos ancianos piadosos, Simeón y Ana, movidos por el Espíritu, hablaron de Él a cuantos estaban dispuestos a prestar atención a lo que decían.
Cualquiera podría imaginarse que todo este alboroto habría sido bastante para que los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén se percatasen del gran acontecimiento, y corriesen a abrazar a ese niño, el por tanto tiempo deseado Mesías. No fue así.
No hay peor ciego que él no quiera ver, y peor sordo que él no quiera escuchar.
6. Sabios del oriente visitan a Jesús
6. Sabios del oriente visitan a Jesús
Es un error común pensar que los reyes magos visitaron a Jesús en el pesebre la noche de Su nacimiento. En realidad, los reyes magos llegaron meses o incluso más de un año después. Por eso el evangelio de Mateo nos dice que los reyes magos visitaron y adoraron a Jesús en una casa, no en el establo.
Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Es admirable que los reyes magos ofrecieron a Jesús, oro como a Rey; incienso, como a Dios; mirra, como a hombre que había de morir, pues la mirra se usaba para embalsamar los cadáveres.
Sabemos que los reyes magos eran hombres sabios del Oriente, probablemente Persia (actual Irán). Entre los persas, se llamaban magos a los filósofos, a los sacerdotes, y especialmente a los astrólogos.
Lo más probable es que los magos conocieran las escrituras del profeta Daniel, que en tiempos pasados había sido el jefe de los sabios de la corte en Babilonia (Dn. 2:48). También es posible que los magos conocieran la profecía de Balaam (quien era de la ciudad de Petor junto al río Éufrates, cerca de Persia).
Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.
Estos reyes magos no pertenecían al pueblo de Israel, es decir, eran gentiles. Pero pusieron mucha atención a la profecía y se atrevieron a viajar entre 800 y 900 millas, siguiendo esa estrella, para ver al niño Jesús. Este era ya un anuncio de que los gentiles serían incluidos en el pueblo de Dios.
Y ellos sí respondieron al mensaje.
7. El mundo de hoy no escucha
7. El mundo de hoy no escucha
Muchos en este siglo 21 está muy ocupados como para escuchar el mensaje. Menos aún, para obedecer y estar preparados.
¡Los pocos que han escuchado son su Iglesia, nosotros! Y tenemos la gran comisión de anunciar la salvación por medio de Jesucristo. Seamos como esos pastores de Belén, anunciando a todos del amor de Cristo. El mundo necesita ese mensaje y somos los embajadores enviados por el Rey.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Pero si no tienes aún ese llamado en tu corazón para cumplir tu labor de embajador. Es tiempo de examinarte.
¿Cuál es tu situación personal delante de Dios? ¿Estas velando y orando para aquel día en que el Señor venga a recoger su Iglesia? ¿Tienes la seguridad de ser parte de la Iglesia de Cristo?
¿Es hoy el Kairós – el cumplimiento del tiempo para ti?
Si aún no has dado el paso de arrepentimiento y entrega de tu vida a Cristo, hoy es el día de salvación.
No hubo lugar para Jesús en el mesón. ¿Habrá lugar para Jesús en tu corazón?
Tal vez puedas orar así: “Señor, solo tengo para ofrecerte mi corazón, así como ese humilde pesebre, sucio por el pecado, pero te lo entrego Señor. Ven a morar aquí.”
OREMOS