ORACIONES QUE TRANSFORMANLECCIÓN 12

ORACIONES QUE TRANSFORMAN

Santiago 5:13

13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

BONDAD

El desánimo espiritual, la decadencia emocional y la falta de oración hace que muchas personas se alejen de Dios. Evidentemente, Santiago conocía a algunos hermanos extraviados (descarriados). En cualquier caso, sabía lo fácil que era para una persona desviarse de la verdad. Santiago enfatiza la responsabilidad comunitaria que los cristianos tienen unos para con otros, no sólo deberían confesar sus pecados y orar juntos; deberían también ejercer un cuidado espiritual mutuo. Si oramos por los afligidos y enfermos, con toda seguridad debemos orar por el hermano que se descarría de la verdad. La “verdad” significa, por supuesto, la Palabra de Dios. “Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Santiago ya les ha informado que han recibido su nacimiento espiritual “por la palabra de verdad” (1:18) y les ha aconsejado que no nieguen la verdad (3:14). A menos que el creyente permanezca cerca de la verdad, empezará a alejarse. Jesús le advirtió a Pedro que Satanás estaba listo para tentarlo, pero Pedro no quiso creer la palabra. Insistió en discutir con el Señor cuando debería estar orando. Pedro se durmió, y por eso no nos sorprende que haya negado a Cristo tres veces. La persona que se ha apartado de la verdad es un creyente que ha caído en pecado y no lleva una vida en armonía con su fe. Los miembros extraviados de la iglesia no necesariamente están expectantes y alegres a que se los traiga de nuevo a la verdad. El mismo desánimo los hace aislarse y esconderse. Lo que la iglesia debe hacer, y con preocupación amorosa, es buscar los que se han extraviado de la verdad e instarlos a regresar. Cualquier miembro de la congregación sabe que él o ella debe preocuparse por las necesidades espirituales del hermano en la fe. Si alguien de la iglesia se aleja de la verdad y cae en una de las trampas de Satanás, el otro miembro debe estar dispuesto a rescatar al extraviado. Somos guardas de nuestros hermanos (Génesis 4:9-10), por consiguiente, con sabiduría y tacto debemos señalar con amor a nuestro hermano el error de su conducta y restaurarlo bondadosamente. “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal” (Proverbios 16:6).