Hogares edificados por el Señor
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Introducción
Introducción
Por la gracia del Señor estamos a punto de finalizar un año más en en esta tierra, lugar que el Señor nos puso para glorificarle y servirle.
Antes de comenzar el sermón deseo de corazón que podamos detenernos un momento y agradecer al Señor por todo lo que nos dió y quitó a lo largo de este año, ya que no hay nada fuera de su santa y sabia providencia que haya sido lo mejor para nosotros.
En este año amados hermanos hemos tenido muchos cambios en nuestras vidas personales y familiares. Pero quiero enfocarme por ejemplo en que: Nuevas familias se formaron y niños pequeños han nacido en el seno de las familias pertenecientes al pacto de gracia.
Es hermoso realmente ver cómo el Señor bendice a su iglesia y nos brinda momentos muy felices, de mucho gozo. Y es en virtud de ello que el Señor puso en mi corazón mis amados hermanos, llevarlos a meditar en un precioso Salmo, el cual es denominado por algunos comentaristas, el Salmo de la Familia, el cual será de mucho provecho a nuestro corazón que tiende en muchas ocasiones tiende a distraerse con los bienes temporales. (título del sermón)
¿Cómo es un hogar edificado por el Señor?
Es un hogar donde los componentes de la familia viven para la gloria de Dios en Cristo, obedeciendo los mandamientos generales y particulares al cual han sido llamados.
Exposición Bíblica
Exposición Bíblica
Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
Por demás es que os levantéis de madrugada, que vayáis tarde a reposar, que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño.
He aquí, heredad de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente, así son los hijos tenidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hable con los enemigos en la puerta.
(Sal 127:1-5)
Confianza en la providencia; Dios, el Dador de la prosperidad
Confianza en la providencia; Dios, el Dador de la prosperidad
Una casa edificada por el Señor
Una casa edificada por el Señor
Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican...
Este salmo fue escrito por el rey David para su hijo Salomón, para que este no confíe en su propia sabiduría al momento de construir su hogar.
Este primer versículo comienza con una condicional o también se podría decir una sine qua non.
Los hombres que desean edificar saben que deben trabajar, y en consecuencia ponen toda su habilidad y fuerza; pero que recuerden que si Jehová no está con ellos sus proyectos resultarán un fracaso. Así sucedió con los constructores de Babel; dijeron: "Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre"; y el Señor les devolvió sus palabras diciendo: "Vamos, descendamos y confundamos allí su lengua".
De una manera mucho más objetiva, la manera diseñada por el creador en la que él edificará hogares es por medio de la obediencia a los mandamientos generales y particulares.
Cuando Salomón resolvió construir una casa para el Señor, las cosas fueron muy diferentes, porque todas las cosas se unieron bajo Dios para ayudarle en su gran empresa: incluso los paganos estaban a su entera disposición para que pudiera erigir un templo para el Señor su Dios.
Mientras obedezcamos al Señor, su providencia será favorable para nuestras familias.
No sólo nosotros gastamos ahora nuestras fuerzas en vano sin Jehová, sino que todos los que alguna vez han trabajado separados de él caen bajo la misma sentencia.
Miremos las vivencias familiares dentro nuestro entorno, ¿Cómo han sido esos hogares sin el Señor? Posiblemente hemos visto muchos casos con resultados tristes y pese a eso preferimos seguir esa mismo camino para nuestras familias ¿Será sensato hacerlo?
¡Cuánto más felices seríamos si confiáramos la casa del Señor al Señor de la casa!
Mira el caminar de tu familia este año, ¿ha sido confiada a las manos del Señor objetivamente?
Cristo y solo Cristo debe ser la roca para cada hogar, donde
Un hogar seguro por el Señor
Un hogar seguro por el Señor
si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia...
Por más esfuerzos que hagamos como familias para cuidar nuestros hogares, sino descansamos en el Señor por el cuidado y confiamos en que Él lo hará, nuestro trabajo en en vano.
¡cuánto mejor se harían nuestra edificación y nuestra vigilancia si confiáramos en el Señor, que edifica y guarda su propia iglesia!
Trabajo excesivo, pereza y la tranquilidad en el Señor
Trabajo excesivo, pereza y la tranquilidad en el Señor
Por demás es que os levantéis de madrugada, que vayáis tarde a reposar, que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño.
Algunos se niegan a sí mismos el descanso necesario; por la mañana se levantan antes de estar descansados, por la tarde trabajan mucho después de que el toque de queda ha tocado la campanada del día de despedida.
Su comida es duramente ganada, escasamente racionada, y casi nunca endulzada, sino perpetuamente untada de tristeza; y todo porque no tienen fe en Dios, y no encuentran alegría excepto en atesorar el oro que es su única confianza.
Observa cómo Jesús dormía en medio del bullicio de una tormenta en el mar. Sabía que estaba en las manos de su Padre, y por eso estaba tan tranquilo de espíritu que las olas lo mecían hasta dormirlo: nos pasaría mucho más a menudo lo mismo si fuéramos más como él.
Los descendientes que otorga el Señor
Los descendientes que otorga el Señor
He aquí, heredad de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente, así son los hijos tenidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hable con los enemigos en la puerta.
Esto apunta a otro modo de construir una casa, a saber, dejando descendientes para mantener vivo nuestro nombre y familia sobre la tierra. Sin esto, ¿cuál es el propósito de un hombre al acumular riquezas? ¿Para qué construye una casa si no tiene a nadie en su familia que la mantenga después de él? ¿De qué le sirve ser el poseedor de extensos acres si no tiene heredero? Sin embargo, en este asunto el hombre es impotente sin el Señor. El gran Napoleón, con todo su pecaminoso cuidado en este punto, no pudo crear una dinastía. Cientos de personas ricas darían la mitad de sus propiedades si pudieran oír el llanto de un bebé nacido de sus propios cuerpos. Los hijos son una herencia que Jehová mismo debe dar, o un hombre morirá sin hijos, y así su casa quedará sin construir.
Si bien es lamentable que los jóvenes de hoy no deseen tener hijos, no ignoramos lo que este pasaje nos enseña, los hijos los da el Señor.
Donde la sociedad está bien ordenada, los hijos no se consideran una carga, sino una herencia; y no se reciben con pesar, sino como una recompensa.
La enorme responsabilidad que tenemos hoy como creyentes de no conformar hijos según el mundo sino según Dios.
Debemos tener a nuestros hijos bajo control mientras todavía son niños, o es probable que nunca lo sean cuando sean adultos; y debemos tratar de apuntarles y enderezarles, para hacer de ellos flechas en su juventud, no sea que resulten torcidas e inservibles en la vida posterior. Que el Señor nos favorezca con hijos leales, obedientes y afectuosos, y encontraremos en ellos a nuestros mejores ayudantes. Los veremos salir disparados a la vida para nuestro consuelo y deleite, si cuidamos desde el principio de que sean dirigidos al punto correcto.
Sin su voluntad no habría hijos para edificar la casa, y sin su gracia no habría buenos hijos para ser la fuerza de sus padres. Si esto hay que dejarlo en manos del Señor, dejemos todo lo demás en las mismas manos.
Aplicaciones
Aplicaciones
El hombre adulto busca posesiones y seguridad, las escrituras nos dicen que si no son dadas por el Señor, por más que se obtenga cosas, sin el Señor de las cosas, todo es en vano.
¿Has tenido demasiada preocupación por el tema laboral este año? ¿has sido sabio con tu tiempo de descanso?
Si el Señor te ha otorgado se padre o madre, ¿cómo has criado este año a tus hijos? ¿si tu objetivo es darles lo que no tuviste, porque no les das a Cristo Jesús, a quién tu dices servir y profesar?