Sin competencia con otros dioses
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Pertenencia vacía
Pertenencia vacía
Nos gusta sentirnos que pertenecemos a algún sitio. Pertenecer nos da identidad y tener identidad nos da propósito. Hay varios espacios y grupos a los cuales podemos pertenecer, como por ejemplo la escuela, el trabajo y también la iglesia. Muchos crecimos en la iglesia y hemos hecho de ella un estilo de vida. A menudo nos sentimos culpables por faltar a un culto o consideramos descabellada la idea de que nuestra iglesia cambie algo que parece que no debe ser cambiado o movido. El sentido de pertenencia aunque es bueno en ocasiones quita del camino la verdadera razón por la cual pertenecemos a dicho grupo. El pasaje de hoy nos pone una escena que se repetirá por todo el libro, pecado, opresión, salvación.
Iniciamos con la figura de Josué quien de acuerdo al libro que lleva su mismo nombre fue “un siervo del Señor”. En nuestro pasaje Josué va a morir, se despide del pueblo y el pueblo va y toma su lugar en la tierra que Dios les ha dado. Podriamos decir que Josué fue un excelente lider que cumplió con el próposito del Señor para su vida. Tomó el lugar de Moisés, guió al pueblo, conquistó Canaán y finalmente murió. El mismo texto nos dice en el v. 7 que el pueblo sirvió al Señor mientras Josué y los lideres sobrevivieron porque “habían visto las grandes obras del Señor en la vida del pueblo de Israel”. El libro de jueces quiere que veamos el contraste entre la generación pasada y la nueva generación. La generación pasada vió las obras del Señor pero la nueva generación no conocía ni sabía quien era el Señor y lo que había hecho por el pueblo de Israel.
Leyendo esto me preguntaría cual es el secreto para que las nuevas generaciones conozcan del Señor. Tal parece que ser hijos de personas con fe no es suficiente, o al menos esa es la primera impresion que nos da la lectura. Sin embargo como mencionaba en la introducción no siempre la pertenencia nos da identidad, o a veces tenemos nuestra identidad mal enfocada. Creemos que ir y pertenecer es igual a tener una relación con el Señor. De la generación pasada, la lectura nos dice en el v. 6 “fueron y tomaron posesión, cada uno a su propio territorio”, es decir se esmeraron en cumplir con la encomienda de Dios ¿Cómo es posible que los hijos de estos hombres no supieran quien era Dios? ¿Qué le decían ellos a sus hijos? ¿cómo justificaban el hecho de estar en constante guerra? Los que “vieron” las obras de Dios no fueron capaces de trasmitirle quien era Él a los que “no habían visto”. Podriamos sentirnos compadecidos por ellos y pensar: “no es su culpa, ellos no habìan visto a Dios”. La Biblia constantemente nos muestra la diferencia entre el conocimiento intelectual y el conocimiento espiritual de Dios. Tenemos el caso del profeta Samuel, vivía en el templo, estaba con la familia “mas espiritual” de la época y cuando Dios le habló, Samuel no tenía ni idea de quien era. Tomando en consideración eso y adelantando un poco la historia del libro, veremos como mas adelante la nueva “generación” si ha visto los milagros del Señor pero la situación sigue siendo lo mismo: pecado, opresion y salvación. En el NT vemos al Señor Jesús quejandose de que las personas necesitan ver señales y maravillas para creer (Juan 4:48) pero son mas afortunados los que creen sin ver (Juan 20:28).
Pasando la antorcha
Pasando la antorcha
Esta nueva generación no solo desconocía al Señor sino que también hizo “lo que ofende al Señor”. Esta frase se encontrará ligada a la idolatría a lo largo de jueces. Es cierto que la fornicación, el asesinato, envidias (todo esto descrito en jueces) ofende al Señor, pero la raíz de esto es la idolatría. Lo que Dios denuncia una y otra vez es que se busquen otros dioses. El texto nos dice “abandonaron al Señor (v.12) el Dios de sus padres, Él que los sacó de Egipto”.
De acuerdo a José Luis Sicre, esta generación veía al Señor como un dios viejo, ya no como su propio Dios, es el dios de sus padres, ellos van a preferir a los dioses cercanos (de los pueblo de alrededor).
¿Con qué seriedad nos tomamos la tarea de educar a nuestros hijos en el camino del Señor? ¿Cuando estamos en casa de que hablamos o cuales son nuestros anhelos? Nuestras prioridades dicen mucho de quienes somos. Se entiende que haya preocupación economica, que tengamos lazos fuertes con nuestra familia, que nos guste o nos preocupe tener trabajo, pero el libro de Jueces quiere que veamos lo trascedental que es tener una relación el Señor. No es cualquier cosa abandonar al Señor. Tenemos esta tarea de pasar la antorcha de la fe a la siguiente generación, y eso no solo implica sentarnos una vez cada semana a decirles algún texto biblico o pedirles que repitan alguna oración por los alimentos. Eso implica que en constantemente les mostremos quien es el Señor para nosotros en nuestra vida. Que podamos mostrarles como nos habla el Señor y como nos mueve a actuar. La nueva generación del libro de Jueces no tenía la culpa de no haber visto señales de parte de Dios, sin embargo si eran culpables de abandonarlo. Nuestros hijos adorarán lo que nosotros adoremos. Buscarán nuevos dioses, algunos nosotros se los mostraremos y otros los adoptaran de la cultura que nos rodea.
Los autores del A.T no consideraban al ateísmo como una realidad. Para ellos solo puedes hacer una cosa: adorar al Señor y si no lo haces entonces te buscas otro dios o te lo inventas. Los dioses cananeos no se sentían heridos porque buscarán a otros dioses. Es mas, en el imaginario colectivo, los dioses compartian responsabilidades, uno para el trabajo, uno para la salud, otro para la familia, nada diferente de nuestros días. Esfuerzate en la escuela, aprende un nuevo idioma, se educado, crea lazos, etc. No quiero que me malinterpreten, estas cosas son buenas, pero no deberiamos hacer hincapié en ellas sino mas bien en lo crucial que es tener una relación con Dios y aprender a oir su voz. El Señor no es un dios pagano, es un Dios soberano. Él gobierna y no comparte su gloria con nadie.
Decía Karl Barth: Dios no sirve a nadie porque Él solo sabe gobernar”.
Si no pasamos la antorcha de la fe a la siguiente generación tarde o temprano pasará lo que el v.14 dice “La nueva generación ya no pudo hacerle frente a sus enemigos”. La cólera del Señor no es un como una llamarada que se extingue pronto, es mas bien como un incendio que devora todo a su paso.
Finalmente, nos parecería que el pueblo se arrepintió por la colera de Dios. Sin embargo la idea del texto no es que la angustia los hizo buscar a Dios. Por el contrario, es dificil imaginar que esta nueva generación buscara a Dios sin tener entendimiento. Fue el mismo Señor quien hizo surgir caudillos para su liberación. Aunque pareceria que son los caudillos quienes liberan al pueblo de Israel, es Dios es su inmensa misericordia quien los llama para que estén a su servicio. Es posible que Dios nos llame el próximo año para servirle, estemos dispuestos a poner nuestra vida delante de Dios para servirle. No podemos vivir y dejar que nuestros hijos no vean a Dios en nuestras vidas. El servicio que hacemos para la Iglesia es solo una parte del mismo, estemos dispuestos a vivir completamente para Él.