Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor

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ensenaza en la Paz

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LA PAZ Y LA SANTIDAD Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
PAZ Tranquilidad, quietud, serenidad, lo opuesto de turbación. Puede referirse a relaciones entre hombres (Mt 10:34) No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. entre naciones (Lc 14:32), habla de cuando un pueblo ya no puede contra el otro le pide condiciones de paz.
o entre Dios y el hombre (Ro 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios. También se usa como sinónimo de amistad (Hch 15:33) Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, un orden eclesiástico (1 Co 14:33) pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.
El versículo 13 nos dice que debemos seguir sendas derechas. ¿En qué consiste su rectitud? En el versículo 14 el autor nos lo dice. Aquí nos habla con toda claridad, dejando de lado el lenguaje metafórico: «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor». Él ya nos ha dicho (en los versículos 10 y 11) que la finalidad de la disciplina de Dios es la de conducirnos a la santidad. 11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia.
Ahora nos dice que, si queremos saber si nuestro camino es recto, debemos ver si participa de la paz y la santidad.
La paz, en este texto, es una característica que tiene que ver con nuestras relaciones fraternales. La santidad, con nuestra relación con el Señor mismo.
Consideremos en primer lugar la paz. Nuevamente el texto se hace eco del Antiguo Testamento. En este caso, del Salmo 34:14: «Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela».
El salmista está pensando en la paz como aquel bienestar total que veíamos cuando hablábamos del fruto apacible de justicia. La serenidad, el gozo, la justicia, la prosperidad en todos los órdenes de la vida. De hecho él la ve en contraste con el mal: «Apártate del mal…; busca la paz». Porque la búsqueda del verdadero bien es sinónimo de la búsqueda de la paz, y el bien de Dios conduce a su paz que sobrepasa todo entendimiento. En cambio, en Hebreos el énfasis del autor recae sobre la paz en las relaciones con los demás: «Seguid la paz con todos».
Es la misma obligación de la cual nos habla el apóstol Pablo: (Romanos 12:18) «Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres».
Naturalmente los primeros lectores lo tenían difícil. Lo que ellos conocían en sus relaciones «con todos», era más bien la oposición de sus compatriotas, la oposición de sus familiares, la contención con los líderes de la comunidad hebrea. Sus relaciones eran caracterizadas por conflictos y tensiones. Pero esto no les quita de su parte de la responsabilidad. En la medida de sus posibilidades deben seguir la paz con todos. Deben acatar la palabra de su Maestro y procurar ser pacificadores (Mateo 5:9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.). En sus relaciones sociales deben reflejar la amabilidad, la mansedumbre, la humildad del Señor Jesucristo. Ellos mismos NO deben ser causa de conflicto.
Si esto es cierto en su relación con los de fuera ¡cuánto más debe ser cierto en las relaciones interiores de la iglesia! El mismo Señor Jesucristo decía esto: Marcos 9:50«Tened paz los unos con los otros» (). Algunos comentaristas piensan que el autor aquí se refiere sólo a los demás creyentes cuando dice «con todos». Seguid la paz con todos los hermanos. En tal caso es como si dijera: Bastantes dificultades tenemos en la oposición y persecución desde fuera, como para admitir que el maligno siembre cizaña entre nosotros, o que amargue nuestras relaciones fraternales.
Recordemos el contexto de esta exhortación. Por supuesto, no hay otra cosa que más dificulte la «sanidad de los cojos» que la división entre los hermanos. Allí donde hay paz, armonía y amor, es muchísimo más fácil que haya sanidad para los desanimados. Pero el conflicto y la tensión aumentan la cojera de los más débiles.
La paz es un deseo universal del hombre. Los políticos hablan de ella, autores escriben sobre ella y la gente ora por ella. Formamos ligas de naciones, firmamos largos tratados de paz, pero la paz no llega. Como el antiguo Israel, clamamos: “curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” (Jeremías 6:14).
La paz es un tema principal de la Biblia. Se menciona en cada libro, excepto 1 Juan. Cada una de las 13 cartas de Pablo comienza con un saludo de “paz”. (Romanos 15:33) Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.
En el Antiguo Testamento Dios promete a su pueblo cesación de la guerra, que es causa de tanto sufrimiento, como premio por guardar su pacto y sus enseñanzas (Lv 26:6) Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; Y a la luz de esto no podemos sino creer que la falta de paz en nuestro tiempo, al igual que en el Antiguo Testamento, se debe a la desobediencia a Dios. El hombre no puede estar en conflicto con Dios y en paz con su prójimo. En la bendición sacerdotal de Nm 6:22-27 se afirma que la verdadera paz es interior y viene de Dios
Is 48:18 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. En las profecías del Mesías: su nombre sería (Is 9:6) «príncipe de paz» y la paz no tendrán límite (Is 9:7). Dice Nah 1:15 trae buenas nuevas y anuncia el evangelio de paz, también (Efesios 6:15) “el evangelio de la paz”. El coro angelical (Lc 2:14) ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz!
En plática íntima con sus discípulos, la noche antes de su muerte, (Jn 14:27)27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da, ni depende de las circunstancias externas. Dice Pedro estando en casa de Cornelio (Hch 10:36) Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo. Dios es el (1 Ts 5:23) Dios de paz y ofrece una paz que sobrepasa todo entendimiento humano (Flp 4:7). La paz del alma es fruto del Espíritu Santo (Gl 5:22) Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, “paz”
JUAN 20:19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envió.
Esto suena atractivo. Examinémoslo.
1. Lo que esta paz no es
Dos razones por las cuales el hombre no obtiene esta paz es que está buscando por la cosa equivocada en el lugar equivocado. Las Escrituras indican que esta paz:
A. No es una paz política. Mucho de lo escrito y de las oraciones hoy en día es para la paz entre naciones. El Nuevo Testamento no promete esto hasta que regrese Cristo. De Mateo 24:6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Terminando con Apocalipsis 20:8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Se ha tildado al siglo XX “el siglo de guerras” – dos guerras mundiales y veintenas de guerras menores. No es una paz política.
B. No es un final de problemas personales. La idea del filósofo acerca de la paz era “la ausencia de dolor en el cuerpo o de tribulación en la mente” (Barclay, Flesh and Spirit [Carne y Espíritu], p. 84). Dios no ha prometido al hombre este tipo de paz. En Juan 16:1–4, Os expulsarán de las sinagogas Jesús advirtió a los apóstoles acerca de las muchas tribulaciones y persecuciones que les esperaban. En Juan 16:33, les dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” A los cristianos primitivos, Pablo dijo: Hechos 14:22Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (). Para una lista de los sufrimientos de Pablo, vea 2 Corintios 6:4–5; 11:23–28.
El ser cristiano no nos aísla de las tribulaciones comunes a la demás gente. Sin embargo, Cristo ha prometido estar con nosotros y sostenernos, fortalecernos y consolarnos en todas nuestras tribulaciones (Mateo 28:20; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo 1 Corintios 10:13; Hebreos 2:17–18). En Cristo tenemos el poder de sobreponernos a ellas, no de evitarlas. El salmista escribió: Salmo 34:19Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová”.
2. ¿Qué es la paz que pasa todo entendimiento?
A. Es una paz que viene de Dios. Filipenses 4:7 la llama “la paz de Dios”. 2 Juan 3 dice que esta paz viene “de Dios Padre” (compare Romanos 1:7; 2 Tesalonicenses 1:2). No viene del hombre, ni de circunstancias, sino de Dios. Es la posesión del justo, no del impío. Isaías escribe: Isaías 57:20–21 “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto … No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos”.
B. Esta paz es un don de Cristo. Cuando Israel gozó de paz en la nación, la consideraba un don de Dios (Levítico 26:6; Salmo 29:11). Como el “Príncipe de paz” y el “Señor de paz”, Jesús nos otorga el don inestimable de la Paz (Isaías 9:6; 2 Tesalonicenses 3:16).
Jesús dijo a Sus apóstoles en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.¡Palabras de consuelo!
Matthew Henry escribe en su comentario: “Cuando Cristo estaba próximo a dejar este mundo, hizo su testamento”.
Encomendó su alma a su Padre; dejó su cuerpo a José de Arimatea.
Su ropa se quedó a los soldados. Confió su madre al cuidado de Juan. Dejó su paz a sus discípulos.
“En el último análisis, la paz no es algo que alcanza el hombre, sino algo que el hombre acepta”. La paz es un don de Jesús, el Príncipe de paz, y el Padre, el Dios de paz.
C. Esta paz se encuentra sólo en Cristo y es un resultado de su muerte en el Calvario. Jesús dijo que: “en mí tengáis paz” (Juan 16:33). Pablo escribe: “Y la paz de Dios … guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).Pablo usa una metáfora militar para describir la actividad de la paz de Dios en nuestros corazones. Pedro usa la palabra para describir la seguridad del cristiano hasta el fin 1 Pedro 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe. Cuando confiamos de verdad en Dios, su paz provee seguridad contra todo temor, duda y preocupación. Los filipenses, viviendo en una colonia romana, un pueblo de guarnición, se acostumbraron a ver la vista del centinela montando su guardia. Pablo dice que la “paz de Dios” provee tal seguridad.
Tocante a la muerte de Cristo, Pablo dijo:
Efesios1:7“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecado.
Colosenses 1:19–20:Por cuanto agradó al Padre que en él [Jesús] habitase toda plenitud [de la deidad], y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, … haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.
Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Cuando obedecimos el evangelio, fuimos redimidos, perdonados, reconciliados y justificados. Esto nos trajo “paz con Dios”, porque ¡por su muerte Jesús había quitado la enemistad entre Dios y el hombre – el pecado! (Romanos 5:1).
Cuando recibimos el Espíritu Santo (Hechos 2:38) Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. El nos trae la “paz de Dios” – que es la serenidad, la tranquilidad y el contentamiento que goza el cristiano en Cristo (Filipenses 4:7).
D. Es una paz en medio de la tribulación. Cuántas veces nos hemos maravillado del valor y la paz de los mártires cristianos, como Esteban (Hechos 7), al enfrentar la muerte. Leemos con admiración la calma de Pablo durante la terrible tormenta durante su viaje a Roma (Hechos 27).
La mayoría de nosotros está en paz cuando brilla el sol, cuando tenemos amigos, comodidades, salud y riquezas. Estos resultan de las circunstancias favorables. Esta paz es diferente. Se ve más claramente durante las tormentas de la vida. Esto es porqué el mundo no la entiende. Victor Hugo (escritor francés 1800) expresó este pensamiento sucintamente al escribir:
En una rama mecedora,
Posa un ave que canta,
Sabiendo que tiene alas.
Cuando confiamos verdaderamente en las preciosas promesas de Dios, él calmará nuestros espíritus atribulados y tranquilizará nuestras mentes preocupadas.
En Deuteronomio 33:25, 27 hay tres promesas que encuentro de ayuda:
(1) “Como tus días serán tus fuerzas”.
(2) “El eterno Dios es tu refugio”.
(3) “Y acá abajo los brazos eternos”.
1 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese. Pero están escritas en la Biblia Éstas pueden ser nuestras “alas” para llevarnos a través de tiempos de tribulación.
La Sra. M. M. (Elijah) Goodwin, de Indiana, escribió:
Mientras el otoño sus hojas caídas llora,
Y Dios sus gavillas maduras busca;
Mientras las tormentas golpean mi cabeza,
Y todo gozo del mundo huye;
“Te está prometido,” la fe murmura,
‘Como tus días, serán tus fuerzas’ ”.
3. Unos pasos hacia la paz
Aunque nuestro Dios es el poder que produce la paz en nuestras vidas, Pablo sugiere tres pasos que podemos tomar para permitir al Espíritu Santo hacerlo (Filipenses 4:5–6). 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias
A. “Por nada estéis afanosos”. Pablo habla de una “ansiedad dudosa” (afán) acerca de las cosas. Una preocupación desmesurada muestra una falta de confianza en el cuidado de Dios (vea Mateo 6:25–34).
En Filipenses 4:5, Pablo da una razón por la serenidad cristiana: “El Señor está cerca”. (a) Cerca en “espacio” – cerca en comunión con su pueblo (vea Mateo 28:20; 1 Pedro 3:12), (b) cerca en “tiempo” – la mente de Pablo siempre está en el regreso del Señor. Pueda que esto es su pensamiento en este pasaje.
B. ¡Toda oración y ruego! Pablo usa tres palabras por la oración en el v. 6: oración formal, súplica/petición y ruegos. En lugar de afanarse, Pablo sugiere el orar. Pedro dice que debemos humillarnos bajo la poderosa mano de Dios, 1 Pedro 5:7 “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (). ¡Un paso importante hacia la paz! El compositor del himno nos recuerda:
C. ¡Sean agradecidos por todo!El contar nuestras bendiciones es un ejercicio saludable. El ver cuántas bendiciones tenemos nos hace agradecidos, aumenta nuestro amor para con Dios y disminuye la ansiedad. ¿No nos alegramos cuando damos la Gloria a Dios? Pablo dice: 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Filipenses 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús
Edilerman A Molina 1/1/2025- Enseñanza Monte Horeb 1/5
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