Humildad
La humildad es la única tierra en la que las bendiciones echan raíces; la falta de humildad, por su parte, es explicación suficiente para cada fallo y fracaso
No se trata de algo que le traemos a Dios, o que Él nos ofrece; se trata sencillamente del sentido de no ser nada en absoluto, que viene cuando vemos cómo Dios lo es todo, y por medio de lo cual hacemos espacio para que Dios lo sea todo.
“No puede el Hijo hacer nada por sí mismo” (Juan 5:19).
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad” (Juan 5:30).
“Gloria de los hombres no recibo” (Juan 5:41).
“Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad” (Juan 6:38).
“Mi doctrina no es mía” (Juan 7:16).
“Y no he venido de mí mismo” (Juan 7:28).
“Y que nada hago por mí mismo” (Juan 8:28).
“Pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió” (Juan 8:42).
“Pero yo no busco mi gloria” (Juan 8:50).
“Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta” (Juan 14:10).
“La palabra que habéis oído no es mía” (Juan 14:24).
