Lucas 2:1-20 - Buenas Nuevas de Gran Gozo para Este Nuevo Año

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EEste sermón expositivo sigue de cerca el texto de Lucas 2:1-20, explorando el anuncio del nacimiento de Jesús en su contexto histórico, teológico y práctico. A través de un desarrollo claro y progresivo del pasaje, se destacan los contrastes que presenta Lucas para mostrar la obra soberana de Dios, el significado de la encarnación y el llamado a la proclamación del evangelio en el año nuevo.

Notes
Transcript
Mientras despedía el año con mi familia, tomé un momento para sentarme y ponerme al día con lo que estaba ocurriendo en el mundo. Abrí mi teléfono y, al revisar los titulares, me encontré con una lista de malas noticias que parecían interminables:
Los peajes están por las nubes, anticipando que los alimentos y los productos básicos van a subir de manera exagerada. Esto, sin duda, afectará más a los hogares vulnerables.
Luego, una noticia desgarradora: el asesinato de un pastor y su familia en Aguachica.
Y como si eso no fuera suficiente, supe que otro pastor amigo en esa misma región también estaba recibiendo amenazas de muerte.
Y, al final, vino a mi mente otra preocupación que muchos de ustedes comparten, y es que este nuevo años vamos a seguir bajo la tirania del progresismo.
Con todo esto en mente, me pregunte: "Señor, ¿qué voy a predicar este primer domingo del año?" Pensé en predicar un salmo que nos ayudara a reflexionar sobre resoluciones espirituales o en una exhortación a confiar en Dios en tiempos difíciles. Pero entonces recordé, con gozo, el texto que ya teníamos planeado estudiar en nuestra serie de Lucas: Lucas 2:1-20.
El anuncio de las Buenas Nuevas de gran gozo.
Al leer ese pasaje, pensé: "Esto es lo que necesito escuchar. Y estoy convencido de que es lo que ustedes también necesitan escuchar."
En medio de tantas malas noticias, Dios nos recuerda que hay una noticia que trasciende todas las demás. Una noticia que transforma la desesperanza en gozo. Una noticia que nos invita a levantar la mirada y renovar nuestra esperanza:
"Cristo ha venido. Un Salvador ha nacido para traer paz“
De manera que esta mañana no quiero invitarles a hacer resoluciones humanas. Quiero invitarles a recordar la resolución más grande que Dios ya tomó: Salvarnos.
Acompáñenme a leer juntos en Lucas 2:1-20 el mensaje del evangelio: Las Buenas Nuevas de gran gozo que llegan en medio de un mundo roto por el pecado.
………. Leer
Cuando escuchamos a los ángeles diciendo a los pastores: "les traigo Buenas Nuevas de gran gozo", nos preguntamos: ¿Por qué son tan buenas estas noticias? ¿Por qué traen tanto gozo?
La respuesta la tenemos en los primeros 7 versículos:

1. El Contexto de las Buenas Noticias (Lucas 2:1-7)

La buenas nuevas de gran gozo, no llegaron en tiempos fáciles, cuando todo estaba bien. Si no en tiempos oscuros y difíciles. Dios no esperó a que el mundo estuviera ordenado o a que los hombres estuvieran listos para recibirlo. Él intervino en medio del caos, la opresión, la miseria y la indiferencia humana.
Vamos a ver tres aspectos del contexto en el que llegaron estas Buenas Nuevas.
A. Un Tiempo de Tiranía (v. 1-3)
El relato comienza con un edicto de César Augusto:
Lucas 2:1 NBLA
Aconteció en aquellos días que salió un edicto de César Augusto, para que se hiciera un censo de todo el mundo habitado.
César Augusto: Fue el hombre que marcó la transición de Roma de una República a un Imperio absoluto.Durante siglos, Roma había funcionado como una República, donde el poder estaba distribuido entre el Senado y el pueblo. Había un rechazo profundo a la idea de un rey absoluto. Pero a causa de muchas guerras civiles, corrupción y crisis en el gobierno, la república colapsó y el poder se centralizo en Julio César, quien se convirtió en un dictador en medio de una guerra civil en el año 49 a.C. su tirania solo duro unos 5 años, pues fue asesinado por un grupo de conspiradores liderados por Bruto y Casio.
Su asesinato desencadeno mas guerras civiles. Y fue donde entro en escena su sobrino e hijo adoptivo y heredero: Octavio, quien es el César Augusto de esta historia. El venció a Marco Antonio y a Cleopatra en la Batalla de Actium en el año 31 a.C., y se convirtió en el líder de Roma. En el año 27 a.C., el Senado le otorgó el título de “Augusto”, que significa “El Venerado”. Aunque Roma aún mantenía las apariencias de ser una República, el poder real estaba completamente centralizado en César Augusto.
Bajo su mando, estableció lo que se conoce como la Pax Romana, un período de “paz” que duró casi 200 años.
Sin embargo, esta “paz” no fue fruto de la justicia, sino de la represión.
Fue una paz impuesta por la fuerza, a través de ejércitos poderosos, tributos elevados y control militar opresivo.
Las monedas se acuñaron dos nombres para el cesar: “Divi Filius” (Hijo de Dios)“Princeps Pacis” (Príncipe de Paz).
Además, en algunos arcos triunfales romanos aún se conserva la inscripción:
“César, Salvador del Mundo.”

¿Te Suena Familiar?

Hoy también vemos gobernantes y movimientos ideológicos que prometen paz y redención verdad:
Prometen redistribución, justicia y prosperidad. Pero muchas veces lo hacen a costa de la libertad.
Prometen paz total, pero es una paz sin justicia.
Prometen redención política, pero rechazan al único Redentor verdadero.
El mundo sigue buscando salvadores humanos, pero esos salvadores siempre fallan.
En medio de esta tiranía, Dios estaba obrando.
César Augusto ordenó un censo para controlar a sus territorios y recaudar impuestos. Desde una perspectiva humana, esto parecía un acto de control político. Pero desde la perspectiva divina, era parte del plan redentor de Dios.
Noten como este edicto obligó a José y María a viajar a Belén, cumpliendo así la profecía:
“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel” (Miqueas 5:2).
Esto nos recuerda algo importante:
Aunque los gobernantes terrenales toman decisiones para consolidar su poder, Dios está en control absoluto de la historia humana.

B. Un Viaje Difícil (v. 4-5)

Lucas 2:4–5 NBLA
También José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, por ser él de la casa y de la familia de David, para inscribirse junto con María, comprometida para casarse con él, la cual estaba encinta.
El decreto de César obligó a José a emprender un viaje largo y agotador desde Nazaret, en Galilea, hasta Belén, en Judea.
Para que se hagan una idea, la distancia era de unos 145 kilómetros, como ir desde Bogotá hasta Manizales a pie.
El trayecto no era sencillo. José y María habrían tenido que caminar por caminos montañosos y polvorientos, enfrentando el peligro de ladrones y animales salvajes.
El viaje podría haber durado entre 6 y 7 días, con jornadas de agotamiento físico y mental.
Ahora bien, uno podría preguntarse:
¿Por qué José simplemente no se quedó en casa? ¿Por qué someterse a un viaje tan difícil? La respuesta es que José no tenía otra opción.
El decreto del censo exigía que cada hombre se registrara en su ciudad ancestral, y como José era descendiente de David, debía viajar a Belén para cumplir con la orden.
Pero lo que resulta aún más sorprendente es que María, quien estaba en las últimas etapas de su embarazo, hizo este viaje con él.
¿Por qué María tuvo que acompañarlo en un viaje tan peligroso y agotador? Veamos tres razones importantes:
¿Por qué María en las últimas etapas de su embarazo tuvo que ir con él?
Razón Legal: En los censos romanos, las familias eran empadronadas juntas. Era necesario que María estuviera con José para que el hijo que esperaban fuera registrado legalmente.
Razón Teológica: El censo fue parte del plan de Dios para cumplir la profecía de que el Mesías nacería en Belén (Miqueas 5:2).
Razón Pastoral: José protegió a María del rechazo social en Nazaret. La acompañó por amor y cuidado. Este es un hermoso ejemplo de liderazgo pastoral y familiar.
¿Por Qué Dios lo Decreto de este modo? si les pudo hacer las cosas mas fáciles. La razón es que Dios quiso que el Salvador del mundo entrara en la miseria humana, no en la comodidad. Desde el inicio, Cristo vino a padecer con los humildes, los cansados, los rechazados.
El evangelio no llego a un mundo perfecto y ordenado, a na familia tranquila y prospera. Llego a un mundo roto, a corazones quebrantados, a vidas llenas de dificultades e impotencia.
Aplicación:
José y María no entendían todo lo que Dios estaba haciendo.
Ellos no sabían que estaban participando en el cumplimiento de la promesa de Dios. Pero obedecieron, aun cuando el camino fue difícil.
Y al final, llegaron a Belén y vieron el cumplimiento de la promesa de Dios.
De la misma manera, nosotros también podemos enfrentar caminos difíciles. Puede ser una crisis familiar, una situación económica complicada, o un problema de salud.
A veces no entendemos por qué Dios permite estas cosas. Pero lo que sí sabemos es que Dios está obrando en medio de ellas. Y si seguimos caminando con fe y obediencia, veremos la fidelidad de Dios.
José y María vieron la promesa cumplida.
Y nosotros también veremos las promesas de Dios cumplidas en nuestras vidas.

C. Un Lugar Humillante (v. 6-7)

Lucas 2:6–7 NBLA
Sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su Hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Este versículo nos lleva a reflexionar sobre la humildad y el rechazo que rodearon el nacimiento de Jesús. Desde el inicio de su vida terrenal, Cristo experimentó rechazo y humillación.
¡El texto dice que María “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.” es decir un recipiente donde se coloca la comida de los animales. Esto nos muestra la extrema humildad y miseria del lugar donde nació el Hijo de Dios.
El texto dice que “no había lugar para ellos en el mesón.” La palabra griega “κατάλυμα” (kataluma) puede referirse a una habitación de huéspedes o a un albergue público. Esto significa que nadie les ofreció un lugar adecuado. José y María no encontraron hospitalidad. Esta es una señal profética del rechazo que Jesús experimentaría a lo largo de toda su vida: Fue rechazado por los líderes religiosos. Fue rechazado por su propia gente. Finalmente, fue crucificado fuera de la ciudad, como un marginado. Desde su nacimiento, Cristo experimentó lo que significa ser excluido.
El mundo no tenía lugar para Cristo en su primera venida. Y hoy, muchos corazones siguen cerrándole la puerta. ¿Hay Lugar para Cristo en Tu Vida?
El nacimiento de Jesús en un pesebre fue parte del plan de Dios para mostrarnos que Cristo no rehuye la miseria humana. Jesús entró en nuestra oscuridad para traer luz. Entró en nuestra miseria para traer salvación. El evangelio no exige que limpiemos nuestras vidas antes de recibir a Cristo. Cristo entra en nuestra suciedad y oscuridad para transformarnos.
Jesus nacio en medio de una escena horrible:
Imaginan el sudor y los gritos de María.
La impotencia de José, viendo a su esposa dar a luz en condiciones indignas.
El olor nauseabundo del establo.
La oscuridad y la suciedad del lugar.
¿Por qué?
Filipenses 2:6–8 NBLA
el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
La humillación de Cristo comenzo en el pesebre y termino en la cruz.
Desde el inicio, Jesús se identificó con los humildes, los marginados, los quebrantados.
Esto es el corazón del evangelio: Cristo descendió a nuestra miseria para levantarnos hasta su gloria. Él se hizo pobre para enriquecernos. Se humilló para exaltarnos. Tomó nuestra suciedad para darnos su justicia.
Hemos visto que las Buenas Nuevas de gran gozo llegaron en tiempos oscuros y difíciles, y en circunstancias humildes y humillantes.
Pero la pregunta ahora es: ¿Por qué estas noticias traen tanto gozo?

2. El Fundamento de las Buenas Nuevas (Lucas 2:8-14)

El gozo del evangelio tiene un fundamento sólido. Y ese fundamento es la persona y obra de Jesucristo. Vamos considerar esto con el anuncio del ángel en tres partes:

A. El Alcance del Anuncio (v. 8-10)

Lucas 2:8–10 NBLA
En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: «No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo;
¿Por qué el ángel apareció a pastores?
Los pastores en ese tiempo eran considerados la escoria de la sociedad.
Eran marginados sociales.
No podían participar plenamente en la vida religiosa de Israel, porque su trabajo los mantenía ritualmente impuros.
Su reputación era tan mala que su testimonio no era válido en un juicio.
En otras palabras, eran despreciados y olvidados por la sociedad.
¿No es sorprendente que Dios los escogiera como los primeros en escuchar las Buenas Nuevas?
Esto nos muestra el carácter del evangelio:
Dios no viene a los poderosos ni a los autosuficientes.
Dios viene a los humildes y quebrantados.
Dios escoge lo vil y lo menospreciado para avergonzar a los fuertes.
Desde el Antiguo Testamento, Dios había demostrado que su corazón estaba con los pobres, los marginados y los pecadores.
Y aquí, el anuncio del evangelio confirma ese patrón: Dios no viene para los que se creen dignos. Viene para los que saben que no lo son.
El ángel les dice: “No temáis.”
El pecado nos separa de Dios, y su santidad nos llena de temor. Pero el evangelio trae gracia y paz. El evangelio comienza con gracia: ¡No temas!

B. La Identidad del Niño (v. 11)

Lucas 2:11 NBLA
porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
El ángel les revela tres títulos esenciales acerca del Niño que ha nacido:
Salvador: Este es el título más importante y esencial de Jesús. Jesús no vino principalmente como maestro, ni como ejemplo moral, ni como reformador social. Vino a salvar. Desde el principio de la historia bíblica, el mayor problema de la humanidad ha sido el pecado. El pecado es una corrupción interna que afecta nuestro corazón y nuestras acciones. El pueblo de Israel sabía que necesitaba un Salvador. Los profetas habían anunciado que Dios mismo vendría a salvar a su pueblo. Y ahora, ese Salvador ha llegado en la persona de Jesús.
Cristo: Este título significa “El Ungido” o “El Mesías.” Jesús es el Rey prometido, el descendiente de David, que ha venido a establecer el reino eterno de Dios. Pero su reino no es un reino terrenal y político. Es un reino espiritual, que comienza en los corazones de los hombres y mujeres que se rinden a su Señorío.
Señor: Este título es una declaración de su divinidad. Jesús no es solo un hombre especial. Él es Dios mismo en carne humana. En el Antiguo Testamento, el nombre YHWH era traducido como “Señor.” Al llamar a Jesús “Señor,” el ángel está proclamando que este Niño es el Dios de Israel, que ha venido a salvar a su pueblo.

C. La Señal de Dios (v. 12-14)

Después de revelar quién es el Niño, el ángel les da una señal:
Lucas 2:11–14 NBLA
porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. »Esto les servirá de señal: hallarán a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» De repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: «Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace».
El Rey de reyes, el Señor del universo, no está en un palacio ni en un templo, sino en un establo. Dios se ha hecho alcanzable para todos.
Si Jesús hubiera nacido en un palacio, los pastores no habrían podido acercarse a Él. Pero nació en un pesebre, para que todos los humildes y quebrantados puedan venir a Él.
El pesebre es la máxima revelación de la condescendencia divina.
Dios no exige que subamos hasta Él. Él desciende hasta nosotros.
Cristo no vino para ser servido. Vino para servir y dar su vida en rescate por muchos.

Conclusión:

El fundamento de las Buenas Nuevas no es un consejo ni una recomendación.
Es un anuncio de lo que Dios ha hecho.
Estas Buenas Nuevas se centran en la persona de Jesús, quien es:
El Salvador: Porque Él nos rescata del pecado.
El Cristo: Porque Él es el Rey prometido.
El Señor: Porque Él es Dios mismo.
Dios se acerca a los humildes y quebrantados ara salvarlos.
La pregunta es: ¿Te acercas tú a Él?
¿Reconoces que no puedes salvarte a ti mismo?
¿Reconoces que Cristo es el único Salvador?
El Rey ha venido. La paz que el mundo busca está en Él.
La señal es clara: Dios está con nosotros.
Hemos visto que las Buenas Nuevas de gran gozo llegaron en tiempos oscuros y que se fundamentan en la persona y obra de Jesucristo, quien es el Salvador, el Cristo y el Señor.
Ahora vamos a ver cómo esas Buenas Nuevas no quedaron en silencio. Fueron proclamadas con gozo por los ángeles en los cielos y llevadas por los pastores a las personas que los rodeaban.

3. La Proclamación de las Buenas Nuevas (Lucas 2:13-20)

Vamos a ver tres aspectos de la proclamación de las Buenas Nuevas:
A. Celebrada en los cielos (v. 13-14)
Lucas 2:13–14 NBLA
De repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: «Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace».
El evangelio es una noticia que transforma tanto los cielos como la tierra.
Por qué los ángeles alabaron a Dios con tanto gozo?
Porque estaban contemplando algo que jamás habían visto.
El Dios eterno, santo y glorioso, que había sido adorado desde la creación del mundo por los ángeles en los cielos, ahora se humilló hasta hacerse hombre.
Desde el principio, los ángeles han cantado la gloria de Dios en la creación.
Job 38:4–7 NBLA
»¿Dónde estabas tú cuando Yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. »¿Quién puso sus medidas? Ya que sabes. ¿O quién extendió sobre ella cordel? »¿Sobre qué se asientan sus basas, O quién puso su piedra angular Cuando cantaban juntas las estrellas del alba, Y todos los hijos de Dios gritaban de gozo?
Desde la creación, los ángeles han alabado la sabiduría, el poder y la gloria de Dios.
Pero ahora, en el nacimiento de Cristo, los ángeles están viendo algo mucho más asombroso:
La gracia y la condescendencia de Dios.
El Dios que creó el universo y sostiene todas las cosas con su palabra poderosa (Hebreos 1:3) se humilló al punto de nacer como un bebé indefenso.
Esto fue algo tan glorioso y sorprendente que llenó a los ángeles de gozo y asombro.
Ellos anhelan comprender más profundamente el misterio del evangelio.
1 Pedro 1:12 NBLA
A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.
La encarnación de Cristo es la mayor revelación de la gloria de Dios.
Por eso, los cielos no pudieron permanecer en silencio.
Y por eso, los ángeles cantaron: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz!”
El gozo de los ángeles debe ser nuestro gozo.
Ellos celebraron la humillación de Dios por amor a los hombres.
¿Nos regocijamos nosotros al contemplar esta verdad?
El mensaje que los ángeles proclaman tiene dos grandes afirmaciones:

1. Gloria a Dios en las alturas

La gloria de Dios es el propósito final de toda la obra de salvación.
Dios no nos salva primariamente por nuestro bienestar.
Nos salva para su propia gloria.
En Efesios 1:6, Pablo dice que Dios nos ha salvado “para alabanza de la gloria de su gracia.”
Esto significa que nuestra salvación debe llevarnos a glorificar a Dios.
¿Glorificas tú a Dios por su gracia?
¿Reconoces que tu salvación es un acto de la gracia soberana de Dios?

2. Paz en la tierra para los hombres

La paz que los ángeles proclaman, es la reconciliación entre Dios y los hombres. Desde la caída de Adán, la humanidad ha estado en enemistad con Dios. Pero ahora, a través de Cristo, Dios ofrece paz.
Romanos 5:1 NBLA
Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Esta paz no es para todos. Es para los que reciben la buena voluntad de Dios. Esto nos recuerda que la salvación es un acto de la gracia soberana de Dios. No es el resultado de nuestra buena voluntad hacia Dios, sino de la buena voluntad de Dios hacia nosotros.

B. Proclamada en la tierra (v. 15-18)

Después del anuncio celestial, vemos la respuesta inmediata de los pastores:
Lucas 2:15 NBLA
Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber»
Los pastores no se quedaron quietos. Ellos actuaron.
Y cuando llegaron a Belén y vieron al Niño, hicieron lo que todo creyente debe hacer:
Lucas 2:17 NBLA
Cuando lo vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este Niño.
Ellos no eran predicadores profesionales. No eran personas influyentes ni poderosas. Eran hombres simples y humildes. Pero no pudieron guardar silencio. Esto nos muestra que la proclamación del evangelio no depende de nuestra dignidad o habilidades. Depende de lo que hemos visto y oído.
Si tú has conocido a Cristo, no puedes quedarte callado.

C. Transformadora en los corazones (v. 19-20)

El texto nos dice que María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
El evangelio no solo transforma nuestras palabras. Transforma nuestros corazones.
Y los pastores, después de haber visto al Salvador, volvieron glorificando y alabando a Dios. No volvieron a sus campos como antes. Sus vidas habían cambiado.
Aplicación: ¿Proclamas tú las Buenas Nuevas?
El mundo sigue hambriento de paz. Las personas buscan paz en los gobiernos, las riquezas, las ideologías y las religiones. Pero la única paz verdadera se encuentra en Cristo.
¿Estamos proclamando esa paz? Los pastores no se quedaron con el mensaje para ellos mismos. Salieron y lo proclamaron. ¿Qué nos detiene a nosotros?

Conclusión:

Hermanos, hemos considerado hoy el anuncio más glorioso que el mundo ha escuchado: las Buenas Nuevas de gran gozo que proclamaron los ángeles en aquella noche oscura.
Estas Buenas Nuevas llegaron en tiempos oscuros y difíciles, en un mundo roto por el pecado, donde los hombres vivían oprimidos por gobernantes tiranos y llenos de falsas esperanzas.
Llegaron no con trompetas imperiales ni proclamadas en palacios, sino a través de un niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre sucio.
¿Por qué son estas noticias tan buenas?
Porque el Salvador ha venido.
El Cristo prometido ha llegado.
El Señor se ha hecho hombre para reconciliarnos con Dios.
Estas Buenas Nuevas no son una invitación a mejorar nuestras vidas por nosotros mismos. Son un anuncio de lo que Dios ha hecho para salvarnos. Pero, como hemos visto, el evangelio no puede quedarse guardado en silencio.
El cielo no pudo permanecer en silencio.
Los pastores no pudieron permanecer callados.
Y nosotros tampoco podemos quedarnos callados.
¿Cómo debemos responder a las Buenas Nuevas?
Hemos visto tres respuestas claras en el texto:
1. Glorificar a Dios por su gracia: El propósito final del evangelio es la gloria de Dios. ¿Estamos viviendo para su gloria? ¿Estamos glorificando a Dios en nuestros hogares, en nuestras relaciones, en nuestro trabajo? El evangelio transforma cada aspecto de nuestras vidas. No podemos vivir como antes. No podemos conformarnos con una fe que no afecta nuestra adoración y obediencia diaria. La gloria de Dios debe ser nuestra motivación en todo lo que hacemos.
2. Recibir la paz que Él ofrece en Cristo: El mundo sigue hambriento de paz, pero busca esa paz en lugares equivocados. Buscan paz en los gobiernos, las riquezas, las ideologías. Pero la única paz verdadera es la reconciliación con Dios. ¿Tienes esa paz? Cristo ha venido para hacer las paces entre Dios y los hombres. Pero esa paz no es automática. Debes rendirte a Cristo, reconociendo que solo Él puede salvarte. Ven a Cristo en arrepentimiento y fe.
3. Proclamar con gozo lo que hemos visto y oído: El mensaje del evangelio no es solo para nosotros. Es para el mundo. Los pastores fueron transformados por lo que vieron y oyeron, y no pudieron quedarse callados. Ellos salieron y proclamaron con gozo lo que habían visto y oído. Hermanos, hoy nosotros somos esos pastores. Nosotros hemos visto al Salvador. Hemos recibido la paz que Él trae. ¿Cómo podemos quedarnos callados?
Estas Buenas Nuevas deben impulsarnos a la misión. Este año como iglesia enviaremos a Angelo junto con un equipo de hermanos a establecer una nueva igl;sia al sur de esta ciudad. Ellos saldrán a proclamar el evangelio en un lugar donde muchos aún viven en oscuridad.
¿Por qué no deben temer? Porque Dios no escoge a los fuertes ni a los poderosos. Escoge a los humildes que han sido saciados por Cristo para decirle a otros hambrientos: “Vengan y vean al Salvador.”
Hermanos, aunque no todos iremos a esta misión, debemos apoyarles con nuestros recursos, dones y oraciones. Recordemos que todos debemos estar comprometidos en proclamar estas Buenas Nuevas.
El mundo sigue necesitando escuchar que hay paz en Cristo.
¡Proclamemos juntos estas Buenas Nuevas de gran gozo!
Oremos.
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