Esperanza y Conexión en la Pérdida - Velorio - Sermón 2
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NOTA (SERMÓN DISPONIBLE, NO PREDICADO AUN): Mensaje para velorio de: , en: , con fecha:
Celebrando la Vida: La Esperanza en el Adiós
Celebrando la Vida: La Esperanza en el Adiós
Salmo 116:15, Juan 11:25-26, 2 Corintios 5:1-5
Salmo 116:15, Juan 11:25-26, 2 Corintios 5:1-5
Miremos el significado de la muerte que vemos en las Escrituras y el consuelo que encontramos en la esperanza cristiana.
El Salmo 116:15 nos recuerda que la muerte de los santos es preciosa ante los ojos del Señor, y nos dice así:
“15 Estimada es a los ojos de Jehová
La muerte de sus santos.”
Juan 11:25-26 revela que Jesús es la resurrección y la vida, brindando esperanza en momentos de duelo, así nos los dice:
“25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
Y 2 Corintios 5:1-5 nos asegura que tenemos una morada eterna en los cielos, diciéndonos de esta manera:
“1Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.
2Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;
3pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.
4Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
5Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.”
En momentos de duelo, este pasaje nos ayuda a recordar que la muerte no es el final, sino una transición hacia la vida eterna en Cristo.
Nos anima a encontrar consuelo en la fe y en la promesa de la resurrección, lo cual puede ser un bálsamo para las almas dolientes.
Debemos aprender que la muerte es parte de la vida, pero también un paso hacia una esperanza maravillosa en Cristo.
Con el enfoque correcto, los creyentes pueden enfrentar el luto con la certeza de la vida eterna.
Quiero resaltar la obra redentora de Cristo, quien al vencer la muerte, nos ofrece la promesa de la vida eterna.
Jesús, como nuestra esperanza, transforma nuestro entendimiento de la muerte, llevándonos a un nuevo nivel de fe y consuelo en el adiós.
La muerte puede ser un momento doloroso, pero la esperanza en Cristo transforma nuestro luto en celebración, recordándonos la vida eterna prometida a todos los que creen.
1. Preciosos a Sus Ojos
1. Preciosos a Sus Ojos
Como leímos en Salmo 116:15
Podemos encontrar consuelo al saber que la muerte de los justos es preciosa ante los ojos del Señor.
Este versículo nos recuerda que Dios pone gran valor en la vida de sus siervos y que su transición a la eternidad es vista con cariño divino.
En tiempos de dolor, considerar esta perspectiva puede transformar la tristeza en un sentido de paz y agradecimiento por la vida vivida y la esperanza en lo que vendrá.
2. Prometida Resurrección y Vida
2. Prometida Resurrección y Vida
Como vimos en Juan 11:25-26
Podemos recordar que Jesús proclamó ser la resurrección y la vida.
Este pasaje nos dice que nuestra fe en Cristo nos llena de esperanza y asegura que la muerte no es el final.
Meditar en esta verdad durante el duelo puede cambiar nuestro enfoque del dolor a la confianza en la promesa de la resurrección y la vida eterna con Dios.
Cristo nos invita a creer y vivir con esta esperanza, incluso en tiempos de pérdida.
3. Promesa de un Hogar Eterno
3. Promesa de un Hogar Eterno
Y como leímos en 2 Corintios 5:1-5
Que encontremos paz al saber que tenemos una casa eterna en los cielos, no hecha por manos humanas.
El apóstol Pablo nos enseña que nuestra existencia terrenal es temporal comparada con la gloria del hogar celestial preparada para nosotros.
Este conocimiento puede proporcionarnos tranquilidad y esperanzas renovadas mientras enfrentamos la muerte, asegurándonos del destino glorioso que aguarda a los que confían en Cristo.