Llamado a ver la luz

Llamado

La introducción del evangelio de Juan nos dice que Jesús vino al mundo pero que el mundo no le recibió. Sin embargo el autor menciona que ellos han visto su gloria la cual le corresponde al unigenito del Padre y que además Jesús vino lleno de gracia y de verdad. Tras esta descripción aparece un hombre llamado Juan, el proposito de Juan es dar testimonio de la luz y que por medio de este testimonio todos crean. El escritor se encarga de dejarnos en claro que Juan no era la luz sino el medio por el cual la verdadera luz se iba a manifestar.

Juan se reconocía asi mismo como un mensajero que había sido enviado a enderezar el camino del Señor, haciendo eco a la profecía de Isaías 40:3

Isaiah 40:3 NVI

Una voz proclama: «Preparen en el desierto un camino para el Señor; enderecen en la estepa un sendero para nuestro Dios.

Cuando Juan por fin ve a Jesús inmediatamente exclama que el es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Ante esta expresión tenemos 2 opciones, la primera es que sea una visión judía acerca del cordero que vence al final de los tiempos y la otra opción es la del cordero pascual. La imagen del cordero pascual era utilizada para representar la victoria de la sangre de un cordero ante la plaga de la muerte. Jesús era visto por los primeros cristianos como un cordero que venció a a la muerte y al pecado.

Aunque Juan dice que no conocía a Jesús se ha encargado de mostrarlo en todas sus predicaciones. Ahora, en el verso 35 les reitera a 2 de sus discipulos que Jesús es el Cordero de Dios. Los 2 discipulos al oirlo se deciden a seguir a Jesús. En los próximos versos veremos una cadena de eventos sucitados por este verso en particular (v.35). Estos 2 discipulos (Andrés y el otro) comienzan a seguir a Jesús y cuando Él los ve, les tiene que hacer una pregunta ¿qué buscan?

Hoy día es común ver a las personas buscando algo. Puede ser felicidad, independencia, sentido de la vida, etc. Pero las personas buscan y añoran. No por nada tienen tanto éxito las conferencias de como hacer riquezas, como encontrar la felicidad, etc. Asi que Jesús sabe que todos están buscando algo. Y eso les pregunta aunque ellos no le contestan sino que le regresan otra pregunta: ¿Donde moras? Jesús entonces puede invitarles a seguirlo: Vengan a ver.

El seguimiento a Cristo es una invitación. En ocasiones es hecha por el mismo Jesús como en este caso pero en otras se necesita un pequeño empujón por parte de otros seguidores de Jesús que han encontrado en Él una razón para creer. No olvidemos que el escritor nos dice que ellos han visto su gloria, asi que esto se trata de la historia de un grupo de seguidores que ha visto la gloria del Señor y como llegaron a verla. Solamente pasó un dia para que Andrés fuera de inmediato por su hermano Pedro a contarle lo que había descubierto. Las palabras de Andrés fueron: Encontramos al Mesías. No se cuanto pudo haberles dicho Jesús en 24 hrs pero lo cierto es que eso le bastó a Andrés para anunciar a Pedro que el Mesías es real.

Quizá creamos que necesitamos estar sumamente capacitados para iniciar una tarea tan grande como el evangelismo, sin embargo Andrés no estaba capacitado en terminos actuales simplemente tuvo la necesidad de compartir lo que había encontrado. El testimonio de Andrés tuvo un cambio radical en la vida de Simón. Jesús le demostró que sabía quien era (lo llama hijo de Jonás) pero también lo transforma al cambiarle el nombre por Pedro. Asi se ve el poder del evangelio. Transforma completamente la vida de las personas.

Una vez mas, el Señor decide a salir y esta vez toma la iniciativa con otra persona. La orden es sencilla: Sigueme. Pero el proceso es igual. Felipe busca a Natanael y lo mas impresionante de esto es que ni siquiera nos cuenta la historia de cuanto tiempo pasó el Señor a lado de Felipe sin embargo el repite el proceso y busca a otro convencido de que Jesús es aquel de quien escribió Moises.

Natanael es el primero que muestra cierto rango de duda, pero Felipe no se enfrasca en un proceso apologetico profundo, Felipe simplemente le dice “Ven a ver”. Nuevamente el verbo “ver” cobra relevancia. Aunque quien iba con la intención de “ver” es Natanael, quien ejecuta la acción de ver por primera vez es el Señor Jesús.

Tras su encuentro con Jesús Natanael realiza 2 declaraciones interesantes: Jesús es el Hijo de Dios y Jesús es el rey de Israel. Llama la atención la progresión de Jesús a lo largo de este pasaje. Mientras mas profunda es la relación o conexión con Él mayor es la revelación que tienen de Él. Juan lo llama el cordero de Dios. Andrés le llama el Mesías. Felipe aquel de quien escribió Moisés y los profetas pero Natanael culmina llamandolo hijo de Dios y Rey de Israel. El poder transformador del evangelio es visible.

En la tarea del discipulado no hay atajos. Forzosamente tenemos que abrir la boca para cumplir esta tarea. Sin embargo este pasaje nos recuerda que no necesitamos ser elocuentes. Simplemente requerimos un par de palabras como “ven a ver” y con esto el Señor terminará de hacer el proceso. Si en verdad creemos que Jesús es la luz del mundo y que las tinieblas no prevalecen contra Él, que Él es la gloria del Padre lleno de gracia y de verdad, entonces no podemos hacer otra cosa mas que cumplir nuestro papel como Juan lo hizo. Nuestra invitación es a enderezar el camino del Señor para que cuando Él venga por este camino las personas procedan al arrepentimiento. No se trata del éxito o lo novedoso de nuestros programas, se trata de esencialmente cumplir con la tarea universal del discipulado. Ven a ver.