El último acto

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No debo olvidar el proceso de Dios conmigo.

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No debo olvidar el proceso de Dios conmigo

Dios tiene un plan contigo. Puedes estar caminando lejos de su propósito, en tal caso estás perdido; pero puedes estar en su propósito y si por alguna razón lo olvidas, también podrías sentirte perdido.
Si estás lejos del propósito de Dios, sin duda, estás perdido. Pero si estás en el propósito de Dios y lo has olvidado, solo te sientes perdido.
Estar perdido no es lo mismo que sentirse perdido. Podrías creer que estás perdido, pero realmente no lo estás y es hasta que llegas a cierto punto que te das cuenta que aunque no lo sentías, estabas caminando en la dirección correcta.
Por eso quiero recordarte que tienes un propósito de Dios latiendo en tu corazón, no podrás apagarlo mientras vivas. Y seguirá ahí insistiendo una y otra vez, incomodándote y haciéndote sentir insatisfecho y vacío.
Puedes olvidar el proceso de Dios en ti por…
Estás demasiado ocupado en el reino de Dios que no tienes tiempo para Dios y dejar de pasar tiempo con él a menudo nos hace olvidar su propósito.
Estás demasiado distraído con los detalles de la vida y todas sus necesidades que te desenfocas y olvidas el propósito de Dios para ti.
Es necesario que te quites la dignidad señorial para que te reencuentres con tu propósito.
Génesis 45:13–14 RVC
13 Así que cuéntenle a mi padre de toda mi riqueza en Egipto, y de todo lo que han visto. ¡Pero dense prisa, y traigan aquí a mi padre!» 14 Y llorando, José se echó sobre el cuello de Benjamín, su hermano; y también Benjamín lloró sobre su cuello.

El proceso en la vida de José

La historia de José es muy amplia y representativa, apenas podremos ver algunos momentos sobresalientes que nos ayudarán a mostrar el proceso de Dios en su vida.
Hemos empezado por el final. Aquí José es el primer ministro de una superpotencia mundial, única con recursos ilimitados después de dos años de sequía. Es rico y poderoso.
Sus hermanos lo vendieron como esclavo por celos.
Se convirtió en administrador de los bienes de un hombre rico.
Es acusado de intento de violación y echado en la cárcel de manera injusta.
En la cárcel les sirve a los demás y se gana la confianza de los ministros de justicia.
Usando sus dones, comparte con otros los misterios de Dios aunque nadie hace nada por ayudarlo aunque él parece ayudarlos a todos.
Es recomendado para interpretar el sueño del Faraón y no solo lo hace sino que entrega a Faraón una guía de cómo afrontar lo que viene.
Demuestra su capacidad guiando al imperio egipcio en medio del hambre y la sequía, salvando no solo el imperio sino a otras naciones vecinas.
¿Qué nos hace volver al proceso de Dios para nosotros?
Las emociones. Estoy convencido que las emociones tienen como parte de su propósito el volvernos al proceso de Dios en nuestra vida.
Las emociones pueden ser detonadas a través de:
Rupturas emocionales o familiares
Crisis en la vida
Las emociones nos hacen volver a nuestro yo más auténtico y es ahí donde retomamos lo esencial: el proceso de Dios en nosotros.
Anécdota: el hervidor eléctrico en casa de mis papás que tenía el cable adentro y no lo encontrábamos.

Ver el final nos mantiene enfocados durante el camino

Vemos la historia de José y al leerla pasamos por alto la magnitud de sus aflicciones porque conocemos el final.
Este es un secreto que develamos hoy: enfócate en el final.
¿Cuál es el final?
Apocalipsis 22:12–14 NTV
12 «Miren, yo vengo pronto, y traigo la recompensa conmigo para pagarle a cada uno según lo que haya hecho. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin». 14 Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida.
Al final hay esperanza. Al final obtenemos la victoria. Al final tendremos retribución por los sacrificios.
Todo lo que estés haciendo hoy verá su reconpensa más allá del presente.
No olvidez el proceso de Dios en tu vida. No olvidez para quién lo haces.
Estas no son frases motivadoras para aprovecharnos de ti, es ver el final y hallar un motivo suficientemente poderoso para no dejar de hacer el bien.

El proceso de Dios está más allá de las circunstancias presentes

Cuando vemos la vida de José entendemos ese proceso.
Pero vivir el proceso no es fácil, porque a menudo no conocemos de qué se trata el siguiente paso que debemos dar.
Noticia importante: no lo sabrás, porque el siguiente paso es un paso de fe. A esto se le llama una vida de fe. Se trata de creerle a Dios, no de confiar en ti.
Génesis 45:7–8 NBLA
7 »Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en la tierra, y para guardarlos con vida mediante una gran liberación. 8 »Ahora pues, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, sino Dios. Él me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.
José reconoció que todo lo que había ocurrido no se trataba de él.
José entendió que todo lo que había ocurrido por había sido causado por sus hermanos.
José comprendió que todo lo que había ocurrido formaba parte de un propósito más grande que él, que su presente y que sus circunstancias. Él estaba ahí para cumplir un propósito que resonaría en el futuro, cientos de años después.
La preservación de los hijos de Israel era clave para la llegada del mesías, lo cual era clave para tu salvación, lo cual es clave en la restauración final de toda la creación.
Tu circunstancia presente se trata de algo más que lo que vives en el presente. Si es respecto a otra persona, no se trata de esa persona. Si es sobre finanzas, no se trata de ese monto. Si es sobre ministerio, no se trata de esa situación. Hay un propósito mayor y lo que no debes olvidar es tu proceso.
Si tu enfoque está solo en la situación o momento presente, arriesgas todo tu proceso. Debes ir más allá de ello.
Si José se hubiera rendido cuando cayó en la cárcel después de ser un administrador de confianza, no hubiera cumplido su propósito.
Filipenses 1:6 NBLA
6 Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
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