LECHE ESPIRITUAL

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1 Pedro 2:1–3 (RVR60)
1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
2desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
3si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
ILUSTRACIÓN
La Lección del Pino
¡Miren al arbol pino! Alto, fuerte, impresionante a simple vista. Parece el rey del bosque.
Pero, ¿qué sucede bajo su sombra imponente? Nada crece allí. Es un gigante solitario, porque su presencia impide que otros puedan vivir a su lado, excepto de su misma especie
Su follaje es tan denso que bloquea por completo la luz del sol, haciendo imposible la vida debajo de él.
Sus raíces son egoístas, absorben toda el agua y los nutrientes, dejando el suelo seco, agotado, muerto.
¿Qué resultado hay? Un lugar desértico, sin vida ni esperanza alrededor del pino.
La Lección del Cedro
Ahora miremos al cedro, también fuerte, alto y majestuoso.
¡Pero qué gran diferencia! El cedro no solo crece, sino que permite y fomenta que otros crezcan junto a él.
Sus ramas son abiertas y generosas, dejan que la luz del sol bañe el suelo, dando vida a todo alrededor.
Sus raíces comparten agua y nutrientes, son generosas, nutren a otros.
¿Qué resultado hay cerca del cedro? Flores, árboles, plantas que crecen sanas, fuertes, llenas de vida y esperanza.
Aplicación Espiritual
Ahora reflexiona conmigo: ¿Quieres ser como el pino, fuerte pero solitario, creciendo tú solo y dejando vacío a tu alrededor?
¿O quieres ser como el cedro, fuerte y generoso, creciendo y permitiendo que otros crezcan contigo?
Como cristianos debemos ser como el cedro, permitir que otros crezcan junto a nosotros.

1. EL DESEO DE VERTE CRECER

A. Una carga especial en el corazón
Todo predicador, pastor, apóstol o maestro tiene un deseo profundo, una carga en su corazon: “El deseo de ver crecer a los creyentes”.
Esta carga espiritual es genuina y es bíblica, porque se desea ver a cada miembro madurar y avanzar en su vida cristiana.
B. Un deseo por toda la familia en Cristo
No se trata solo de algunos creyentes, solo de algunos lideres, sino de toda la familia en Cristo Jesús.
“Porque cuando cada creyente crece, toda la iglesia se fortalece”.

1. EL DESEO POR VERTE CRECER:

Los hombres y mujeres verdaderos de Dios no solo quieren crecer ellos mismos, sino que desean profundamente ver crecer también a quienes están a su alrededor.
Este deseo se refleja en la Biblia en varias ocasiones:

a. Moisés con Josué

Moisés sacó a Israel de Egipto y humanamente merecía entrar a la tierra prometida, pero Dios decidió que fuera Josué quien entrara.
Moisés aceptó humildemente esta decisión y preparó a Josué con amor y sin egoísmo para liderar al pueblo.
Deuteronomio 31:7–8 (RVR60)
7Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar.
8Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.

b. Samuel con Saúl

Samuel había sido el último juez de Israel. Para él, entregar el liderazgo a un rey era difícil, porque significaba que su propio tiempo como juez terminaba.
Pero Samuel obedeció a Dios con humildad. Ungió a Saúl con obediencia, porque su deseo era ver crecer a Saúl en el liderazgo que Dios le estaba dando.
1º Samuel 10:1 (RVR60)
1Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?

c. Elías con Eliseo

Elías fue un gran profeta, reconocido en todo Israel. Cuando llegó el momento de partir, en lugar de preocuparse solo por él mismo, tambien penso en su discípulo Eliseo.
Elias le pregunta a Elíseo que quiere que haga por el antes de que sea arrebatado:
2º Reyes 2:9 (RVR60)
9Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
2.Viajemos al nuevo testamento:

d. Juan el Bautista con Jesús

Juan el Bautista era reconocido y respetado por todo el pueblo. Sin embargo, cuando llegó Jesús, Juan decidió dar un paso atrás para que Jesús creciera y fuera exaltado.
Juan se despojó de su fama y reconocimiento, Su deseo era ver crecer a Jesús, aun si eso significaba menos protagonismo para él.
Juan 3:26–30 (RVR60)
26Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
27Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
28Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
29El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
30Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.

e. Bernabé con Pablo

Pablo, antes llamado Saulo, había perseguido duramente a los cristianos. Los encarcelaba y aprobaba incluso su muerte.
Por eso, después de su conversión, muchos no creían en él y le tenían miedo.
Pero Bernabé creyó en su cambio. Él decidió ayudar a Pablo, presentándolo ante los apóstoles.
Bernabé deseaba sinceramente que Pablo creciera, sin importarle que Pablo llegara a ser más reconocido que él mismo.
Hechos de los Apóstoles 9:26–27 (RVR60)
26Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.
27Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús.

h. Pablo con los Colosenses

Pablo oraba siempre por el crecimiento de la iglesia
Cuando Pablo escribió a los Colosenses, mostró claramente su profundo deseo de verlos crecer.
Él quería que crecieran en sabiduría, en conocer más profundamente a Dios, y en hacer siempre lo bueno.
Colosenses 1:9–10 (RVR60)
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
Parte Final:

A. Hay un deseo bien marcado en la Biblia

En la Biblia podemos identificar algo muy claro en los verdaderos siervos de Dios: Hay un profundo deseo por ver crecer a otros.
Ellos no solo buscaban crecer ellos mismos; su mayor alegría era ver cómo otros maduraban y avanzaban en Dios.
B. Este deseo debe estar también en nosotros
I. Nosotros también debemos desear profundamente ver crecer a nuestro prójimo.
II. Este deseo, tan marcado en la Biblia, debe ser también parte de nuestra vida cristiana.
Texto Base:
1 Pedro 2:1–3 (RVR60)
1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones,
Malicia: Deseo de hacer daño o actuar con mala intención contra otros.
Engaño: Mentira o falsedad para aprovecharse o engañar a otros.
Hipocresía: Fingir ser o sentir algo que en realidad no se es o no se siente; ser falso.
Envidias: Deseo de tener lo que otros tienen, acompañado de resentimiento o molestia.
Detracciones: Hablar mal de alguien a sus espaldas; criticar injustamente o difamar a otros.
1 Pedro 2:2–3 (RVR60)
2desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
3si es que habéis gustado la benignidad del Señor.

1.¿Qué hace el médico cuando nace un bebé?

A. Limpia sus vías respiratorias
El médico revisa rápidamente que el bebé pueda respirar bien. A veces succiona cualquier líquido o mucosidad de su nariz y boca para que pueda respirar libremente.
B. Estimula el llanto
Si el bebé no llora de inmediato, el médico le da un suave golpe o masaje en la espalda. Esto es importante porque el llanto activa sus pulmones y garantiza que respire correctamente.
C. Contacto piel a piel con la madre
Después, coloca al bebé sobre el pecho de su madre. Este contacto calma al bebé y estimula su instinto natural de buscar alimento, es decir, la leche, nadie le enseña, este es un instinto.

2. ¿Cómo desea el bebé la leche en ese momento?

Desde el primer minuto de vida, el bebé tiene un instinto natural y fuerte por buscar leche.
Incluso sin ver, sabe exactamente cómo encontrar el pecho de su madre y empieza a chupar con urgencia y necesidad.
¡Esa es la imagen que Pedro usa para decirnos cómo debemos anhelar la Palabra de Dios!

3. Si un bebé recién nacido no desea la leche, eso indica claramente que algo no está bien.

Puede significar dos cosas principalmente:
Está enfermo o débil:
Un bebé que no quiere alimentarse probablemente está enfermo o tiene alguna dificultad.
Esto preocupa a los médicos y a los padres, porque sin leche, el bebé no puede sobrevivir.
No tiene vida:
En el peor de los casos, si un bebé recién nacido no muestra ningún deseo de alimentarse, puede significar tristemente que el bebé no tiene vida.

Aplicación espiritual

Así mismo, si alguien que dice ser creyente no tiene ningún deseo por la Palabra de Dios, esto indica que algo no está bien espiritualmente.
Tal vez esa persona está enferma espiritualmente o, peor aún, no tiene vida espiritual.

4. El hambre del bebé recién nacido es única

A. Alimentación automática antes del nacimiento
Antes de nacer, el bebé es alimentado automáticamente por el cordón umbilical.
No siente hambre ni esfuerzo; todo llega sin esfuerzo.
B. Primera vez con hambre real
Al nacer, todo cambia. Por primera vez siente hambre real, intensa y desesperante.
Ahora debe esforzarse para buscar alimento.
C. Primera experiencia de alivio y satisfacción
Cuando prueba la leche por primera vez, experimenta un alivio y satisfacción únicos.

Aplicación espiritual

A. Antes dependíamos de otros
Al principio, como bebés, dependíamos de otros para aprender de Dios, nos alimentaban por el cordón umbilical.
Pero llego el tiempo Milej de que crezcas!
Busca la leche! agarra el pecho de la palabra santa y bendita de Dios!
B. Ahora debemos buscar la Palabra nosotros mismos
Como el bebé que ya no recibe alimento automático, ahora debemos buscar personalmente la Palabra.
Dejar que la palabra nos nutra, nos haga crecer!
C. Nuestro deseo debe ser intenso
Pedro dice que deseemos la Palabra con urgencia e intensidad, como un bebé recién nacido busca leche.
D. Sin deseo no hay crecimiento
Si no deseamos la Palabra, algo anda mal espiritualmente. Sin ese deseo intenso, no creceremos.
E. Buscar la Palabra es buscar vida
La Palabra es nuestro alimento esencial. Debemos buscarla siempre, porque en ella está nuestra vida espiritual.
¡Así debemos anhelar siempre la Palabra de Dios!
CONCLUSION:

Declaración profética: Muchos bebés espirituales se levantarán

Profetizo que en la Iglesia se levantarán muchos bebés espirituales, hambrientos por la Palabra de Dios. Vienen tiempos donde una gran cosecha de nuevos creyentes llegará, deseando conocer profundamente a Cristo.
Pero aquí está nuestro desafío, siervos de Dios: Debemos ser buenas nodrizas espirituales. Como dice Pablo en 1 Tesalonicenses 2:7-8:
«Fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas.»
No basta con solo predicarles; necesitamos alimentarlos con ternura, paciencia y amor, como una madre alimenta a sus hijos. ¡Debemos estar preparados para darles la mejor leche espiritual y cuidar de ellos hasta que crezcan fuertes en el Señor!
4o
anotaciones importantes:
la ilustracion de los cnagrejos que nadie quiere que sobresalga
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