Una gloriosa revelación
Introducción
Las características de la revelación
Las bendiciones del Señor descienden tanto sobre la persona que lee en voz alta las palabras de este Apocalipsis en el servicio local de culto como sobre los oyentes que escuchan con reverencia y obediencia esas palabras.
La palabra bienaventurado a veces se traduce como «feliz», pero su significado es más que felicidad. Apunta hacia «Dios de quien fluyen todas las bendiciones
La introducción de la revelación
El eterno Dios es la fuente de todas las bendiciones de la salvación, toda gracia, y toda paz.
El Espíritu Santo en toda su gloria y plenitud envía gracia y paz a los creyentes; Él es el espíritu de gracia (He. 10:29) y produce paz en la vida de los creyentes
Él también se ve en la gloria de su exaltación. Es apropiado que Juan mencione a Cristo al final, y dé una completa descripción de Él, ya que es el tema del libro de Apocalipsis. Un fiel testigo es alguien que siempre dice y representa la verdad, y esto sin duda caracteriza al Señor Jesucristo
el primogénito de los muertos, no significa que Él fuera cronológicamente el primero en resucitar de los muertos. Hubo resurrecciones antes de la suya en el Antiguo Testamento
Prōtotokos no significa primogénito en secuencia de tiempo, sino más bien primero en preeminencia. De todos los que han resucitado y resucitarán, Él es el más importante.
el soberano de los reyes de la tierra, describe a Cristo como soberano absoluto sobre los asuntos de este mundo
La descripción de la revelación
El conocimiento de que su Sumo sacerdote se estaba moviendo en medio de ellos con compasión para cuidarlos y protegerlos, proporcionó un gran consuelo y esperanza a las iglesias perseguidas.
Esta es la voz de poder soberano, la voz de autoridad suprema, la misma voz que un día ordenará a los muertos que salgan de los sepulcros
Deben ser instrumentos por medio de los cuales Cristo, la cabeza de la Iglesia, establezca su dominio. Por eso las normas para el liderazgo en el Nuevo Testamento son tan elevadas. Tener el encargo de ser como un intermediario por medio del cual el Señor Jesucristo domina a su iglesia es tener el llamado a una responsabilidad muy seria