La necesidad de un redentor
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25 Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
25 Yo sé que vive mi Defensor,
que se alzará el último sobre el polvo,
26 que después que me dejen sin piel,
ya sin carne, veré a Dios.
La necesidad de un redentor
La razón de pedir o necesitar de un redentor
Este mensaje tiene como finalidad informar sobre la importancia del redentor.
¿Cuales son las razones de la necesidad de un redentor?
Razones
Expositivo
Doctrinal
Ilustración:
Redentor: La palabra es goel, que por lo general denota el pariente más cercano.
Tal persona es la responsable de vengar la sangre, en caso de asesinato;
Es el que “redime” el estado del muerto, o se encarga de producir una posteridad para el muerto, en el matrimonio.
Por lo tanto es el defensor, el vengador, el que salva de la opresión, el liberador.
Dios es precisamente esto para el mundo, y de un modo que ningún otro podría jamás serlo
Ex. 6:6; 15:13
Sal. 74:2
Job ve a Dios, finalmente, levantándose para defender su honor.
P.D
En esta sección del texto Job busca defenderse ante la justicia de Dios, “yo se que mi redentor vive”
O.T
Comprendido el texto bíblico de esta forma, la iglesia es invitada a refugiarse en el redentor aún en la culpa.
l.3 Primera razón de la necesidad de un redentor es: Ante una acusación
l.3 Primera razón de la necesidad de un redentor es: Ante una acusación
1Respondió entonces Job, y dijo:
2¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma,
Y me moleréis con palabras?
3Ya me habéis vituperado diez veces;
¿No os avergonzáis de injuriarme?
1 Entonces Job volvió a hablar:
2 «¿Hasta cuándo me torturarán?
¿Hasta cuándo intentarán aplastarme con sus palabras?
3 Ya me han insultado diez veces.
Deberían avergonzarse de tratarme tan mal.
1 Job respondió:
2 «Tanta palabrería de ustedes
me atormenta y me lastima;
¿Cuándo van a dejarme en paz?
3 Una y otra vez
me insultan sin compasión.
¡Debería darles vergüenza!
Al principio de su réplica a Bildad, Job se queja de la actitud poco bondadosa de sus amigos. ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma?
Pero se trata de algo más grave que una simple molestia. La condenación de sus amigos amenaza con romperlo en pedazos (molerlo).
No solamente han sido incapaces de aliviar su dolor con su consuelo (16:4–6), sino que de hecho lo han aumentado.
ll. 3 Segunda razón de la necesidad de un redentor es: Ante la culpa
ll. 3 Segunda razón de la necesidad de un redentor es: Ante la culpa
4Aun siendo verdad que yo haya errado,
Sobre mí recaería mi error.
5Pero si vosotros os engrandecéis contra mí,
Y contra mí alegáis mi oprobio,
6Sabed ahora que Dios me ha derribado,
Y me ha envuelto en su red.
4 Aunque yo hubiera pecado,
eso es asunto mío y no de ustedes.
5 Creen que son mejores que yo
al usar mi humillación como prueba de mi pecado;
6 pero es Dios quien me hizo daño
cuando me atrapó en su red.
4 Aun cuando yo haya pecado,
eso no les afecta.
5 Lo que ustedes realmente quieren
es sentirse mejores que yo;
se aprovechan de verme humillado
para lanzarme sus ataques.
6 Pero voy a decirles algo:
es Dios quien me hizo daño,
¡es Dios quien me tendió una trampa!
La repetida condena sólo consigue aumentar su carga. Las diez veces (3) que sus amigos lo han injuriado.
“sobre mí recaería mi error”, puede significar que sean cual fueren los errores que Job haya podido cometer, son tan insignificantes que a nadie podrían interesarle, excepto a él mismo.
Dios no puede querer castigarlo por infracciones tan veniales de su voluntad, y sus amigos debieran, por lo tanto, dejarlo en paz.
Sea como fuere, Job desea que sus amigos sepan que está de acuerdo con ellos en un punto.
lll. 3 Tercera razón ante la necesidad de un redentor es: Ante una persecución
lll. 3 Tercera razón ante la necesidad de un redentor es: Ante una persecución
20Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos,
Y he escapado con sólo la piel de mis dientes.
21¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha tocado.
22¿Por qué me perseguís como Dios,
Y ni aun de mi carne os saciáis?
20 Quedé reducido a piel y huesos
y he escapado de la muerte por un pelo.
21 »Tengan misericordia de mí, amigos míos, tengan misericordia;
porque la mano de Dios me ha golpeado.
22 ¿Me perseguirán ustedes también como lo hace Dios?
¿Ya no me han despellejado bastante?
20 La piel se me pega a los huesos;
¡estoy a un paso de la muerte!
21-22 »Amigos míos,
¡tengan lástima de mí!
Dios se ha vuelto mi enemigo,
no hagan ustedes lo mismo.
La traición de los más cercanos tiene una larga resonancia bíblica (ver Sal 41:9; Lm 1:2), que se proyecta sobre la figura del Salvador (ver Lc 22:48).
Job apela finalmente a la compasión que se espera de amigos y allegados.
Solo un redentor lo puede hacer es la razón de la necesidad de un redentor.
lV. 4 Cuarta razón ante la necesidad de un redentor es: Ante una defensa
lV. 4 Cuarta razón ante la necesidad de un redentor es: Ante una defensa
25 Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo;
26 Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios;
27 Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
25 »Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive,
y un día por fin estará sobre la tierra.
26 Y después que mi cuerpo se haya descompuesto,
¡todavía en mi cuerpo veré a Dios!
27 Yo mismo lo veré;
así es, lo veré con mis propios ojos.
¡Este pensamiento me llena de asombro!
25 Yo sé que vive mi Defensor,
que se alzará el último sobre el polvo,
26 que después que me dejen sin piel,
ya sin carne, veré a Dios.
27 Sí, seré yo quien lo veré,
mis ojos lo verán, que no un extraño.
Se consume mi vigor en mi interior.
Es llevado una vez más hasta el extremo de la desesperación, pero encuentra algo dentro de sí mismo que se niega a admitir que ha de ser totalmente abandonado por Dios. “Yo se que mi redentor vive”
En este momento ha sido dejado solo, tanto por Dios como por los hombres. Pero Dios aparecerá, para restaurarlo.
concluye, finalmente, con la queja plañidera, ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí! (21).
Se da cuenta, repentinamente, en su nivel más hondo, que posee un Redentor viviente (25).
Hay esperanza para la vida después de la intervención del redentor
1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.