Tema: Camina en Fe y Confianza en Medio de la Tormenta

Tema: Camina en  Fe y Confianza en Medio de la Tormenta

Introducción: Queridos hermanos y hermanas, hoy quiero traerles un mensaje de esperanza y fe basado en una de las historias más inspiradoras de la Biblia: Jesús caminando sobre las aguas. A menudo nos encontramos en medio de tormentas en nuestra vida, momentos de dificultad e incertidumbre que nos hacen dudar y perder la paz. Pero Jesús, con Su gran amor y poder, nos invita a caminar sobre esas aguas turbulentas con fe y confianza en Él.

Texto Mateo 14:22-29 (RVR1960), leemos que Jesús hizo que Sus discípulos subieran a una barca y cruzaran al otro lado del mar, mientras Él se quedaba para despedir a la multitud y subir al monte a orar. Mientras la barca estaba siendo azotada por el viento y las olas, Jesús vino a ellos caminando sobre el agua. Imaginen la escena: la tormenta, la oscuridad, y de repente, la silueta de Jesús caminando hacia ellos. Los discípulos estaban aterrados, pero Jesús les dijo: “¡Ten ánimo! ¡Yo soy, no temáis!”

Es en medio de esta escena que Pedro, lleno de fe, le dijo a Jesús: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”. Y Jesús, con Su amorosa invitación, simplemente dijo: “Ven.” Entonces, Pedro descendió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas para ir a Jesús. ¡Qué momento tan extraordinario de fe y confianza!

A- Caminando Sobre las Aguas

Mirando Fijamente a Jesús

La historia de Pedro caminando sobre el agua es una representación perfecta de lo que significa vivir una vida de fe. Mientras Pedro mantenía su mirada en Jesús, pudo caminar sobre las aguas. Pero en el momento en que desvió su atención y miró las olas y el viento a su alrededor, comenzó a hundirse. Este es un recordatorio para nosotros: si mantenemos nuestra mirada fija en Jesús, podremos atravesar cualquier tormenta, caminar sobre cualquier dificultad y superar cualquier obstáculo.

‘La fe auténtica nos lleva a confiar en Dios incluso cuando las circunstancias son adversas, sabiendo que Él tiene el control y nos sostiene en medio de la tempestad.’ Cuando centramos nuestra atención en Cristo, Él nos da el poder para caminar sobre las aguas, superar nuestras circunstancias y vencer cualquier temor que quiera paralizarnos.

B- Los Vientos Contrarios

Pruebas y Desafíos

La vida está llena de vientos contrarios, situaciones difíciles que nos quitan la paz y nos hacen dudar. Preguntémonos hoy: ¿Cuáles son los vientos contrarios que están azotando tu vida? Tal vez sea una preocupación financiera, una enfermedad, una relación rota, o simplemente la ansiedad y el miedo al futuro. Cualquiera que sea tu tormenta, Jesús quiere recordarte que Él está contigo y que puedes caminar sobre las aguas si confías en Él.

Como dice la Escritura en Isaías 41:10 (RVR1960): “No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia.” Dios no nos promete una vida sin problemas, pero sí nos promete Su presencia y Su ayuda en medio de cada tormenta. Así como Jesús extendió Su mano a Pedro cuando comenzó a hundirse, Él también está extendiendo Su mano a nosotros, dispuesto a levantarnos y sostenernos en medio de cualquier dificultad.

C- No Desvíes Tu Mirada

La Fe que Nos Sostiene

Una de las lecciones más importantes que podemos aprender de esta historia es la necesidad de mantener nuestra mirada fija en Jesús. Cuando Pedro miraba a Jesús, pudo caminar sobre el agua. Pero cuando comenzó a enfocarse en el viento y las olas, su fe flaqueó y comenzó a hundirse. ¿Cuántas veces nos sucede lo mismo? Nos enfrentamos a problemas y desafíos, y en lugar de mirar a Jesús, nos enfocamos en nuestras circunstancias, permitiendo que el miedo y la duda nos dominen.

Dios quiere que pongamos toda nuestra confianza en Él. Como dice Hebreos 12:2 (NVI): “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe.” Mantener nuestros ojos en Jesús significa confiar en Su Palabra, creer en Sus promesas, y depender de Su fuerza. Él es nuestra roca firme, y si permanecemos en Él, podremos superar cualquier tormenta.

 “La carrera de la fe“: “La fe no es una ‘fe ciega’. Uno no entra con los ojos cerrados. De hecho, la Biblia nos invita a abrir nuestros ojos a la realidad; nos llama a salir de la oscuridad y a entrar en la luz.” Debemos decidir diariamente poner nuestra confianza en Jesús, sabiendo que Él es capaz de hacer lo imposible y llevarnos a través de cualquier tormenta.

D- Camina con la Armadura de Dios

Equipados para la Batalla

Dios no solo nos llama a caminar sobre las aguas, sino que también nos da las herramientas y armas espirituales para vencer cualquier ataque del enemigo. La Escritura nos exhorta en Efesios 6:11 (RVR1960): “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” Para caminar en victoria, debemos vestirnos con la armadura de Dios: el yelmo de la salvación, el escudo de la fe, la espada del Espíritu, y la coraza de justicia. Estas son las armas espirituales que nos permiten mantenernos firmes en medio de cualquier viento contrario y caminar en la verdad de Dios.

Cuando enfrentamos pruebas y desafíos, debemos recordar que no luchamos solos. Dios está con nosotros, y Él nos ha equipado con todo lo que necesitamos para vencer. No permitas que el miedo o la duda te paralicen; toma la armadura de Dios y pelea la buena batalla de la fe, sabiendo que Dios pelea por ti y que Él es quien te sostiene.

Aprendiendo a Vivir en Paz en Medio de la Tormenta

La vida cristiana es un ciclo de tiempos de calma y tiempos de tormenta. Es inevitable que enfrentemos momentos de dificultad, pero lo que marca la diferencia es cómo respondemos a esas tormentas. La paz no se encuentra en la ausencia de problemas, sino en la presencia de Dios en medio de ellos. Como dice Filipenses 4:7 (RVR1960): “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.“

Dios quiere que aprendamos a tener paz en medio de la tormenta. Esta paz viene cuando ponemos nuestra mirada en Él, cuando confiamos en Sus promesas, y cuando permitimos que Su Espíritu Santo gobierne nuestra vida. Es posible tener una paz inquebrantable, incluso cuando las olas y los vientos de la vida nos rodean. Esa paz es el resultado de una fe firme en el Dios que controla todo y que tiene el poder para calmar cualquier tormenta.

La Fe que Te Lleva a Caminar Sobre las Aguas

Jesús nos llama a tener una fe que desafíe lo natural, una fe que nos impulse a salir de nuestra zona de confort y caminar sobre las aguas. Como Pedro, debemos estar dispuestos a salir de la barca y caminar hacia Jesús, confiando en que Él nos sostendrá. Esta es la fe que Dios quiere que tengamos: una fe que no se deja intimidar por las circunstancias, una fe que se atreve a creer que todo es posible con Dios, una fe que nos impulsa a caminar sobre cualquier problema o dificultad.

Mateo 21:22 (RVR1960) nos recuerda: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.” Si ponemos nuestra confianza en el Señor y en la fuerza de Su poder, podremos superar cualquier viento contrario que esté azotando nuestra vida. La fe sobrenatural es la que nos lleva a hacer lo imposible, a caminar sobre las aguas y a vencer cualquier temor o duda que quiera hundirnos.

Conclusión

Camina Sobre las Aguas con Jesús

Hermanos y hermanas, hoy es el día para decidir caminar sobre las aguas con Jesús. No importa cuán grandes sean las olas o cuán fuerte sea el viento; si ponemos nuestra mirada en Jesús, podremos caminar en victoria. No permitas que el miedo te paralice, ni que las circunstancias te hagan perder la fe. Recuerda que Jesús está contigo, extendiendo Su mano y diciendo: “¡Ten ánimo! ¡Yo soy, no temáis!”

Camina sobre tus problemas, sobre tus miedos, y sobre cualquier dificultad que enfrentes. Jesús está delante de ti, listo para levantarte y sostenerte. Permanece firme en la fe, vestido con la armadura de Dios, y ten la certeza de que el Dios que te llama a caminar sobre las aguas también te dará la fuerza y la valentía para hacerlo.