Mucho tiempo al poco tiempo Hechos 9:23-25
Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 5 viewsNotes
Transcript
Introducción – El testimonio de alguien que quiso cambiar
Introducción – El testimonio de alguien que quiso cambiar
Hace años, había un joven en una iglesia que no tenía buena fama. Iba a las reuniones de jóvenes, pero apenas terminaban, se paraba afuera con sus amigos —había cuatro o cinco carros esperando— y se llevaba a varios muchachos… no a evangelizar, sino a fiestas, discotecas y cualquier lugar, menos a la voluntad de Dios.
Era tan conocido por su mala influencia, que ni los líderes confiaban en él. Su vida era una contradicción. Había crecido en la iglesia, pero su corazón estaba muy lejos de ella.
Un día, ese joven quiso cambiar. Dios comenzó a tocar su vida. Incluso se metió al seminario para estudiar. Pero cuando hablaba con sus viejos amigos para animarlos a volver a Dios, muchos no le creían. Uno de ellos siempre le decía: “¿Y tú quién eres para hablarme de Dios?”, y lo hacía sentir sin autoridad, como si no tuviera derecho a hablar.
Aún hoy, ese joven a veces agacha la cabeza cuando se encuentra con conocidos de su pasado. Pero también ha visto a Dios transformar su vida. Como aquel día en que un viejo compañero llegó a venderle un seguro. Al verlo con su esposa, le dijo con sarcasmo: “¿Túuuu? ¡No puedo creer que seas pastor!”
Se rieron, se pidieron perdón, y más adelante, ese mismo amigo lo llamó borracho, quebrado por una traición amorosa. Le pidió ayuda. Y ahora, ese amigo asiste a una iglesia y tiene su empresa.
¿Quién era ese joven?
Ese joven era yo.
Y si algo aprendí en ese proceso fue esto:
Dios cambia vidas, pero muchas veces lo hace con tiempo, con lucha y con fruto.
Texto base:
23 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle;24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Contextualización: El contraste que nos abre los ojos
Contextualización: El contraste que nos abre los ojos
Lucas pone dos frases clave en este capítulo:
Verso 20: “En seguida predicaba a Cristo…”
Verso 23: “Pasados muchos días…”
Este contraste revela una verdad profunda:
“Aunque la conversión de Saulo fue instantánea, el proceso de integración, aceptación y validación tomó tiempo”.
El propósito cambió en un momento, pero el testimonio se afirmó con los días.
Y eso también es parte del diseño de Dios.
I. El propósito cambia en un instante, pero el testimonio se afirma con el tiempo
I. El propósito cambia en un instante, pero el testimonio se afirma con el tiempo
20 En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.21 Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?22 Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
Saulo pasó de perseguidor a predicador. Predicaba a Cristo “en seguida” y confundía a los judíos. Pero el verso 21 nos recuerda que su pasado estaba fresco. Todos sabían quién había sido, y eso generaba temor, sospecha, dudas.
Verdad bíblica:
“Dios cambia el corazón de inmediato, pero el testimonio toma tiempo en afirmarse en la mente de las personas”.
Reflexión personal:
Eso también nos pasa. Uno quiere cambiar, seguir a Dios, y lo primero que se levanta no es la aprobación, sino las dudas, las críticas y los recuerdos. Pero si Dios ya vio el cambio, no necesitamos demostrarle nada a nadie.
Aplicación:
No dejes que tu pasado defina tu presente. Tu fidelidad hablará más fuerte que tus errores.
II. La transformación toma tiempo, y eso también es parte del plan de Dios
II. La transformación toma tiempo, y eso también es parte del plan de Dios
23 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle;
“Pasados muchos días…” no es un relleno. Es una declaración del proceso.
El cambio verdadero no siempre es visible al instante. Pero si es real, el tiempo lo confirma.
Ejemplo cotidiano:
Cuando el testimonio comienza a ser claro, la gente empieza a tratarte distinto. No porque te admiren, sino porque respetan lo que representas.
Ya no te invitan a pecar. Ya no hablan igual delante tuyo.
No eres tú… es lo que llevas dentro.
Principio:
“Lo que antes era una vergüenza, ahora es evidencia del poder de Dios”.
III. El mismo que fue enviado para destruir, ahora es perseguido por predicar
III. El mismo que fue enviado para destruir, ahora es perseguido por predicar
24 pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Los judíos que antes lo esperaban como aliado, ahora lo quieren matar.
Saulo era clave para ellos antes… y ahora lo es aún más para la iglesia.
Contraste:
Entró con cartas para destruir, sale con un testimonio para edificar.
La misma ciudad que iba a recibirlo con complicidad, ahora lo rechaza con violencia.
Aplicación:
Cuando predicas a Cristo con tu vida, no siempre serás aplaudido.
Pero si eres fiel, el rechazo de los hombres es una señal de que estás avanzando.
IV. La iglesia que antes lo temía, ahora lo protege y lo respalda
IV. La iglesia que antes lo temía, ahora lo protege y lo respalda
25 Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta.
Los discípulos lo bajan en una canasta.
La iglesia que antes dudaba, ahora lo ayuda a seguir adelante.
Aplicación:
Dios puede usar incluso a los que un día temieron tu pasado, para bendecir tu presente.
Cuando hay fruto, la iglesia lo reconoce. Y el cielo lo respalda.
Conclusión: Del mucho tiempo… al propósito eterno
Conclusión: Del mucho tiempo… al propósito eterno
Saulo llegó con planes humanos… y salió con una misión divina.
Pasó de destructor a defensor.
De temido… a protegido.
De enemigo… a testigo.
“Todo empezó rápido, pero se consolidó con tiempo”.
Y así es también con nosotros.
Aplicaciones finales – Porque el cambio toma tiempo, pero Dios no se detiene
Aplicaciones finales – Porque el cambio toma tiempo, pero Dios no se detiene
Para los creyentes que anhelan un cambio y aún no lo ven:
• No tienes que demostrarle nada a nadie. Este es un asunto personal con Dios.
• El Espíritu Santo está obrando en ti, aunque no lo sientas.
• La transformación verdadera no es inmediata, es progresiva.
• Sé paciente contigo mismo. Dios no ha terminado su obra.
“No estás estancado, estás en proceso. Y lo que Dios empieza, Él lo termina”.
Para los que creen que todo cambio debe ser inmediato:
• No todos crecen al mismo ritmo.
• Cada historia de conversión es distinta.
• El tiempo de Dios no es igual al tuyo.
• El Espíritu Santo da fruto en su tiempo, no por presión humana.
“Dios no necesita que apresures a nadie. Solo confía en que Él sabe cómo y cuándo transformar corazones”.
Para los que juzgan o dudan del cambio de otros:
• No eres juez del proceso de nadie.
• No sabotees la obra de Dios con tus sospechas.
• Recuerda cuánta gracia necesitaste tú.
• Mide a los demás por el fruto, no por el recuerdo.
“No critiques lo que no entiendes… podrías estar viendo el inicio de un gran testimonio”.
Para los que creen que no pueden cambiar o que Dios no los aceptaría:
• Dios no espera que cambies para amarte.
• Él te acepta tal como estás, para llevarte donde jamás soñaste.
• No hay pecado que la sangre de Cristo no pueda limpiar.
• No se trata de ti, se trata de lo que Jesús ya hizo por ti.
“Si Saulo fue transformado, tú también puedes serlo. Ven tal como estás, y deja que Dios haga el resto”.
Para los líderes espirituales que acompañan procesos:
• No apures la madurez de nadie.
• Ora, guía y confía: el Espíritu Santo es quien transforma.
• No descartes a nadie demasiado pronto.
• Ve más allá del presente; mira con esperanza lo que puede llegar a ser.
“No seas obstáculo, sé canal de gracia. Alguien también tuvo paciencia contigo”.
Para los creyentes con un pasado marcado que les pesa:
• Tu pasado no te descalifica.
• Tu historia puede ser el testimonio que otros necesitan.
• Dios no se avergüenza de ti: te llama su hijo.
• Tu proceso puede sanar a otros que están comenzando.
“No escondas lo que Dios ya ha redimido. Tu vida puede ser el escenario donde su gloria brille con más fuerza”.
Frase de cierre general:
“Tal vez tu cambio no fue en un camino a Damasco, sino en noches de lucha, culpa y oración.
Pero si Dios ya comenzó su obra, no te detengas.
Porque aunque todo empezó en poco tiempo…
tomará mucho tiempo demostrarlo… y toda la eternidad disfrutarlo.”
Exhortación final:
Exhortación final:
Y después de todo esto, si alguien se pregunta:
“¿Pero y si no lo logro?”,
“¿Y si fallo en el proceso?”,
“¿Y si me canso antes de ver el fruto?”
“La respuesta no está en ti. Está en Aquel que te llamó, te salvó y te sostiene”.
24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
Tú no puedes… pero Él es poderoso.
Tú tropiezas… pero Él te guarda.
Tú cargas culpas… pero Él te presentará sin mancha.
Hoy tal vez lloras… pero un día estarás delante de su gloria con gran alegría.
“Dios empezó conmigo…
Dios no me soltará…
Y Dios me presentará sin mancha.
¡Estoy en proceso, pero estoy en Sus manos!”
Si hoy te sientes estancado…
Si tu pasado te condena…
Si estás cansado de intentar cambiar sin ver resultados…
O si crees que Dios ya no puede hacer nada contigo…
Este es tu momento. No te rindas.
El que te llamó sigue obrando.
Y Él es poderoso para terminar lo que empezó.