La caída de Acab

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La arrogancia de Acab provocaron su ruina, no quiso humillarse y reconocer a Dios.

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La caída de Acab

1º Reyes 22:1–9
1Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel. 2Y aconteció al tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel. 3Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria? 4Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos. 5Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová. 6Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey. 7Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? 8El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así. 9Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla.

Introducción

Tres años habían pasado que Acab perdonó la vida del rey de Siria Ben-adad a cambio de devolverle sus ciudades, pero Ben-adad no cumplió.
Acab lo consulta con sus siervos y acuerdan declarar la guerra.
Acab habían echo pacto con el rey de Judá Josafat, casando a su hija Atalía con Joram hijo de Josafat.
Acab pide a Josafat lo acompañe a pelear contra los Sirios para recuperar su tierra, Josafat acepta pero antes pide consulta a Jehová.
Acab reunió a 400 de sus profetas, quienes le profetizaron la victoria: 1º Reyes 22:6Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey.
Estos profetas estaban influenciados por la los deseos del rey, recibieron revelación de un espíritu de mentira.
Esto lo revela Dios en labios de Micaías:
1º Reyes 22:19–2319Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. 20Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. 21Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? 22El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. 23Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.
Cuando los deseos egoístas nos motivan a pedir profecía, Dios enviará un espíritu de mentira porque no estarán dispuestos a escuchar la Palabra de Dios .
2 Tesalonicenses 2:11–1211Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Romanos 1:28Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen
Josafat no se fía de los profeta y pregunta por algún otro profeta. Acab le responde que hay uno llamado Micaías.

Micaías hombre de Dios aborrecido

1º Reyes 22:8El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así.
A diferencia de los 400 profetas del rey, Micaías era discriminado y aborrecido porque no hablaba al rey la palabra que él quería oír.
Los que predican la Palabra de Dios no serán aceptados, serán despreciados, ignorados y rechazados.
Pero Micaías estaba dispuesto a sufrir el oprobio por causa de Dios como Pablo: Gálatas 1:10Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Los que buscan agradar a la carne van a aborrecer la Palabra de Dios, y estos son la mayoría en el mundo. Por tanto, los siervos de Dios que prediquen la verdad serán aborrecidos por la mayoría. Mateo 10:22Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
El hombre carnal no puede sujetarse a la Palabra de Dios porque son esclavos del pecado.

Micaías es tentado

Acab envía a un oficial a traer a Micaías quien lo condiciona:
1º Reyes 22:13Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito.
Este oficial ordena a Micaías profetizar cosas buenas al rey, amenazando su seguridad.
El profeta debe mantenerse fiel y firme en sus convicciones: 1º Reyes 22:14Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré.
Sin embargo en Micaías había un conflicto, pues se sentía obligado a profetizar Palabra de Dios, pero también estaba temeroso por su seguridad.
Por un momento Micaías cede a la tentación: 1º Reyes 22:15Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? El le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.
Micaías quería salir de ese momento incomodo, no quería una confrontación con el rey, por tanto, obedeció a la advertencia del oficial, profetizó mentira a Acab y Josafat.
Pero Dios no permitió que se fuera sin declarar la Palabra que tenía para Acab.
Nos sentiremos tentado a decir a las personas Palabras que no las ofenda con tal de ganar su simpatía, negaremos nuestra fe para no ofenderlos, pero debemos resistir esta tentación y mantenernos firmes en nuestras convicciones y nuestra fe.

Acab exige a Micaías la verdad

1º Reyes 22:16Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?
Acab sin saberlo estaba siendo instrumento en las manos de Dios para confrontar a Micaías y exhortarlo a declarar la Palabra.
Micaías no pudo resistir más: 1º Reyes 22:17Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.
La Palabra declara por Micaías de parte de Dios anunciaba la derrota de Israel y muerte de Acab.
Acab no aceptó la Palabra: 1º Reyes 22:18Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal.” Vuelve a relucir el corazón endurecido de Acab.
Arremete contra el profeta: 1º Reyes 22:26–27Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey; y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.
Micaías sufrió por declarar la Palabra de Dios, pero fue honrado cuando se cumplió la profecía y los 400 profetas mentirosos quedaron avergonzados.

Acab pretende engañar a Dios

Ben-adad se había propuesto matar a Acab: 1º Reyes 22:31Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.” Ben-adad sin saberlo estaba cumpliendo la Palabra de Dios.
Aunque Acab rechazó la profecía, la creyó y se propuso burlar la sentencia de Dios: 1º Reyes 22:29–30Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad. 30Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla.
Acab se disfrazó para que no lo reconocieran y puso como blanco a Josafat: 1º Reyes 22:32–33Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó. 33Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.
Josafat fue un buen rey, pero fue insensato al entablar amistad con el impío Acab. En esta ocasión Dios tuvo misericordia y lo libró de la muerte, pero esta relación tendría malas consecuencias.
Por eso la Biblia nos advierte: 2 Corintios 6:14No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?

Muerte de Acab

1º Reyes 22:34–38 (RVR60)
34Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido. 35Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro. 36Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra! 37Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria. 38Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado.
Una flecha tirada al aire cumplió la profecía de Micaías, el tirador sin intención lanzó la flecha, esta viajó por el campo de batalla, encontró un espacio libre en la armadura de Acab y lo hirió de muerte.
Acab pensó que podía sobrevivir a la herida y estuvo en el campo de batalla hasta la tarde, pero había perdido mucha sangre y esto le causo la muerte.
Se cumplió la Palabra Profética: 1º Reyes 22:36Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!
1º Reyes 22:17Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz.
Acab murió por su soberbia y necedad, quizo engañar a la muerte pero Dios había determinado que moriría ese día.
También se cumplió la Palabra de Elías dada tres años antes: 1º Reyes 21:19Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.
1º Reyes 22:38Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado.

Conclusión

Nadie puede engañar a Dios, nadie puede ser más sabio que Dios y tampoco escapar de sus juicios, por tanto tengamos temor de Dios.
Prestemos atención a su Palabra, no escuchemos palabra mentirosa que solo agrade a nuestros oídos. La Palabra de Dios puede ser desagradable al principio pero trae sanidad, restauración, bendición pero sobre todo salvación.
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