PASOS EN “EL CAMINO” HECHOS 9:32-35
Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 32 viewsNotes
Transcript
¿A cuántos les gusta caminar?
Yo caminaba bastante cuando era más joven…
Caminaba por Joane… después de nuestras citas.
No me importaba si era peligroso, si no había combis, si no tenía un sol.
Caminaba feliz porque estaba enamorado… y también porque ya no tenía cómo volver.
Pero también caminaba por el ministerio.
Caminaba desde la iglesia hasta mi casa, para ahorrar mis pasajes y usarlos en los taxis con Joane.
Y en esas caminatas, Dios me usó:
— Recuerdo cómo me permitió traer de regreso a la iglesia a Mau y Anita, una pareja que se había alejado… y hasta hoy siguen firmes gracias a Él.
— También me mostró su provisión fiel: muchos jueves, cuando salía tarde y cansado, el hermano Roberto Huaco —que trabajaba de taxista por la Católica— aparecía “de casualidad” y me llevaba a casa.
— Lo mismo me pasó muchísimas veces los domingos con el hermano Luis Incalla (que ya está en la presencia del Señor).
Hice dos grandes amigos caminando.
Y fue leyendo este pasaje de Pedro, que me di cuenta de algo muy claro:
Dios estaba haciendo algo en mi vida desde hace mucho, paso a paso, para que hoy esté aquí, frente a ustedes, predicando Su Palabra.
Cada paso, cada resbalón, cada caída en este camino cristiano… ha sido, es y será dirigido por el máximo y supremo Ser del universo.
Todo lo ha hecho bien. Todo lo hace para bien.
Él es sabio, Él es inteligente, y sobre todo… Él es bueno.
Siempre sabe lo que hace.
Y la forma en que planea y ejecuta sus planes… es simplemente increíble.
Y ahora, te invito a que mires atrás en tu vida…
Dos, tres semanas… dos, tres meses… dos, tres años atrás…
Y te preguntes:
¿Qué tan bueno ha sido Dios contigo?
Mira todo lo que ha hecho. Mira todo lo que te ha dado.
No estás aquí por casualidad.
Es Dios quien te ha traído para que escuches este mensaje.
Él quiere algo contigo. Te está buscando, te está llamando, y hoy quiere hablarte… a través de la vida de Pedro.
Y antes de predicarles a ustedes… hoy me voy a predicar a mí mismo.
Porque este mensaje… es en primer lugar para mí.
TEXTO BASE
TEXTO BASE
32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó.35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
VERDAD PRINCIPAL
VERDAD PRINCIPAL
Dios obra en sus hijos mientras obra con sus hijos.
A la par que hacemos su voluntad y le servimos, el está haciendo su voluntad en nosotros, tranformandonos y mejorándonos.
CONTEXTUALIZACIÓN
CONTEXTUALIZACIÓN
Todo el capítulo 9 de Hechos se ha enfocado en la transformación de Saulo:
De incrédulo religioso y perseguidor de la Iglesia, a fiel cristiano dispuesto a perder la vida por testificar que Jesucristo es Dios.
Todo el capítulo apunta a esa realidad: cambio, transformación, renovación de entendimiento.
Pero esta historia que sigue —aunque parece distinta— no es la excepción.
Aquí vemos cómo Dios también quiere transformar el pensamiento de Pedro.
Pedro sigue caminando —porque así se viajaba en ese tiempo— cumpliendo su rol pastoral: visitando a los hermanos y predicando el Evangelio.
Pero Dios lo está guiando hacia algo mucho más grande que él mismo.
Él no lo sabe aún, pero se está acercando al capítulo 10, donde descubrirá que el Evangelio también es para los no judíos.
Desde Jerusalén, donde estaba con la iglesia, ahora lo vemos en Lida, una ciudad pequeña, no muy rica, pero estratégica.
Estaba ubicada en una ruta importante entre Jerusalén y la costa mediterránea, camino hacia Jope, donde veremos la siguiente semana que resucita a una mujer —y desde allí llegará finalmente a Cesarea, donde Cornelio, un gentil romano, será salvo.
Pero antes de Cesarea… hubo un Jope.
Y antes de Jope… hubo un Lida.
Dios lleva a Pedro paso a paso.
Este momento en Lida marca el inicio de una nueva etapa en la vida y ministerio de Pedro.
Mientras él desarrolla los planes de Dios y cumple su labor pastoral, Dios lo está dirigiendo hacia una visión superior.
De una visión limitada por la iglesia en Jerusalén y su entorno, a una visión global del Reino de Dios:
“Ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas” (Hechos 10:34), dirá Pedro luego de ver el fruto del Evangelio en Cornelio.
Pero para llegar a ese “ahora entiendo”…
Pedro tuvo que pasar por Lida.
Porque mientras hacía la obra de Dios, Dios estaba haciendo Su obra en él.
Dios hacia la obra por medio de él, mientras hacia una obra tremenda en él.
DESARROLLO
DESARROLLO
1. Dios trabaja en su siervo ocupado en su obra
1. Dios trabaja en su siervo ocupado en su obra
32 Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los santos que habitaban en Lida.
“Visitando a todos” → Pedro no está pasivo ni cómodo.
Está en movimiento, fuera de Jerusalén, cumpliendo su labor pastoral.
Lida estaba a unos 50 km al noroeste de Jerusalén, un viaje a pie que requería esfuerzo, tiempo y compromiso.
Este detalle muestra que Pedro ya no está centrado solo en Jerusalén, sino que está empezando a entender la dimensión expansiva del Reino de Dios (Hechos 1:8).
Esta acción también refleja el corazón pastoral de Pedro: él va hacia los creyentes, no espera que ellos vengan a él.
Esto revela humildad, iniciativa y amor.
Verdad relevante:
Verdad relevante:
Dios trabaja en el corazón de quien está activo en Su obra.
Dios no usa a un flojo ni a un orgulloso que se cree más importante que los demás.
Aplicaciones:
Aplicaciones:
¿Estoy verdaderamente activo en la obra de Dios? ¿O solo espectando?
¿Muestro disposición, humildad y amor sirviendo a Dios y a Su iglesia?
¿Espero que vengan a mí, o yo voy hacia las personas, como Pedro?
¿Estoy dispuesto a gastar de lo mío —tiempo, dinero, comodidad— para obedecer el llamado?
¿Estoy atento a lo que Dios quiere hacer en mí mientras sirvo?
¿Estoy dispuesto a obedecer aunque no entienda todo?
¿Me gozo más en ser útil que en ser visible?
Verdad aplicada:
Verdad aplicada:
Es importante mostrar disposición y compromiso para servir a Dios donde estás y con lo que tienes a la mano.
Dios no forma a los que se quedan sentados… Él moldea mientras uno se mueve en obediencia.
Dios aprovecha cada acto de servicio para formar al siervo, fortalecer su fe y enseñarle a confiar en Él.
Cuando estoy en movimiento sirviendo, también estoy en formación divina.
2. Dios trabaja con su siervo ocupado en su obra
2. Dios trabaja con su siervo ocupado en su obra
33 Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.34 Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó.
Pedro no fue buscando un milagro, fue pastoreando.
Pero en medio de su obediencia, Dios tenía preparado un encuentro clave.
Eneas estaba postrado hacía ocho años, y Pedro “lo halló allí”. No fue casualidad.
Dios ya había preparado ese momento… solo necesitaba un siervo disponible y obediente.
Pedro está sirviendo, caminando, pastoreando. Y mientras está ocupado en su labor, Dios trabaja codo a codo con él.
Pedro no sabía que encontraría a Eneas… pero Dios sí. Ese hombre llevaba 8 años en cama, esperando el día exacto en que un siervo de Dios pasara por allí, en obediencia.
Pedro no se gloría. No dice: “yo te sano”.
Dice con toda claridad: “Jesucristo te sana”.
El mensaje es fuerte: la gloria no es mía, es de Cristo.
Yo estoy aquí, pero Él es el artífice de toda buena obra.
Y le dice que se levante y haga su cama.
Eso es restauración completa: salud física, movimiento y también dignidad personal.
Este momento forma a Pedro:
Le enseña a depender solo del nombre de Jesús.
Le fortalece la fe para hablar con autoridad.
Le recuerda que su papel no es ser protagonista, sino siervo.
Pedro obedece, habla en nombre de Jesús, y el milagro sucede.
Pero en ese momento, no solo se levantó Eneas… también se levantó la fe de Pedro, su dependencia de Cristo y su entendimiento de que todo se trata de Dios, para Dios y por Dios.
Verdad relevante:
Verdad relevante:
Dios trabaja codo a codo con un siervo que está en acción.
Pero espera ser reconocido y debe ser reconocido como el único autor de todo lo bueno que sucede.
Aplicaciones:
Aplicaciones:
¿Estoy trabajando junto con Dios o solo para Dios?
¿Reconozco públicamente que todo lo bueno que sucede es obra de Él?
¿Estoy sirviendo con la mentalidad correcta: que esto no se trata de mí, sino de Él?
¿Estoy confiando en el poder del nombre de Jesús, o en mis propias fuerzas?
Verdad aplicada:
Verdad aplicada:
Cuando trabajas con Dios, Él se mueve contigo.
Pero cuando Él obra, la gloria es completamente suya.
Dios no comparte Su trono con nadie… y si haces algo para Él, asegúrate de que Él sea el centro.
3. Dios trabaja a través de su siervo ocupado en su obra
3. Dios trabaja a través de su siervo ocupado en su obra
35 Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.
El milagro que Dios hizo en Eneas no fue privado ni silencioso.
Fue tan evidente, tan poderoso, que toda la región lo vio y, como resultado, muchos se convirtieron al Señor.
Todos lo vieron. Y el resultado fue claro: la gente no adoró a Pedro, sino que se convirtieron al Señor.
Pedro no dio una prédica, no organizó una cruzada evangelística.
Dios obró a través de su obediencia, y eso fue suficiente para que muchos creyeran.
Este es el impacto de un siervo que se mueve, obedece y confía:
No busca la gloria para sí.
No se queda con el milagro como un trofeo.
Sino que permite que otros vean a Cristo a través de lo que Dios hace.
Cuando Dios obra a través de un siervo fiel, el fruto llega naturalmente.
Puede ser una congregación enorme… o una iglesia pequeña…
Puede ser una ciudad entera… o un solo corazón transformado.
El resultado no depende del obrero, sino del Dios que da el crecimiento.
Pedro no forzó nada. Solo obedeció, actuó y dejó que Dios hiciera lo que Él quisiera hacer.
Y Dios hizo lo que solo Él puede hacer: transformar almas.
Verdad central del punto:
Verdad central del punto:
El fruto del servicio viene de Dios.
Cuando Dios trabaja a través de un siervo enfocado, Él se encarga del impacto.
Aplicaciones:
Aplicaciones:
¿Estoy sirviendo esperando “ver resultados” o dejando que Dios sea quien dé el fruto?
¿Creo que solo lo grande es exitoso? ¿O reconozco que todo fruto que viene de Dios es valioso?
¿Estoy midiendo mi servicio con ojos humanos o con fidelidad espiritual?
Verdad aplicada:
Verdad aplicada:
El resultado siempre será de Dios. Y lo que Él da, es lo que Él quiere dar.
No se trata de números… se trata de obediencia, fidelidad y gloria para Su nombre.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Pedro no sabía todo lo que Dios estaba haciendo en él…
Solo sabía que tenía que caminar, visitar, servir, obedecer.
Y en ese camino, Dios trabajó en él, con él y a través de él.
El Pedro que sale de Jerusalén a Lida, no es el mismo Pedro que llega a Cesarea.
Dios fue moldeando su corazón, renovando su entendimiento, abriendo su visión… mientras Pedro seguía caminando.
Así también es contigo.
Cada paso de obediencia que das —por más pequeño o rutinario que parezca— está siendo usado por Dios.
Y mientras haces Su obra, Él no ha dejado ni por un segundo de trabajar en ti.
Tal vez hoy no entiendes todo.
Tal vez no ves frutos inmediatos.
Pero si estás caminando con fidelidad, estás en el camino correcto.
Dios no necesita siervos espectaculares.
Necesita siervos disponibles, humildes, activos y rendidos.
Porque los milagros, el fruto, la transformación… vienen de Él.
APLICACIÓN
APLICACIÓN
PARA LOS CREYENTES
PARA LOS CREYENTES
Este mensaje fue primero para mí, porque me recordó que el ministerio no se trata solo de hacer cosas para Dios, sino de permitir que Dios trabaje en mí mientras sirvo.
Pero también es un mensaje que todos podemos aplicar, porque todos estamos llamados a caminar con Él.
1. Sigue caminando, aunque no veas resultados inmediatos.
1. Sigue caminando, aunque no veas resultados inmediatos.
Pedro caminó 50 km sin saber que se encontraría con Eneas.
Tú también sigue fiel, aunque hoy no veas el fruto.
Dios ya preparó lo que viene… solo quiere verte obedecer.
2. Haz tu parte y deja que Dios haga la Suya.
2. Haz tu parte y deja que Dios haga la Suya.
No necesitas hacer milagros. Solo estar donde debes estar, hacer lo que debes hacer, y reconocer que la obra es de Él.
Dios trabaja codo a codo contigo… pero la gloria siempre será solo de Él.
3. Recuerda que mientras sirves, Dios también te está transformando.
3. Recuerda que mientras sirves, Dios también te está transformando.
Pedro no solo sanó a Eneas… también creció en fe, en visión y en dependencia de Cristo.
Dios está formando tu carácter en cada acto de servicio.
4. Deja que tu obediencia sea el sermón que otros necesitan.
4. Deja que tu obediencia sea el sermón que otros necesitan.
Pedro no predicó en Lida… solo obedeció. Y como resultado, muchos se convirtieron al Señor.
Tu vida puede ser el mensaje más poderoso si caminas con fidelidad.
PARA LOS QUE AÚN NO CREEN
PARA LOS QUE AÚN NO CREEN
Este mensaje también te habla a ti. Porque así como Eneas estuvo postrado ocho años, quizá tú también llevas años sin poder levantarte espiritualmente.
Dios quiere encontrarse contigo hoy.
1. Jesucristo te quiere sanar, levantar y restaurar.
1. Jesucristo te quiere sanar, levantar y restaurar.
No importa cuántos años hayas estado caído, lejos, paralizado.
Jesús puede hacer en un segundo lo que nadie ha podido hacer en años.
2. No estás aquí por casualidad.
2. No estás aquí por casualidad.
Así como Pedro “halló” a Eneas, Dios te halló a ti hoy.
Te está llamando, y quiere que respondas.
Él quiere obrar en tu vida… pero primero necesitas creerle y rendirte a Él.
CIERRE
CIERRE
Querido hermano, querida hermana…
No sé qué parte del camino estás atravesando hoy.
Tal vez estás comenzando tu andar con Dios, tal vez estás en medio de una carga pesada, o tal vez llevas años sirviendo en silencio, sin ver muchos frutos.
Pero este mensaje es un recordatorio claro del cielo:
Dios no ha dejado de obrar.
Dios está trabajando.
Y no solo trabaja a través de ti…
También está trabajando en ti…
Y está trabajando contigo, paso a paso.
Hoy Dios te llama a obedecer con fe y a servir con fervor y con amor.
No porque Él te necesite…
Sino porque quiere formarte mientras te usa.
Porque mientras tú haces Su obra, Él está haciendo una obra mucho más grande en tu interior.
Así que levántate con ánimo.
Camina con fidelidad.
Sirve con humildad.
Y confía con todo tu corazón.
Porque aunque no lo veas, aunque no lo sientas, aunque no entiendas todo todavía…
Dios obra en sus hijos mientras obra con sus hijos.
Mientras tú caminas para Él, Él camina contigo.
Mientras tú sirves en lo visible, Él trabaja en lo invisible.
Mientras tú haces su voluntad, Él está formando tu corazón a la imagen de Cristo.
Y si tú aún no conoces a Cristo…
Tal vez como Eneas, llevas mucho tiempo postrado por dentro.
Tal vez te sientes lejos, inmóvil, quebrado.
Pero hoy, como a Eneas, Dios te está diciendo:
“Jesucristo te sana. Levántate.”
Solo tienes que creer.
Solo tienes que rendirte.
Solo tienes que dejarlo obrar en ti.
Hoy puedes empezar ese camino de fe…
Hoy puede ser tu primer paso en “el Camino”.
¿Estás listo para obedecer?
¿Estás dispuesto a servir con fervor, con amor y con humildad?
Porque Dios ya está listo… y quiere trabajar contigo, en ti y a través de ti.