Recuerda cuando eras niño y te hacían cargar con las responsabilidades de los demás, como llevar los libros de tus amigos. Jesús, al morir en la cruz, llevó el peso de todos nuestros pecados, mucho más pesado que cualquier mochila. En lugar de que nosotros lleváramos la pena, Él asumió nuestra carga. Así, su sacrificio nos liberó a todos, ¡algo que realmente vale la pena celebrar!