Humillación exaltada

Llamado a la humildad

Al domingo de Ramos le llamamos “la entrada triunfal”. Normalmente le damos énfasis al hecho de que el Señor haya entrado a la ciudad de Jerusalen y un grupo de personas lo haya aclamado como “El bendito que venía en el nombre del Señor”. Quizá los actores originales pensaban en un “triunfo” romano. Estas ceremonias eran el mayor honor al que podai aspirar un militar romano. Exponían su éxito en publico y asi mismo afirmaban el poder del imperio romano. El “triumphator” desfilaba por las calles romanas con un carro jalado por 4 caballos blancos, iba vestido con un color guinda bordada con oro y que significa que era casi divino. No solamente eran celebraciones militares sino que tambien eran una manera de imponer respeto y soberanía.

Sabemos entonces que aunque había una multitud aclamando al Señor esto distaba mucho de ser un desfile de un “triumphator”. El burrito, las palmas, el Señor con su ropa común y corriente le quitan majestuosidad a este evento. Sabemos por las escrituras que este acto mas bien respondía a la profecía de Zacarías 9:9 “¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna.” Por lo tanto, creo que quizá no deberíamos llamar a este evento “la entrada triunfal” ya que no hay intención por parte del Señor de representar a los estándares de poder y dominación de su época, mas bien el tiene la intención de cumplir la profecía que pone al rey como “humilde”.

En la iglesia de los filipenses hay problemas de división, Pablo llamará la atención de 2 hermanas, Evodia y Sintique ya que no podían ponerse de acuerdo. En el capitulo 1 Pablo llama a los filipenses a vivir de una manera digna del evangelio y esto no es otra cosa mas que:

tener un mismo sentir

un mismo amor

estar unidos en alma y pensamiento

La clave para lograr esto según el apostol Pablo es considerar a todos como superiores a nosotros mismos y que nadie vele por sus propios intereses sino tambien por los intereses de los demás. No se debe hacer nada por egoísmo ni por vanidad. Con esto en mente Pablo procede a explicarnos la humildad usando el ejemplo del Señor.

Himno cristológico

En los versos 6 al 11 tenemos un himno dedicado a Cristo, es un himno de 6 estrofas con 3 lineas cada una. Como todo himno, su proposito es exaltar a Dios pero Pablo lo ha insertado aquí para ejemplificar la humildad. Se nos dice que Jesús es Dios y que no consideró el ser igual a Dios como algo a lo cual tenia que aferrarse. Aunque podriamos pensar que se trata de “aferrarse” como una especie de “negarse a soltar” o a “sujetar con todas las fuerzas”, algunos autores piensan que podríamos traducir este pasaje como “Cristo no consideró el ser igual a Dios como algo de lo cual tomar ventaja”. Este argumento cobra relevancia con las siguientes 3 lineas que nos dice que Cristo se rebajó de manera voluntaria y tomó la forma de siervo. En el texto original hay un contraste del v.6 (siendo por naturaleza Dios) y el v.7 (tomando la naturaleza de siervo). El contraste radica en que el antónimo natural para “Dios” sería por lo menos “humano”. Sin embargo Pablo quiere hacer notar a Cristo se despojó de su forma de Dios para tomar la forma de un siervo. La palabra usada para siervo es “doulos” que es un poco mas peyorativa que la otra palabra que también se traduce como siervo que es “diakonos”.

¿Qué mayor muestra de humildad que esta? Quien ha sido Dios desde la eternidad ahora se ha despojado de esa naturaleza y no solo se hace igual a nosotros, sino que va mas abajo en nuestra escala de posición social y se convierte en nuestro esclavo. Suena sumamente chocante pensar que Cristo es nuestro esclavo. Prefeririamos ver al Señor como el “siervo de Dios” de Isaias 52-53 pero la idea de Pablo es mas bien la de una posición muy baja. Cristo humillado totalmente por amor a la humanidad. En este despojo de su naturaleza divina, Jesús se manifestó como un ser humano, 100% humano. Pablo utiliza la palabra “manifestarse como humano” o en RV60 “estando en la condición de hombre” para cerrar la posiblidad de que alguien dudara de que el Señor en verdad era un ser humano. Es decir, con esta palabra Pablo quiere decirnos “cualquier que veia a Jesús veia en el a un ser humano hecho y derecho.

En esta condición de ser humano y esclavo, Cristo se humilló hasta sufrir la muerte y la peor muerte posible. Creo que con el simple hecho de que Jesús se encarnara era suficiente para que notaramos el amor de Dios, es mas, si hubiera muerto en alguna batalla o disputa con sus enemigos, hubiera sido mas que suficiente para que entendieramos que nos amaba, pero verlo morir en una cruz, humillado y rechazado es simplemente algo que no se puede entender ¿qué nos quiere mostrar el Señor en esta escena? ¿Por qué el Dios creador desea morir humillado y rechazado?

Tengo una propuesta y esta es que, el camino de la cruz es la prueba encarnada de que podemos morir a nosotros mismos con tal de servir a los demás. Aqui tenemos el centro del cristianismo. En el contexto del verso 3 “no hagan nada por contienda o vanidad” tenemos este contraste, “Cristo se humilló asi mismo hasta sufrir la muerte mas horrenda descrita en su época”. Los discipulos de Cristo no tienen en alta estima su propia vida, más bien como Pablo dicen, para mi “Vivir es Cristo y el morir es ganancia”. Vivir una vida digna del evangelio no tiene su centro en cuestiones morales o éticas, vivir una vida digna del evangelio radica en decidir seguir el ejemplo de nuestro Señor quien siendo Dios no le importó serlo ni sacó ventaja alguna de su naturaleza, antes bien decidió obedecer al plan eterno de amor y se entregó humildemente al servicio de la humanidad. Quien no quiera ver esta vida de servicio contradice la premisa del Maestro en Marcos 10:45 (El hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos).

¿Cómo puede entonces la iglesia tener ese mismo sentir que hubo en Cristo?

Jesús es el Señor

Dios declara a su Hijo Jesús como el “Cristhus Victor”. Este es el verdadero desfile triunfante. La cruz del calvario es el momento en el que Jesús desfila triunfalmente sobre los principados y las potestades y borrando todos los contratos que nos tenían esclavizados de ellos. Pablo muestra que Dios lo ha exaltado a una posición de suma autoridad. Volvió a su forma de Dios y ante su nombre todos vamos a rendir adoración y alabanza. Juan dice que en Cristo vimos la gloria que le corresponde al Padre pero también dice que el mundo no le reconoció. Pues ahora, Pablo piensa en el futuro. Cuando Dios pondrá a los enemigos del Señor por debajo de sus pies y nosotros, su pueblo, estaremos ahi para adorarle por la eternidad y decir “Jesús es el Señor.

Es atrevido que Pablo estando en la carcel proclame estas palabras. Pablo no tiene miedo, Cesar no es el Señor. Cesar, quien tenía un culto en su honor y estaba buscando la gloria por todos los medios posibles, él no era el Señor. El Señor de Pablo es aquel, quien siendo en forma de Dios, se humilló y a quien el Padre lo ha exaltado. Pablo nos invita a celebrar el desfile triunfal del Rey Jesús, no en su entrada a Jerusalen sino en la cruz.

Ninguno vea por sus propios intereses sino antes bien, considere los intereses de los demás como algo importante. Sirvamos en la misma medida que Cristo el Señor sirvió. Estemos dispuestos a imitarle hasta la muerte para participar con Él en su segunda venida. Esta es la esperanza de Pablo. Filipenses 4:1 “Por lo tanto, queridos hermanos míos, a quienes amo y extraño mucho, ustedes que son mi alegría y mi corona, manténganse así firmes en el Señor.” nos muestra a Pablo confiando en que sus hermanos queridos sabrán como responder a este supremo llamamiento.