La última cena // Lucas 22:7-38

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En este sermón se tocarán los hechos ocurridos en las últimas horas de Jesús, desde la última cena hasta la captura de Él.

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El Cordero que Sirve: Lecciones de la Última Cena

Lc 22:7–38
En Lucas 22:7-38, se describe la celebración de la Última Cena, donde Jesús instituyó el sacramento de la Comunión y mostró a Sus discípulos la importancia del servicio, la abnegación y el sacrificio, todo ello en el contexto de su inminente sufrimiento.
Este pasaje nos desafía a recalibrar nuestras vidas hacia el servicio desinteresado y la entrega a los demás, incluso en tiempos de sufrimiento personal. Nos invita a seguir el ejemplo de Cristo, quien, aun enfrentando su propia muerte, se centró en el bienestar de sus discípulos.
El sermón enseñará sobre la naturaleza del verdadero liderazgo y servicio, fundamentado en la humildad y la disposición a sufragar por los demás, siguiendo el ejemplo del sacrificio de Cristo en la Última Cena.
En Cristo encontramos el cumplimiento del Cordero Pascual, quien no solo libera a Su pueblo del pecado, sino que también modelo el liderazgo sirviente. Su sacrificio es el centro de la redención para toda la humanidad, que se anticipa desde los sacrificios del Antiguo Testamento.
La verdadera grandeza en el Reino de Dios se manifiesta en el servicio humilde y abnegado hacia los demás, tal como lo ejemplificó Cristo en la Última Cena.

1. El cumplimiento de la promesa

Lucas 22:7–21 RV 2020
7 Llegó el día de los Panes sin levadura, cuando debía sacrificarse el cordero de la Pascua, 8 y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles: —Id a preparar la Pascua. 9 Ellos le preguntaron: —¿Dónde quieres que la preparemos? 10 Jesús respondió: —Al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidlo hasta la casa donde entre 11 y decid al dueño de la casa: «El Maestro pregunta: ¿Dónde está el aposento en que he de comer la Pascua con mis discípulos?». 12 Él os mostrará un aposento amplio y ya dispuesto en el piso de arriba. Preparadla allí. 13 Pedro y Juan fueron y encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la Pascua. 14 Cuando llegó la hora, Jesús se sentó a la mesa, y los apóstoles con él. 15 Entonces les dijo: —¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de padecer! 16 Porque os digo que no volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Y tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. 19 También tomó el pan y habiendo dado gracias lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. 21 Pero la mano de aquel que va a traicionarme está sobre esta mesa, conmigo.
La palabra PASCUA aparece 5 veces en este fragmente del pasaje, lo cual da muestra de la importancia de esta fiesta para el autor.

PASCUA (פִּסְחָא, pischa ‘; פֶּסַח, pesaj;Πάσχα, Pascha). Una observancia sagrada en el judaísmo que conmemora la décima plaga culminante en el libro del Éxodo, cuando Yahweh castiga a Egipto matando a todos los primogénitos pero “pasa por alto” (פָּסַח,pasach) el primogénito de Israel (

Lucas destaca la importancia del momento contextual en el que se desarrollan estos hechos, pues se interesa en en énfasis que se debe hacer en que Cristo es ahora el sacrificio único e irrepetible.
Cristo es el cumplimiento profético del antiguo testamento. Él es ahora el intercambio de sacrificio, el primogénito de Israel, y no los primogénitos de Egipto.
Además, Jesús preparó ese APOSENTO ALTO en donde pasaría sus últimas horas en obediencia a la ley expuesta en Éxodo 12 y en donde regresaría para empoderar a sus discípulos para servirles con el poder del Espíritu Santo.
Finalmente, en Lucas 22:15-16, Jesús resalta que Él comerá nuevamente con nosotros en el reino. La PASCUA ahora es reemplazada por la Cena del Señor y que nos entrega la esperanza de la cena de las bodas del Cordero.

1.1 ¿Qué significa entonces la cena?

La Cena es el recuerdo que le entrega Cristo a su iglesia como demostración de que Él es el Cordero perfecto y sin mancha que tal y como lo anunció Juan el Bautista en ( Juan 1:29 “29 Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: —¡Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” ). Es el cordero perfecto y único capaz de limpiar los pecados del mundo.
Lucas 22:17–20 RV 2020
17 Y tomó una copa, y habiendo dado gracias, dijo: —Tomad esto y repartidlo entre vosotros, 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios. 19 También tomó el pan y habiendo dado gracias lo partió y se lo dio diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado. Haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: —Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
El pan:
Exaltación de Jesús en Lucas C. Su cumplimiento cristológico (22:17–22)

El pan era un símbolo de su cuerpo partido por nosotros; la copa era un símbolo de su sangre derramada por nosotros.

La sangre:
Exaltación de Jesús en Lucas C. Su cumplimiento cristológico (22:17–22)

La sangre que marcaba los postes de las casas, que alejaba al ángel de la muerte, encuentra su significado último en la sangre derramada en la cruz, que aleja la ira de Dios contra los pecadores.

2. Jesús, un modelo se servicio

Lucas 22:22–30 RV 2020
22 Ciertamente, el Hijo del Hombre se va según está determinado, pero ¡ay de aquel que lo va a traicionar! 23 Entonces ellos comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el traidor. 24 También se produjo entre los apóstoles una discusión sobre quién de ellos sería el mayor. 25 Mas Jesús les dijo: —Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas y quienes tienen autoridad sobre ellas se hacen llamar bienhechores, 26 pero entre vosotros no debe ser así. Antes al contrario, el más importante entre vosotros sea como el más joven; y el que dirige, como el que sirve. 27 ¿Cuál es más importante, el que se sienta a la mesa o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como el que sirve. 28 Pero vosotros sois quienes habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Por eso yo dispongo para vosotros un reino, como mi padre lo dispuso para mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Exaltación de Jesús en Lucas C. Su cumplimiento cristológico (22:17–22)

Nos gozamos en lo que dice Romanos 8:28. La frase “todas las cosas” de

Para aquél que está determinado a servir, ni el sufrimiento más fuerte lo puede detener porque en una vida enfocada ni la tragedia más cruel puede doblegarlo.
Ahora bien, los discípulos continuaban discutiendo entre ellos para saber quién sería el mayor entre ellos. Situación que aprovechó perfectamente Jesús para enseñarles algo más.
OJO, porque la conversación ha pasado de restarle importancia a un TRAICIONERO, para conocer quien sería el reemplazo de Cristo en la tierra. Que obstinación y orgullo.
Jesús aprovecha para magistralmente mostrarles cómo debe ser el servicio cristiano, que en nada se debe parecer a como funciona el liderazgo en el mundo. Nuestro servicio y liderazgo tiene que partir de una actitud sencilla, que no busque la exaltación o el reconocimiento, que simplemente busque con transparencia honrar el nombre de Cristo.

3. No te confíes

Lucas 22:31–34 RV 2020
31 Dijo también el Señor: —Simón, Simón, Satanás os ha reclamado para zarandearos como si fuerais trigo, 32 pero yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez vuelta la confianza, fortalece en la fe a tus hermanos. 33 Simón respondió: —Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel e incluso a la muerte. 34 Jesús replicó: —Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.
Ahora la mirada de Jesús está puesta en Pedro, que niega rotundamente su traición. Lo importante aquí es que aún en medio de nuestras fallas y debilidades, tenemos Cristo para interceder por nosotros. ¡Que hermoso!
Exaltación de Jesús en Lucas IV. LA TRAICIÓN A JESÚS NOS PROTEGE DE SATANÁS (LUCAS 22:31–34)

Durante nuestros peores fracasos en el pecado y la tentación, Cristo ya estaba orando por nosotros. Él siempre suplica por nosotros. Su sangre siempre intercede por nosotros. Tenemos un abogado ante el Padre (

Conclusión

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