RAÍCES PARA UNA VIDA FRUCTÍFERA - NUESTRA DEVOCIÓN

Campamento de Jóvenes 2025  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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INTRODUCCIÓN

Texto: Juan 15:1-10.
Presentación personal
Oración
Adorno: ¿Cuántos de ustedes lo primero que hicieron al llegar al campamento fue usar el móvil? Quizás hayas usado las redes sociales o el WhatsApp o simplemente hayas sacado tu primera foto del campamento.
Ahora, quiero contarte una historia de terror, imagina que quieres hacer eso, pero de repente ves las palabras más temidas por nuestra generación en la pantalla de tu móvil: “Sin servicio”.
Y entonces, comienzas a buscar señal como un loco. Te subes a una piedra, estiras el brazo como si eso ayudara, incluso le preguntas a otros: “¿Tú tienes señal?”. Nada. Parece que este lugar está fuera del alcance de todo.
Y esto puede producir en muchos de nosotros una ansiedad tremenda. De hecho, un síndrome que es cada vez más común en nuestros días tanto en adultos como en jóvenes, que es el famoso FOMO, ¿lo han escuchado? Las siglas en inglés significan Fear of Missing Out, que se traduce como “miedo a perderse algo”. Y tiene que ver con esa ansiedad que nos entra cuando no nos enteramos de lo que está ocurriendo en las redes sociales.
Pues, esto es lo que muchos de nosotros experimentaríamos si no tuviéramos nada de señal en el móvil ¿Y si alguien nos escribe? ¿Y si nos perdemos de algo importante?
Ahora quiero que pienses en tu móvil, pero no en la señal, sino en la batería ¿Cuántos de ustedes lo primero que empacaron en la mochila o la maleta fue el cargador del móvil?
Imagina que en vez de llegar y no tener señal, te das cuenta que lo que no tienes es el cargador de tu móvil y te has quedado sin batería. Da igual si tu móvil tiene la mejor cámara, el mejor diseño, o las mejores apps… la realidad es que si no tiene batería, es inútil. No enciende. No sirve para nada.
Verás, la vida cristiana es algo similar. Dios nos ha creado para tener vida, y no cualquier vida, sino una vida fructífera. Sin embargo, muchos jóvenes hoy en día parecieran no tener ni batería ni señal, y de la misma forma que un móvil costoso con una buena cámara y con un buen acabado son simplemente pura apariencia sin utilidad.
Esta vida inútil es lo que la Biblia llama una vida sin fruto.
Amados jóvenes, Dios nos ha creado con el objetivo de que demos fruto. Él nos ha dado vida, y no es solo para que tengamos cualquier tipo de vida sino una vida fructífera.
El primer mandamiento que Dios le dio al ser humano fue éste Génesis 1:28 “Dios los bendijo y les dijo: «Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra»”.
Algunas traducciones dicen fructíferos en vez de fecundos. La razón es que la palabra hebrea significa dar fruto.
Desde el primer momento, la Biblia nos dice que Dios nos creó para que vivamos una vida llena de fruto.
Ahora bien, este concepto es muy amplio incluso en la misma Biblia. Dar fruto significa desde tener hijos como en Génesis 1:28 hasta dar una ofrenda como en Filipenses 4:17. Sin embargo, a pesar de lo amplio que puede ser, creo que una buena manera de resumirlo de la siguiente manera: “mostrar de manera visible en tu carácter, tus decisiones y tus obras que Jesús vive en ti”, y quiero que recuerden esto, porque si Jesús verdaderamente vive en ti, entonces, debe haber una evidencia visible y palpable. Esto es el fruto.
Y lo que haremos durante el campamento, en estas tres predicaciones será ver tres áreas de nuestras vidas que son como raíces que deben estar bien profundas si es que queremos vivir una vida fructífera. Es decir, una vida que demuestra por medio de nuestro carácter y nuestras obras que Jesús vive en nosotros.

NUESTRA DEVOCIÓN - (Juan 15:1-27)

La primera raíz, tiene que ver realmente con toda nuestra vida y hacia dónde se orienta nuestra vida. Quiero que pienses en esta raíz como la batería del móvil. Sin ella, todo el resto se vuelve una apariencia inútil.
No importa todo lo que hagas o puedas hacer, sin una verdadera devoción y conexión con Cristo, entonces todo se vuelve una apariencia.
Jesús mismo habla acerca de esto en Juan 15:1-8. Es posible que hayas leído este pasaje antes, pero quiero que vuelvas a leerlo conmigo.

JESÚS LA VIDA VERDADERA (Juan 15:1, 5)

Hay una gran verdad en esta parte de la Biblia, queridos jóvenes, y es que la vida cristiana no consiste principalmente en hacer cosas, sino en estar unido a Cristo. Muchas veces hemos escuchado que el cristianismo no es una religión sino una relación. Es posible que hayas escuchado esto muchas veces, y creo que es verdad.
Jesús dice que Él es la “vid verdadera”, es decir, que Él es la fuente de la que nace una vida fructífera, y solamente cuando estamos conectados a Él, entonces esos nutrientes podrán fluir para que tú y yo demos fruto.
De manera que la primera raíz es nuestra devoción o nuestra conexión con Cristo.

PERMANECED EN MI Y MI PALABRA EN VOSOTROS (Juan 15:4-10)

Ahora, ¿qué significa estar conectado a Jesús? El mismo pasaje nos lo dice, quiero que leas conmigo hasta el versículo 10 y que a medida que vamos leyendo notes la palabra que más se repite.
Juan 15:4-10
La palabra que aparece 10 veces en estos versículos es la palabra permanecer.
LEALTAD
Esta palabra es muy interesante. Porque no solamente significa el permanecer físicamente en un lugar, como nosotros que permaneceremos en este campamento hasta el domingo por la mañana. Sino que denota una entrega, una devoción y casi como una lealtad.
Estoy quiere decir que toda nuestra vida debe ser de lealtad a Cristo y su Palabra. A medida que creces y pasas por las diferentes etapas de la vida, verás que hay muchas cosas que van a reclamar tu lealtad. Tus amigos, tus estudios, tu trabajo, tu novia o tu novio cuando los tengas, tu hobbies. Todas estas cosas son buenas, pero ninguna de ellas debe tener nuestra lealtad absoluta. Solo Cristo.
La primera raíz para una vida fructífera es una lealtad inquebrantable hacia Jesús. Nuestra devoción total. Y querido joven, quiero decirte algo, esta lealtad no comienza cuando cumples 18 años, esta lealtad no comienza cuando dejas el instituto y comienzas la universidad. Ni siquiera comienza cuando empiezas tu primer trabajo ni mucho menos cuando te casas y tienes hijos.
No pienses que habrá un mejor momento en el futuro para tener una determinante lealtad a Cristo. Esta devoción comienza ahora. Es como si te estuvieras preparando para salir, y piensas, bueno, cargaré el móvil más adelante. Lo que va a ocurrir es que cuando lo necesites de verdad, no tendrá batería porque no lo cargaste a tiempo.
De esa misma forma, el momento de comenzar a hacer crecer esa raíz de devoción no es más adelante, sino ahora.
PERSEVERANCIA
Pero la palabra permanecer, no solo implica lealtad o devoción, sino que implica perseverar en el tiempo siendo leal a Cristo. No permanecemos solo por un minuto sino durante toda nuestra vida. Y debes prepararte para esto.
Como jóvenes, deben entender que este mundo está en constante lucha en contra de Cristo. Ustedes mismos lo han visto, en el cole, en el instituto, en la universidad o en el trabajo, si es que ya estás trabajando.
Y cada día, intentarán influenciarnos para llevarnos a desobedecer a Jesús.
Es posible que ahora mismo sea entre comillas fácil seguir a Cristo. Vas a la reuniones de jóvenes, acompañas a tus padres a la iglesia, y te portas bien. En el cole no te juntas con los que se portan mal o sacan malas notas. Y esto, pues casi que se te da natural. Pero llegará un momento donde tu lealtad se pondrá a prueba.
Y es en ese momento en el que debes permanecer, debes perseverar en tu lealtad a Cristo a pesar de la presión social o la tentación, o incluso el peligro que esto suponga. No es una casualidad que al final del pasaje, Jesús hable de esto mismo, lee conmigo Juan 15:18-21.
Jesús claramente nos dice que nuestra lealtad a Él será causa de persecución. Es posible que no sea una persecución como en algunos países que literalmente matan a los cristianos. Ahora mismo, ésa no es la realidad de Europa, pero puede que cambie más adelante.
Es posible que la persecución que experimentes ahora mismo sea presión social, burla, insultos, rechazo, o incluso que te amenacen con consecuencias si no haces lo que te piden. Pero es en ese momento, donde será evidente si la raíz de devoción a Cristo es lo suficientemente profunda para mostrar en nuestro carácter, en nuestras decisiones, y en nuestras obras que Jesús vive en nosotros y es nuestro Señor.
Recuerda que esa es la definición que hemos establecido de una vida fructífera: mostrar de manera visible en tu carácter, tus decisiones y tus obras que Jesús vive en ti. Esto se pondrá a prueba en tu vida más temprano que tarde.
TESTIMONIO PERSONAL
Quiero contarte la forma en cómo yo he experimentado eso en mi vida personal como adulto. Por varios años trabajé en una empresa de transporte. Y una de las cosas que yo no sabía es que en esta industria transporte mentir es una práctica no solo común sino esperada. La primera vez que me enfrenté a una de estas situaciones, lamentablemente, caí y mentí porque me lo pidió uno de los jefes en la empresa.
No habían terminado de salir las palabras de mi boca cuando la convicción del Espíritu Santo vino sobre mí. Sabía que había sido desleal a Cristo. Así que tuve que hablar con esta persona en la empresa, y decirle que no volvería hacerlo jamás porque había pecado al decir una mentira.
Esto no quiere decir que ahí acabaron las tentaciones de mentir. Duré 6 años en la industria del transporte y cada semana había una oportunidad para ser desleal a Jesús, al no obedecerle y ser leal a mis superiores en el trabajo. Ellos querían que mintiera para no mostrar a los clientes que nos habíamos equivocado, o en algunas instancias, querían que falsificara documentación para eximir nuestra culpa ante el seguro de accidentes en un transporte.
Y cuando tienes dos hijos que mantener, la presión por conservar tu trabajo aumenta, porque sabes que necesitas el dinero.
Pero amados, por la gracia de Dios y por su poder, pude en todas las demás oportunidades mantenerme firme en Cristo recordando siempre ese primer momento donde caí.
Esto mismo va a ocurrir en tu vida.
A medida que creces, otras cosas van a demandar tu lealtad y tu obediencia y la única forma en la podrás tener una vida fructífera es si cultivas una raíz de devoción, una raíz de lealtad a Cristo desde ahora.
Es más, quiero advertirte de algo que posiblemente nunca hayas pensado. Yo espero que no sea así, pero es probable que algunos jóvenes que estén aquí presente abandonarán el evangelio en unos años. Yo recuerdo el grupo de jóvenes de mi iglesia. Éramos muchos. Demasiados adolescentes y jóvenes adultos. Teníamos actividad cada sábado. Y cada sábado más de 50 jóvenes aproximadamente se reunían a tener grupos pequeños, a cantar alabanzas, a veces salíamos a los hospitales, a las calles a evangelizar, y la verdad es que éramos muy activos en la iglesia.
Pero a medida que fuimos creciendo, se hizo evidente por su carácter, decisiones y obras que Cristo no era lo más importante en ellos. La vida cristiana no es hacer cosas, es estar conectados con Jesús, y eso significa permanecer leales con una devoción inquebrantable a Cristo a pesar de las dificultades.
Amado joven, lo que yo más deseo para tu vida, es que Cristo sea el centro de ella. Es que eches raíces tan profundas que seas como ese árbol plantado que da fruto en todo del Salmo 1.
EVANGELIO
Ahora bien, es posible que te estés preguntando ¿cómo puedo hacer esto? ¿Cómo puedo cultivar esta primera raíz de devoción en mi vida para que sea fructífera?
Debes estar verdaderamente conectado a la vid: Y con esto quiero decir que debes ser un verdadero creyente. La vida eterna que Cristo da no se hereda de nuestros padres, ni se obtiene por ir a la iglesia ni estar involucrado en la iglesia. La única forma de estar verdaderamente conectado a la vid es que hayas nacido de nuevo. Esto es, reconocer y arrepentirte de tu pecado. Entender que lo único que realmente merecemos tú y yo es la condenación eterna por nuestros pecados. Pero que en Cristo, y solo gracias a tu misericordia y su gracia, tenemos el perdón de nuestros pecados. Amado, sí tú realmente no crees que Cristo murió por ti una vez y para siempre para darte vida eterna, si no estás seguro de tu propia salvación, quiero hablar contigo al final de este sermón, porque lo más importante para tener una vida fructífera, es estar verdaderamente conectado a la VID.
Que la Palabra de Dios permanezca en ti: En Juan 15:7, 10 Jesús dice que su Palabra debe permanecer en nosotros. Debes conocer realmente la Biblia, debes leerla y estudiarla. Hoy en día los jóvenes y hasta los adultos, preferimos estar pegados al móvil y al entretenimiento. Y no está mal ver una peli o una serie, o salir con los amigos, todo esto es sano y tiene su momento, pero si no dedicas nada de tiempo a conocer la Palabra de Dios, y digo realmente conocerla, poco fruto podrás dar. Especialmente para aquellos que están ya en la universidad, y los que entrarán en la universidad en algunos años, ahí tendrás que tener convicciones muy fuertes sobre la Palabra de Dios para no dejarte engañar por filosofías contrarias a Dios. El otro día uno de los adolescentes de nuestra iglesia nos contaba cómo en su colegio en la clase de religión la profesora dijo que Génesis era un mito. Este joven tiene 15 años y ya están intentando influenciar su perspectiva de la Biblia. Debes estudiarla, debes conocerla, y debes estar convencido de que ella es la Palabra de Dios y es la verdad. Pero no solo eso, la Biblia debe permanecer en ti, es decir, debe influenciar tus decisiones, debe ser el espejo por el cual evalúas tus deseos y tu carácter. Y sobre todo, debes obedecerla, no para ganar salvación, porque no es por obras, sino porque esa es la evidencia de que verdaderamente estás conectado a la vid.
Así que te tengo un reto. Y lo voy a preguntar en el último día, y es que te memorices Juan 15:4-8. Y que este versículo te ayude a profundizar en esta raíz de devoción inquebrantable a Cristo para tener una vida fructífera.
Oremos.
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