El misterio del servicio y del amor

Semana Santa 2025  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Pedagogía del amor

Se dice que hay muchas formas de aprender. Las teorías del aprendizaje exhiben a ciertas personas llamadas: kinestesico, verbal, auditivo y lecto-escritor. Según estas teorías las personas se dividen en alguno de estos grupos y aprenden según sus propias capacidades. En este sentido diremos que el Señor ha sido un gran maestro puesto que ha enseñado de acuerdo a varios de estos modelos. En el pasaje de hoy está dispuesto a enseñarnos como se relaciona su comunidad entre si. En la época en la que vive el Señor el lavado de los pies era algo cotidiano y de buenas costumbres. Los caminos polvorientos dejaban los pies verdaderamente sucios y un gesto de hospitalidad era lavar los pies de los visitantes. Sin embargo, esta tarea estaba destinada para el sirviente en la última posición social. Esta tarea no se le daba a los esclavos judíos. Partiendo de este contexto tenemos que ver que ver lo que pasa en nuestro texto de hoy.
Estamos frente al relato de un sacramento para ciertas tradiciones cristianas tales como la siriaca, armenia y la española. Los sacramentos son una señal o un signo externo de una gracia interna que se está recibiendo. En Juan no tenemos institución de la Sena del Señor pero si tenemos la institución del lavado de los pies. Asi que el evangelista inicia diciendonos que “cómo Jesús sabe que ha llegado su hora de abandonar el mundo y volver al Padre, amó a los suyos y los amó hasta el fin y hasta el extremo”. Asi que diremos que detrás del relato del lavatorio de los pies tenemos la firme intención del Señor de mostrarnos lo que para Él es el amor.
Toma una toalla y decide iniciar el servicio a sus amigos. Durante todo su ministerio el Señor ha marcado la idea de que Él no ha venido a ser servido si no a servir. Asi lo expresa en Marcos 10:44-45, sin embargo es interesante la nota que nos deja el evangelista: “Sabia Jesús que el Padre habia puesto todo bajo su dominio”. Interesante esta afirmación puesto que en terminos de poder, quien es “Señor” tiene “dominio” y aquí el evangelista antagoniza esta afirmación con la actitud de Jesús. Él que tiene el dominio de todas las cosas se pondrá a realizar la tarea mas despreciada incluso entre los mismos discipulos. Esto lo digo por la forma en la que Pedro se escandaliza. Pedro afirma que Jesús es Señor, le pregunta ¿me vas a lavar los pies a mi? pero en seguida le da una orden a su Señor diciendole “Jamás me lavarás los pies a mi”. Ya queda poco tiempo, Jesús está a punto de morir y necesita dejar plasmado de una manera gráfica lo que para Él significa su amor por los suyos. Tiene que darle sentido a esa porción de Juan donde afirma que “Dios ha amado muchisisimo a la humanidad que ha dado a su hijo unigénito para que quién crea en Él no se pierda”. Asi que en su mayor acto de amor Jesús va a humillarse todavía mas.
Dice Raniero Cantalamessa: Desde el momento de la encarnación, no hizo más que descender, descender, hasta ese punto extremo, cuando le vemos de rodillas, en el acto de lavar los pies a los apóstoles. Qué estremecimiento tuvo que correr entre los ángeles, al ver en semejante abajamiento al Hijo de Dios, sobre el cual ni siquiera se atreven a fijar su mirada . ¡El Creador está de rodillas frente a la criatura!
El proposito de este acto por parte del Señor es recordarnos lo que ya nos había dicho durante todo su ministerio. Quien quiera “ser importante” tiene que servir, quien quiera ser “el primero” tiene que ser el último. Hay personas que se sienten comodos poniendose al servicio de quienes consideran “mejores” que ellos mismos, pero no lo es asi con quienes consideran que no tienen nada que ganar. Tenemos entonces aquí una paradoja. En el reino de Dios el servicio no proviene de quien menos tiene (y a quien a veces en sentido peyorativo llamamos “un sirviente”) sino mas bien en el reino de Dios el servicio proviene de quien tiene el puesto mas alto. Ceslas Spicq decía que el lavatorio de los pies en realidad era el sacramento de la autoridad cristiana.
El Señor Jesús no estaba haciendo una demostración de falsa humildad como algunos hacen. Que se auto proclaman como humildes aunque en realidad no lo son. Que se anuncian como personas sencillas cuando en realidad en su corazón hay un anhelo tremendo por reconocimiento y prestigio. Pero no asi con el Señor. En este mismo relato, Él va a confirmar 2 titulos que sus discipulos le han dado: Señor y Maestro. El Señor confirma que lo es y por lo tanto su mandamiento es lavarnos los pies unos a otros.
“Ya les he dado el ejemplo” dice el Señor. Habrá quien pueda dejar en el plano meramente superficial y piense que lo que quería el Señor era literalmente que nos lavaramos los pies. En realidad hay mas detrás de esto. El Señor que tiene bajo su dominio todas las cosas no se ha enseñoreado de su criatura, mas bien ha tomado la forma de un siervo y se ha puesto a la dispocisión de su imperfecta criatura. Esta criatura que en ocasiones es grosera y altiva, soberbia y malvada, a esta criatura vino a servir al Señor y espera que su iglesia, aquellos a los que ha amado hasta lo sumo, sean un reflejo de lo que su Señor y Maestro hizo y hará.

Transformación del corazón

Jesús afirma que Pedro no entiende, pero que entenderá. El juego de palabras es interesante puesto que usa 2 palabras que pueden traducirse de la misma manera. Sin embargo una tiene que ver con la “intuición o en la percepción mientras que el otro tiene que ver con una relación personal o el conocimiento que se adquiere con la experiencia. Pedro y nosotros “entenderemos” mientras mas nos relacionemos con Cristo. Jesús le dice a Pedro que la clave para que “entienda” vendrá mas tarde. Aunque en este punto se ha debatido mucho acerca de si era “en la otra vida”, muchos autores concluyen en que se trata de entender “después de su crucifixión”.
Ningún siervo es mayor a su Señor. No tenemos justificante para pensar que existe alguien con quien podemos saltarnos la dificil tarea de servir. Junto con el ejemplo vino después la gracia. Después de su muerte y resurreción el Señor envió al Consolador. Él nos da la capacidad para amar y por medio de este amor, servir a todos. Son muy dichosos quienes ponen en practica esto. La buena noticia para nosotros es esta, Cristo siendo Dios se humilló hasta lo mas bajo que se podía llegar, en esta forma sufrió la muerte mas violenta y denigrante. En ese cuerpo roto y quebrantado se encuentra la expresión mas pura del amor sin limites. La Cena del Señor nos recuerda que estamos capacitados para amar de la misma manera en que Cristo, nuestro Señor y Maestro amó.
¿Tienes algo que consideres muy preciado y a lo cual puedes aferrarte? Considera el ejemplo de Cristo.
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