Nehemías: el Líder
Demasiado Pronto Para Rendirse • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 24 viewsNotes
Transcript
Introducción:
Introducción:
Apertura- ¿Qué tan balanceada es tu vida? ¿Si te comprometes con algo más, dejas otra cosa caer? ¿Puede ser que tus decisiones en un área de tu vida estén afectando negativamente a tu familia o relación personal con el Señor?
ECC- La lección que aprendemos de la vida de Nehemías es una del cual cada uno podemos beneficiar: el equilibrio en la vida.
Los peligros de una vida no equilibrada:
Una vida reactiva ante los conflictos, en el cual la vida es moldeada por la situaciones en lugar de principios de Dios para la vida.
En esas situaciones surgen acciones reactivas que se transforman en comportamiento habitual que marca y moldea la vida, en lugar de actuar habitualmente bajo principios de la Palabra de Dios que resulta en una vida piadosa.
Respuestas emocionales extremas que tiran todo por la borda, renunciando a relaciones influyentes, hábitos saludables, y mandatos específicos de Dios.
“Si no me sale bien, ¿por qué seguir intentando?”
Reacciones igualmente erróneas en el sentido opuesto, respondiendo pecaminosamente por el mal hecho por otro.
¿Cuántos han cerrado la puerta de comunicación con algún incrédulo en nuestra vida por algo en que nos han ofendido, cortando así un medio de acceso del evangelio a sus vidas?
Intro al personaje
El libro de Nehemías muestra como un individuo devoto al llamado de Dios en su vida puede atravesar increíbles dificultades para cumplir ese propósito. Y es necesario ser equilibrado.
Si alguna vez un siervo del Señor merecía una medalla de oro… por su persistencia a la hora de terminar un trabajo difícil en un lugar peligroso, esa persona era Nehemías. Renunció su trabajo cómodo e influyente como copero del rey de Persa para ir a la arruinada ciudad de Jerusalén en donde reconstruyó los muros y reparó las puertas de la ciudad para que ésta volviera a renacer…
Se han escrito muchísimos libros sobre los principios de liderazgo que lo guiaron, sin embargo [un aspecto de su vida y ministerio digno de resaltar] es su equilibrio… Nadie puede ser excelente en todo, pero la mayoría podemos esforzarnos por equilibrar las cosas para que la obra se cumpla. Nehemías tuvo un maravilloso equilibrio... que le generaron el éxito.
— W. Wiersbe. ¡Demasiado Pronto Para Rendirse! Pág. 183-184.
Un resumen del trasfondo y contenido del libro de Nehemías:
Los acontecimientos de Nehemías ocurren entre los años 444 y 432 a.C., durante el reinado del rey Artajerjes sobre el Imperio persa (que incluía Judá).
Nehemías comienza donde lo dejó Esdras, en el año 444 a.C. Luego de 70 años de cautiverio, Esdras había conducido a un tercer grupo de exiliados de vuelta a Jerusalén y ahora Nehemías conduce a un cuarto. Esta continuidad es evidente en el hecho de que Esdras y Nehemías fueron tratados como un solo libro en la antigüedad.
En el año 445 a.C., el rey de Persa envió a Nehemías, su copero judío, a supervisar la reconstrucción de la muralla de Jerusalén. Nehemías iba acompañado de exiliados judíos -descendientes de los cautivos que fueron llevados a Babilonia en 586 a.C.-. Cuando llegaron a Judá, la gente que ya vivía allí se opuso a los cambios que querían hacer. Pero a pesar de la oposición, Nehemías y sus partidarios terminaron el muro.
— John D. Barry et al., Faithlife Study Bible (Bellingham, WA: Lexham Press, 2012, 2016).
Al examinar la vida de Nehemías, podemos observar el equilibrio en una variedad de áreas que nos ayudarán a vivir de forma piadosa, agradando al Señor.
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Lo Antiguo y Lo Nuevo
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Lo Antiguo y Lo Nuevo
Una realidad dado por hecho:
A pesar de la novedad percibida de muchas cosas, realmente “no hay nada nuevo”, como es el dicho. Aún la Biblia lo enseña, Ecl. 1:9-10.
¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
La gran advertencia del pasado sigue siendo real hoy:
Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo. — George Santayana.
Una realidad presente en Nehemías, Neh. 1.
1 Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, 2 que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. 3 Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7 En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; 9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. 10 Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. 11 Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.
Al escuchar las novedades que los muros de Jerusalén y la ciudad estaban en ruinas, Nehemías se estremeció.
Su reacción fue en base a que la tierra santa y la ciudad de Jerusalén eran la plataforma de la obra de Dios, y símbolos del amor y fidelidad de Dios a Su pueblo Israel. Al ver la ciudad así, parecía al mundo alrededor que Dios había abandonado a Su pueblo, Deut. 7:6; 14:2.
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.
Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
Los muros fueron un buen ejemplo es esto: Eran una mezcla de antiguo y nuevo. Usaron escombros de los muros derrumbados para reconstruir los muros nuevos.
Los muros son mencionados 32 veces en el libro de Nehemías, por ende un enfoque importante.
Nehemías podría haber dicho… “No, será demasiado difícil reconstruir estos muros, no vale la pena el esfuerzo. Dejemoslo así, total las personas alrededor ya no son tan peligrosas”.
Sin embargo, era necesario las barreras de los muros para protegerse de los enemigos. A través del libro hubieron amenazas e intentos de los adversarios Sanbalat el samaritano, Tobías el amonita, y Gesém el árabe.
Los muros indican no sólo seguridad, pero separación. Fueron un testimonio de que el pueblo de Dios era un pueblo diferente a las naciones alrededor.
Incluso, Nehemías tuvo que cerrar las puertas de la ciudad para el día de reposo para que el pueblo lo volviera a guardar como Dios se lo había mandado, Neh. 13:15-22. Les estaba diciendo, “Pueblo no se olviden de quienes son”.
15 En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. 16 También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. 17 Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo? 18 ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?
19 Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. 20 Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. 21 Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo. 22 Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.
Nehemías no construyó los muros para glorificar el pasado, sino para garantizar el futuro. — W. Wiersbe, DPPR, pág. 185.
Ilustración: lo antiguo y lo nuevo.
En la sociedad moderna, ya se descartan las cosas viejas, aunque aún útiles. Casi sin falta, se escucha luego la frase, “ya no hacen la cosas como antes”.
A menudo se presenta una diferencia generacional, y se puede descartar como algo pasado, y que es necesario que “los viejos” se actualicen. El entusiasmo por lo nuevo, puede llevar a ignorar lo bueno de lo antiguo.
Aplicación: lo antiguo y lo nuevo.
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre La Palabra y La Oración
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre La Palabra y La Oración
La Palabra:
Nehemías hizo que Esdras tuviera una conferencia Bíblica, del cual surgió un gran avivamiento, Neh. 8:3-12
3 Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley… 5 Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento… 8 Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. 9 Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley… 12 Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.
La Palabra (o Ley) de Dios se menciona 21 veces en el libro. Era el enfoque en corregir sus vidas para volver a caminar con el Señor.
Los capítulos 9 y 10 muestran que el pueblo se enfocó en buscar la Voluntad de Dios en Su Palabra, y luego hicieron lo que se les resaltó en la Ley de Dios, Neh. 9:1-3.
1 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. 2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. 3 Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.
Nehemías mismo, conocía la ley de Dios y la cumplió, Neh 1:8-9.
8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo (Deut. 30:1-4): Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; 9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
La Oración:
La primera reacción que vemos de Nehemías al escuchar las noticias devastadoras de la condición de la ciudad, y cuando se le presenta una oportunidad por el rey para hacer algo, es la de la oración, Neh. 1:4-5.
4 Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;
Se menciona la oración doce veces mas. Varias de estas oraciones, son reactivas y cortas, buscando que Dios obre ante alguna situación en particular. Sin duda, Nehemías era un hombre de oración, y guió al pueblo a buscar de Dios en oración también.
Debe haber un equilibro si queremos que haya bendición. Si sólo tenemos Biblia y no hay oración, tenemos luz pero no fuego; y si sólo tenemos oración pero no Biblia, entonces hay un fuego sin luz, celo sin conocimiento… La Palabra nos ayuda a orar y nuestras oraciones nos ayudan a comprender mejor la Palabra. — Wiersbe, 190.
Ilustración: la Palabra y la oración.
Aplicación: la Palabra y la oración.
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Liderar y Servir
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Liderar y Servir
Nehemías era el gobernante puesto por el rey de Persa, entonces tuvo la posición máxima en Jerusalén. Pudo haber usado esa autoridad para disfrutar de todos los privilegios que le tocaban.
Sin embargo, no se aprovechó de esa posición, ni lo usó como escusa para ser inactivo. Fue un líder siervo.
Mientras que se trabajaba, Nehemías trabajaba a lado de ellos, Neh. 4:21-23; 5:16.
21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas. 22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra. 23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.
También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra.
No aceptó los beneficios que le tocaban como gobernador. Al contrario, usó lo que le pertenecía para alimentar a cientos de otros cada día, Neh. 5:17-18.
17 Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa. 18 Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
Trató personalmente con las autoridades que se habían egoístamente aprovechado del pueblo al principio del capítulo 5.
Nehemías voluntariamente puso a un lado sus derechos para la gloria e Dios y por el bien de las personas que estaban sufriendo, y Dios lo honró por eso.
Ilustración: liderar y servir.
27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
Aplicación: liderar y servir.
Padres y madres en casa.
Creyentes en el trabajo.
Obreros en la iglesia.
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Construir y Cuidar
Nehemías Mantuvo Un Equilibrio Entre Construir y Cuidar
Él entendió la importancia de proteger lo que se había construido. No dijo, “Listo, ya está encaminado el trabajo, mi tarea aquí se termina, no puedo esperar a volver a casa”. Su tarea no era solo reconstruir los muros.
Tampoco dijo, “Mi trabajo es construir los muros, que alguien más se ocupe de proteger la ciudad, no ven que soy solo una persona”. Su tarea era también proteger la ciudad y el progreso hecho.
Al escuchar rumores de conflictos con sus adversarios, instó al pueblo a proteger la obra, Neh. 4:9, 16-18.
9 Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche… 16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. 17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
Luego de reedificar los muros, qué increíblemente tomó solo 52 días, Nehemías tuvo que volver a Persa para dar informe al rey y retomar sus responsabilidades. Luego de un tiempo volvió a Jerusalén y se entristeció al enterarse que los líderes habían comprometido el pueblo a desobedecer a Dios. Tuvo que corregir al pueblo y redireccionarlos intensamente para volver a lo que Dios quería.
Se requiere ambos para un servicio eficaz.
Orar y no vigilares presuntuoso, y vigilar sin orar es igual de inútil. — Charles Spurgeon, cito en Wiersbe, 195.
41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Ilustración: construir y cuidar.
Aplicación: construir y cuidar.
Padres y madres en casa, edificando un hogar piadoso.
Jóvenes en la escuela, construyendo un testimonio.
Creyentes en el trabajo, manteniendo un testimonio.
Obreros en la iglesia, sirviendo en un ministerio.